TIRANA {Berlín-Palermo} - LCDP

Capítulo XV

✨ CAPÍTULO 15. Una liberación y una limpieza de imagen ✨

- El Profesor me ha dicho que liberemos a once rehenes – le iba diciendo Nairobi mientras avanzaban por la Fábrica – Dice que ese es el único modo que tenemos de lograr que los rehenes vuelvan a confiar en nosotros.

Tirana iba a decir algo cuando le pareció escuchar la voz de Arturito al fondo del pasillo. Caminaron en esa dirección justo a tiempo para ver como el hombre parecía estar dando un discurso motivacional al resto de rehenes.

- Tenemos que luchar – decía en ese momento – Rebelarnos y defendernos. Somos más que ellos. Y no nos pueden matar. ¿A qué estamos esperando?

- Arturito... - Denver se había acercado a él con cara de pocos amigos – No te hagas el puto Ghandi porque te juro que comes puño de primero, de segundo y de postre.

Tirana sonrió ante las palabras de Denver, pero no dijo nada, pues fue Nairobi la que habló.

- Aquí no hemos mentido a nadie – trató de dirigir una tranquilizadora mirada a los rehenes – O por lo menos, yo no lo he hecho.

- Esto es muy sencillo – Tirana dio un paso al frente – Se trata de una simbiosis. Nos ayudamos mutuamente, ¿entienden? Así que quiero que dejen las rebeliones aun lado – le lanzó una mirada de advertencia a Arturito – Y obedezcan a lo que les decimos – hizo ademán de girarse, pero se detuvo para añadir una última cosa – Si tienen algún problema, yo estaré encantada de resolvérselo – sonrió con levedad antes de salir de ahí.

Nairobi no tardó en seguirla, y pronto se encontraron con Helsinki, quien les anunció que Berlín acababa de despertar. Siguieron al grandullón hasta un despacho donde se encontraron con Berlín, atado a una silla, y con cara de claro descontento.

- Alta traición – susurró al encontrarse con la pelirroja frente a él – No me esperaba este golpe de estado por tu parte.

- La vida es una caja de sorpresas, Berlín – se acercó e inclinó su cuerpo ligeramente para que su rostro quedase a la misma altura que el suyo – Y yo soy la encargada de las sorpresas malas – sonrió con burla antes de extender los dedos para rozar su herida – Realmente siento el golpe – susurró – Pero espero que haya valido para que dejemos de comportarnos como niños pequeños. Nairobi ha asumido el mando, así que tú decides: o estas con nosotras o contra nosotras.

La observó durante unos segundos que se convirtieron en una eternidad. Finalmente sonrió.

- Estoy contigo – respondió.

- Eso esperaba – Tirana sonrió con levedad antes de hacerle un seña a Helsinki para que desatase al hombre. Cuando este se levantó apoyó una mano sobre su pecho para llamar su atención – Como hagas algo que no debes volveremos a atarte – le advirtió.

- Lo tendré en cuenta – susurró el hombre.

Nairobi los osbervó en silencio antes de interrumpir.