Capítulo XVIII

1.3K 110 7
                                    

✨ CAPÍTULO 18

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

CAPÍTULO 18. Una despedida y un reencuentro

Denver había dejado a Tirana a solas con Moscú mientras bajaba a acabar de una vez por todas el túnel que su padre había empezado. El chico tenía la esperanza de acabar a tiempo para sacar a Moscú de allí con vida. La pelirroja lo vio marchar con una triste sonrisa.

Estaba claro que la esperanza era lo último que se perdía pero, en ese caso, no valía la pena mantenerla. Con eso sólo conseguiría que el dolor de la muerte fuera mucho peor.

Tirana se dedicó a acariciar la cabeza de Moscú con cariño, susurrándole palabras reconfortantes de vez en cuando. En un momento dado, el hombre le pidió que le contase alguna historia de cuando era pequeña, para distraerle, y la pelirroja tuvo que hacer memoria para contarle alguna que fuera más o menos alegre.

- ¿Te he contado alguna vez el día que teñí a mi perro de rojo? – le preguntó con una corta sonrisa. Me miró con sorpresa antes de negar – En realidad la historia no es nada del otro mundo – añadió, encogiéndose de hombros – La cuestión es que un día había decidido pintar mi habitación de rojo. Tenía ocho o nueve años, creo recordar. La cuestión es que dejé los botes de pintura abiertos mientras iba a por una cosa que se me había olvidado – hizo una pausa mientras trataba de recordar mejor – Cuando llegué, el pobre perro estaba dentro de uno de los botes, y la habitación tenía el suelo cubierto de pintura. Por mucho que lo intenté no fui capaz de eliminar la pintura.

- ¿Tus padre no te dijeron nada? – preguntó el hombre en un susurro.

La sonrisa se borró de golpe del rostro de Tirana.

- Mis padres nunca actuaron como padres – terminó respondiendo – Pero de haberlo sido muy probablemente me habría caído una buena bronca.

Moscú asintió, pero no dijo nada más. Estaba realmente cansado.

Cuando Tokio se acercó para comprobar el estado de su compañero, Tirana se alejó un par de metros para dejarles intimidad. Sabía que su compañera y Moscú se habían llevado muy bien durante su estancia en la casa de Toledo, y entendía que quisiera un par de minutos en soledad.

Se entretuvo mirando el suelo de la Fábrica, hasta que no pudo evitar fijarse en la conversación que Tokio estaba teniendo con Moscú. El hombre, que había empezado a desvariar, confundió a la joven chica con su mujer. El corazón de Tirana se encogió al oír las palabras que le dirigía y la dulzura con la que le hablaba.

Cuando los ojos de Tokio se cruzaron con los suyos, comprendió que había llegado el momento. Tenía que avisar a Denver ya.

- Ve a buscar a Denver – le pidió, pensando exactamente lo mismo que ella – Ya es demasiado tarde para sacarlo de aquí con vida.

Con un simple vistazo a Moscú, la pelirroja comprendió que Tokio tenía toda la razón. Corrió entonces hacia el túnel, sin importar que con su carrera llamase la atención de los rehenes. Cuando llegó se encontró con Denver cavando con desesperación ante la dolorosa mirada de Mónica.

TIRANA {Berlín-Palermo} - LCDPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora