Capítulo X

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✨ CAPÍTULO 10

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CAPÍTULO 10. Perdemos a
alguien ✨

Denver, tirado en el suelo del baño, miraba a Tirana con una gran sonrisa en los labios. La pelirroja, en cambio, miraba las nubes de humo que salían de su boca después de cada calada que daba al cigarrillo que sostenía con la mano derecha. No pudo evitar, durante unos segundos, perderse en sus pensamientos.

- ¿Por qué? – preguntó entonces su amigo.

- ¿Por qué qué? – se giró para mirarlo con el ceño fruncido.

- Porque ha pasado esto – los señaló a ambos.

- Supongo que porque los dos queríamos, ¿no? – Tirana esbozó una corta sonrisa.

- Creí que tenías algo con Berlín – se atrevió a decir él.

- La gente cree muchas cosas, Denver – se puso en pie y le tendió una mano para que este se incorporara – Lo que no quiere decir que sean ciertas, ¿no crees?

Ninguno de los dos dijo nada más. Se vistieron en silencio, intercambiando cortas miradas de vez en cuando, y salieron del baño en dirección a la sala de descanso. Caminaron el uno pegado al lado del otro en un cómo silencio que no hizo más que conseguir que se sintieran más a gusto el uno con el otro.

Cuando entraron en la sala, Río, Tokio y Nairobi se giraron para mirarlos, tal y como Kansas hizo segundos más tarde. Ese último le lanzó a su melliza una mirada de sorpresa, a la que la mujer respondió con una sonrisa de advertencia.

Se sentaron en la mesa, quedando Tirana justo en la cabecera. En el momento en el que tomó asiento en la silla, Berlín apareció con un vaso en la mano. A la pelirroja no le hizo falta mucho para saber que se trataba de alcohol. Fue Nairobi la que, entonces, tendió un vaso en su dirección.

Lo cogió con lentitud y observó el líquido durante unos segundos antes de beberlo de un solo trago. Sacudió la cabeza justo después, y vio como la pelinegra se reía ante su gesto. El silencio que se había extendido entre ellos fue roto por las palabras de Berlín.

- Compañeros – los llamó – Ahora que por fin estamos todos aquí reunidos – clavó su mirada en Tirana, que le ignoró deliberadamente – Y retomando la conversación que antes tuvimos... Propongo un brindis – alzó su copa – Porque sí, yo tendré una enfermedad degenerativa pero, tarde o temprano, todos vamos a morir – añadió, repitiendo las mismas palabras que la pelirroja le había dicho horas atrás.

Tirana, cuyo vaso se había vuelto a llenar, alzó su brazo.

- Pues brindemos por la vida – dijo, esbozando una falsa sonrisa.

- Por la vida – fueron añadiendo uno a uno, un tanto desconcertados por la extraña tensión que se había generado.

El alcohol volvió a quemar la garganta de la pelirroja, pero cerró los ojos, disfrutando de la sensación. Segundos más tarde se levantó.

TIRANA {Berlín-Palermo} - LCDPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora