Capítulo XXVII

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✨ CAPÍTULO 27

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CAPÍTULO 27. Confesiones inconfeadas ✨


- ¿Qué opinás del final del vídeo?

A la espera de una respuesta por parte del Profesor, Tirana y Palermo se habían encerrado en uno de los despachos, donde sabían que estarían en calma, al menos por unos minutos. La pelirroja, con el mayor cuidado posible, trataba de limpiar las heridas del argentino, que no hacía más que quejarse siempre que le era posible. Mientras tanto, Tokio se encargada de controlar la radioa a través de la cual Sergio les haría saber si todo había salido bien. O no.

Él negociaría un intercambio: Río a cambio de los guardias. Lo único que podían hacer en ese momento era esperar una respuesta. A poder ser, afirmativa.

- Un tanto dramático - terminó respondiendo a la pregunta tras fingir pensarse la respuesta. Colocó el parche de nuevo sobre el ojo de Martín y sonrió levemente al observar como este formaba una mueca sobre sus labios. Se detuvo unos segundos para mirarle antes de que a su mente acudiera el recuerdo de como, minutos atrás, les Palermo les había obligado a cantar el Bella Ciao - ¿Ves algo mejor? - terminó preguntando mientras se alejaba un par de centímetros de su rostro.

- Te sigo viendo igual de fea.

Soltó un bufido al tiempo que rodaba los ojos con cierta diversión. Se alejó definitivamente para empezar a recoger todo el despliegue de material médico que había dispuesto por el suelo.

- Veo mejor - respondió cuando vio que la pelirroja no tenía la intención de decirle nada. Observó sus movimientos en silencio, pensando en lo delicada que parecía, y en lo realmente fuerte que era. Pensando en lo mucho que le gustaba. En lo enamorado que estaba de esa chica que siempre parecía una bomba a punto de explotar. Mientras seguía el movimiento de sus manos, se preguntó como sería formar una vida con ella. Tal vez si salían de ahí tendría la oportunidad de comprobarlo.

Mientras Tirana sentía como los ojos de Palermo no perdían detalle de lo que hacía, una ligera sensación de mareo la invadió. Antes de que fuera a más se sentó en el suelo, cerrando los ojos durante unos segundos. Dejó escapar el aire con suavidad, vaciando sus pulmones, y los abrió de nuevo cuando creyó que su vista ya no estaría nublado. Los ojos de Palermo cargados de preocupación fue lo primero que vio.

- ¿Estás bien?

- Simplemente estoy cansada - respondió con la mejor soltura que fue capaz. Se levantó con cuidado para situarse frente a él, esbozando una sonrisa que trató de ser lo más tranquilizadora posible.

El argentino pareció no creerse sus palabras, pues abrió la boca para decir algo, aunque se vio interrumpido por la entrada de Denver.

- Acaba de llamar el Profesor - su tono acelerado denotó buenas noticias - Han dicho que nos darán a Río.

Tirana se alejó de Palermo para ir al encuentro de Denver, que la recibió con los brazos abiertos, alzándola en el aire debido a la alegría que esa noticia les producía. Cuando se alejó, Palermo los observaba desde la misma posición, con los brazos cruzados y los labios apretados en una fina línea.

TIRANA {Berlín-Palermo} - LCDPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora