Capítulo XXXII

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✨ CAPÍTULO 32

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CAPÍTULO 32. El principio del fin

Lo primero con lo que se encontró al abrir los ojos fue la mirada preocupada de Nairobi, que se inclinó sobre ella tan pronto fue consciente de que había despertado.

- Ay, Tir – suspiró, abrazándola con mucho cuidado de no hacerle daño – Casi te nos mueres. No nos vuelvas a dar un susto así – la regañó, conteniendo las lágrimas que amenazaban con salir - ¿Cómo te encuentras?

- Estoy como una mierda, Nai – habló con dificultad, sintiendo sus respiraciones demasiado lentas, su pecho dolorido y sus pulmones resentidos. Desde luego no estaba nada bien - ¿Qué es exactamente lo que ha pasado? – recordaba muy poco de cómo había llegado ahí.

Nairobi tardó un buen rato en ponerla al día, pero lo hizo contándole todo con sumo detalle. Se había salvado gracias a que la bala tenía orifico de salida y no había tocado ningún órgano, como si de un milagro se tratase.

El Profesor había enviado la historia de Río a todos los periódicos, jodiendo bien a la policía y al CNI. Habían encontrado a Gandía y gracias a Tokio este había quedado más tonto de lo que ya era. Sonrió al escuchar eso último salir de la boca de Nairobi. No podía evitar alegrarse al pensar en que, por lo menos, Gandía no había quedado impune.

Hizo ademán de incorporarse pero sólo fue capaz de quedar tumbada, apoyada sobre una gran montaña de mantas y cojines que no sabía de donde habían salido. Quiso ponerser en pie una vez más, pero Nairobi se lo impidió. Dijo que todavía no estaba preparada para ello.

- Necesito hablar con el Profesor – le pidió en un susurro. No esperaba que su amiga fuera a aceptar su petición pero, no muy convencida, lo hizo. Salió en busca de la radio mientras la pelirroja cerraba los ojos unos segundos para tratar de normalizar su respiración, que se había acelerado debido al esfuerzo.

Recordó las palabras de Nairobi e intentó buscar las imágenes en su mente, pero todos esos recuerdos parecían haber sido borrados. Inconscientemente se llevó una mano a la barriga con una sensación de angustia sobre su pecho. Apretó con fuerza las mantas que la cubrían, pero se relajó cuando su amiga ingreso de nuevo en el despacho. Le tendió la radio en silencio y no tardó en hablar.

- Profesor – saludó con voz queda.

- Me alegra saber que estás viva.

- Sinceramente, Profesor, a mi me alegra mucho más.

- Tengo algo que decirte – soltó de golpe, tensando su cuerpo por completo – Y no son buenas noticias.

- ¿Qué ha pasado? ¿Estás...?

- Han ejecutado a Lisboa.

- Oh – suspiró – Lo sé, y lo siento muchísimo – permaneció unos segundos en silencio hasta que una ligera idea empezó a germinar en su mente – Pero, Profesor, una pregunta, ¿no crees que si la hubieran ejecutado lo sabría todo el mundo? Quiero decir, una noticia así debería estar en todos los telediarios, ¿no? Tal vez sea una idea estúpida pero creo que...

TIRANA {Berlín-Palermo} - LCDPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora