Capítulo XIII

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✨ CAPÍTULO 13

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CAPÍTULO 13. Una venganza ✨

Tirana buscó a Berlín por todas partes, pero el hombre no apareció por ningún lado.

- Kansas – llamó a su hermano cuando llegó junto a él - ¿Has visto a Berlín?

Una sonrisa burlona se formó en el rostro de su mellizo, que negó.

- ¿No se supone que deberías ser tú quien lo supiera? – preguntó, encarnando una ceja.

- Gracias por ser de gran ayuda – susurró, alejándose de allí.

Caminó entre los rehenes a paso rápido en busca de Nairobi. Cuando la encontró le hizo la misma pregunta que a su hermano, pero recibió la misma respuesta. Nadie tenía ni la menor idea de donde estaba Berlín.

- Ahora que lo dices, llevo más de una hora sin ver a Tokio – dijo entonces la pelinegra.

- Ni a Río – recordó Tirana.

- Ni a Denver – dijeron ambas a la vez.

La pelirroja frotó sus ojos con frustración, y empezó a temerse lo peor.

- ¿Crees que están tramando algo? – preguntó Nairobi con preocupación, mirándola con el ceño fruncido.

- No lo creo, lo sé. La tienen que estar cagando pero bien. Hay que buscarles.

Sin esperar más volvió a recorrerse la Fábrica seguida de Nairobi pero, esta vez, abriendo todas y cada una de las puertas que encontró cerradas. En un momento dado, el sonido de unos cristales rompiéndose llamó su atención. Su mirada se cruzó con la de Nairobi para confirmarle que, efectivamente, había escuchado lo mismo que ella.

El sonido provino de los baños de la primera planta, por lo que no dudaron en correr hacia allí, encontrándose con que la puerta del baño de señoras estaba cerrada.

- Ocupado – se escuchó la voz cantarina de Tokio.

- ¿Qué cojones estás haciendo ahí, Tokio? – preguntó Tirana, pegándole una fuerte patada a la puerta, que no cedió ante el golpe.

- Estamos jugando a la ruleta rusa, cariño, no debes preocuparte – los ojos de Tirana se abrieron de par en par al escuchar la voz de Berlín.

- Estamos jugando en tu honor – añadió Tokio, riendo con burla.

Soltó un grito de frustración justo en el instante en el que su mellizo aparecía por el otro lado del pasillo.

- ¿Qué está pasando?

- Tienen a Berlín – susurró, alejándose un par de pasos para apuntar hacia la puerta.

Sin que su hermano o Nairobi pudiera reaccionar, la pelirroja disparó varias veces sin que el pulso le temblara en un solo momento. Escuchó como Tokio, Denver y Río pegaban un fuerte grito y, sin perder más tiempo, golpeó la puerta de nuevo y, esta vez sí, cedió.

TIRANA {Berlín-Palermo} - LCDPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora