Cuando Connor abrió los ojos lo primero que hizo fue abrazar más fuerte a Christian y besar su lindo pecho. El rubio era un agradable sustituto de almohada. Y le encantaba.
Se sentía feliz.
—Buenos días.—Dijo con voz ronca y adormilada.
Christian tardó un rato en responder.
—Buenos días.
Connor lo miró.
Christian miraba el techo con sus hermosos ojos azules. Se veía tan jodidamente hermoso al despertar: Su boca se veía tan roja e hinchada por la noche anterior, bien besada y bien usada; sus mejillas aún tenían cierto rubor por los varios orgasmos que tuvo; sus ojos azules brillaban tan hermosos esa mañana y sus rizos...Sus rizos estaba desordenados y despeinados, por el agarre de anoche, encima de la almohada.
No había nada lindo en su cabello, pero aún así le pareció bastante entrañable a Connor.
—Estaba pensando...—Empezó Christian.
Connor sintió su entrepierna agitarse.—¿Qué piensas?
Connor empezó a dar besos por el pecho de Christian. Siguió descendiendo hasta llegar a su vientre y chupó.
Era lindo y divertido dejar marcas rojas en el vientre pálido de Christian.
Siguió el leve vello dorado hasta abajo.
—Connor.—Llamó con Voz dura Christian.—Tenemos que hab-¡Ah!
Connor dejó de oír la voz demandante de Christian cuando sus palabras se convirtieron en jadeos y gemidos rotos y desesperados.
Connor succionó la punta del miembro de Christian a la vez que movía su lengua en la hendidura. Su mano masajeó las bolas y tomó una respiración para engullir todo.
Debió de gustarle y hacerlo bien, porque Christian se estremeció y saltó soltando un grito adorable.
Connor movió su cabeza de arriba abajo, apretando su boca para que la presión se sintieran en el miembro y Christian abrió más las piernas para que Connor estuviera más cómodo entre ellas laborando.
Connor miró su agujero. Su boca se hacía agua por lamerlo. Su lengua tenía la necesidad de estar donde su miembro había estado anoche varias veces.
Su propio miembro -ya duro- estaba goteando por entrar, molesto porque su lengua lo haría primero.
Connor levantó las caderas de Christian un poco y acercó su boca a la entrada.
Christian parecía que iba a protestar avergonzado hasta que la lengua húmeda y caliente de Connor dio una lamida a su agujero fruncido.
Christian soltó un jadeo largo.
Connor acercó su propia mano a su miembro y se masturbó a la vez que su lengua entraba y salía del agujero apretado y caliente de Christian. Su otra mano siguió acariciando el miembro del rubio.
Christian era un lío de jadeos y oh, oh, sí, sí mientras Connor lamia sus paredes.
Connor estaba tan excitado que ni se había acordado que debía respirar hasta que sus pulmones dolieron.
Amaba tener su boca ahí abajo.
Connor dejó el trabajo y se puso entre las piernas de Christian. Su peso aplastando al rubio. Él gimió feliz.
—Condón.—Dijo Connor.
Christian aún ido tanteó la mesilla. Agarró uno y se lo colocó.
Connor siseó.
—Me encantaría hacerlo sin.—Dijo tenso.—Me encantaría, mierda. Llenarte por completo y sentir piel con piel como tu agujero me aprieta hasta soltar la última gota.
Christian jadeó.
—A la mierda.—Dijo.—Conseguiremos una pastilla.—Dijo antes de quitarle el condón a Connor.
El moreno rio.
—Cariño, es muy descuidado de tu parte.
—Cállate y métela.—Dijo.—Estoy limpio. Tú también. Hay pastillas del día después. Iremos al médico y tomaré anticonceptivo. No hay problema. Adelante.
Connor no necesitó que se lo dijeran dos veces. Él entró en Christian tan rápido y duro que ambos gimieron cuando su miembro llenó el resbaladizo agujero.
El lubricante de anoche seguía presente.
—Mierda.—Dijo antes de empezar a mover sus caderas.—Tan bueno.
Christian asintió. Sus hermosos ojos azules se cristalizaron mientras su rosada boca se abría para poder jadear a gusto.
—Eso, lindo. Gime para mí.—Connor empujó sus caderas más fuerte y rápido dando en ese punto que hacía que Christian se encogiera y sus dedos se enroscaran.
Connor mordió el cuello de Christian dejando marcas, su miembro entrando y saliendo. El sonido de la carne de ambos chocando entre sí se escuchaba tan deliciosa junto con los gritos y súplicas de Christian que Connor no tardó mucho en llegar.
Christian apretó sus piernas alrededor de Connor mientras su propio orgasmo le alcanzaba dejándolo tembloroso y jadeante, a la vez que el líquido espeso llenaba su interior tan deliciosamente que quería más.
Connor movió un poco sus caderas lentamente hasta que se detuvo.
Christian empezó a controlar su respiración pero quería más.
Él movió sus propias caderas y Connor gimió.
—Alguien está aún insatisfecho.—Dijo.
Christian lo besó.
—Después de otra ronda hablemos.—Dijo.—Ahora me pongo arriba.
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No somos pecadores (2.5)
Ficção AdolescenteHistoria de Connor Esta historia no influye en absoluto con las anteriores ("Besos indecentes" y "Juguemos a ser heteros"). Es una historia aparte. +Embarazo masculino #1 en amorgay 19/08/21