—Ten.—Connor le pasó el arma a Christian.
El rubio lo miró asustado.
—No pienso tomar eso.—Dijo.
Connor lo miró frunciendo el ceño.
—Es solo para que obedezcan, Christian. No tienes que hacer nada más.—Trató de calmarlo.—Solo es mientras me visto.
Christian miró la pistola plateada.
Connor le agarró la mano.
—No te preocupes, amor.—Dijo en voz baja.—Nunca dejaría que hicieras algo que no quieres ni que te manche las manos. Te lo juro.
Christian miró aquellos ojos verdes.
Esos ojos lo cautivaron hace años. Esos ojos le hacían sentir cosas bonitas. Esos ojos lo manipulaban en cualquier situación. Esos ojos lo enamoraron...Pero esos ojos ahora le pedían que tomara un arma.
La mano de Christian tembló cuando se acercó a la pistola.
Perdón, Señor.
Perdón, Padre.
—Lo siento.—Dijo Connor alejándola de Christian .—No pasa nada.
Christian lo miró.
—No importa.—Connor empezó a desnudarse con una mano.—Puedo hacerlo, no hace falta que la tomes.
Christian vio como Connor se cambiaba de ropa con dificultad.
Tuvo miedo de que el arma se disparase por error.
Él la agarró.
Connor lo miró asombrado.
—No hacía falta.
Christian no lo miró de vuelta.
No podía hacerlo.
Tenía un arma en la mano.
Oh.
Pesaba un poco más de lo que creía que pesaba en verdad.
—Vístete rápido y vámonos de aquí.
Connor lo hizo.
—Ya sabéis.—Dijo Connor saliendo del coche y tomando la maleta y la bolsa de dinero.—Podéis ir a donde queráis con el coche. Cuánto más movimiento tengáis, mejor.
Los dos chicos asintieron aún un poco asustados y preocupados.
—Cuando mi padre localice el coche, sabrá que no lo hemos abandonado. Pensará que seguimos en marcha.
(...)
El camino hacia el hotel fue silencioso.
Christian aún estaba en tensión cuando Connor tiró a la cama las cosas y empezó a quitarse el gorro y la bufanda.
Él lo imitó.
No era precisamente incómodo, pero sí era raro.
Christian hace unos momentos -antes del acontecimiento del coche- pensó que nada más poner un pie en la entrada de la habitación, iba a tener la boca y la lengua de Connor sobre él. En todas partes.
Christian se sonrojó un poco. No es como si deseara que ocurriese pero...
Pero.
—¿Podemos hablar?—Dijo Connor.
Christian unió su mirada con la de él.
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No somos pecadores (2.5)
Teen FictionHistoria de Connor Esta historia no influye en absoluto con las anteriores ("Besos indecentes" y "Juguemos a ser heteros"). Es una historia aparte. +Embarazo masculino #1 en amorgay 19/08/21