16. Aprovechando.

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Edad: 17

—Entonces...¿Me das otro beso?

Christian negó sonrojado.

—Explícame lo del vídeo.—Dijo dejando de vendar, y se cruzó de brazos.

Connor siguió embobado, él quería un beso más. ¡Había besado a Christian! Por dios, se sentía tan irreal, no creyó que fuera posible.

Christian había sido su crush desde hace mucho tiempo, no era un secreto, pero en un internado católico, y donde el rubio sería el futuro padre De la Iglesia del lugar...Era obvio que debía ocultarlo. Más o menos, pues a lo largo de los años, mientras crecía, él seguía molestado al mayor de una manera que no se suponía que debía hacer.

Solo que... Christian no había puesto ningún pero, tal vez se molestaba o se comportaba como que no quería, pero la verdad es que nunca lo reportó con las monjas o con el Padre. Eso significaba algo, estaba claro.

—Ellos saben algo de mí.—Dijo Connor suspirando mientras se recostaba. Le dolía horrible el cuerpo.—No quería que más gente se enterase, así que hice lo que me pidieron.

Christian entrecerró los ojos.

—¿Y pidieron que manosearas a una chica?—Hizo una mueca.

Connor asintió.

—Aquí hay de todo menos inocencia.

Christian balbuceó pensamientos en bajo. Connor lo miró con ternura, él tenía esa manía.

—Tengo que contárselo al Padre, te debe una disculpa, mira como te ha dejado.—Dijo mirando el cuerpo golpeado de Connor.

El moreno negó.

—Déjalo, puede que ellos me hayan puesto la penitencia, pero fui yo quien decidió obedecerlos.

Christian apretó cerca de las costillas magulladas de Connor, este se retorció y chupó aire.

—¡Chris-!

Ouch.

—De verdad que a veces sigues siendo un niño.—Se quejó.—¿Por qué le seguiste el juego a esos críos inmaduros? Ya no sois mocosos de 10 años, por favor.

Connor sonrió coqueto.

—Este mocoso puede hacerte sentir bien.

Christian abrió la boca sorprendido.

—¿¡Qué estás diciendo!? ¿Dónde aprendes esas cosas?—Lo miró un poco tímido.

Era cierto que Connor era menor, sin embargo, el moreno era más alto y más lascivo. La adolescencia.

—Hay muchas cosas en este internado que no sabéis ni las mojas, ni tú ni el Padre Filiph.—Respondió Connor.

Christian resopló.

—¿Ah, sí? Ya me enteraré.

Connor rio.

—No, no creo que lo hagas. Aquí todos somos cuidadosos con nuestros superiores. No queremos que nos quitéis la diversión.

Christian lo miró molesto.

—¿Tú también? Pensé que me tenías a mí y que era suficiente. Veo que no.

Connor tiró de él, y habló en su oído.

—Te recuerdo que un adolescente saludable de diecisiete años tiene necesidades físicas.

Christian se estremeció y se alejó.

—¡Pero...! ¿Con quién...?—

¿Connor estaba insinuando lo que Christian se estaba imaginando? Un malestar se posó en su estómago y pecho.

Connor levantó su mano.

—Con esta compañera.—Dijo.

Christian observó los dedos largos de la mano grande de Connor. Ah...

—¿Te tocas a ti mismo...?—Dijo un poco bajo.

Connor lo miró divertido.

—Claro, ¿cómo si no aguantaría? ¿Tú cómo te alivias a ti mismo?

Christian se quedó en silencio.

—¿Christy?

Ah...Qué vergonzoso.

—No me digas que no te tocas.—Respondió Connor por él.

—Cállate.—Christian lo miró mal.

Connor se incorporó con esfuerzo.

—¡No es posible! ¡Alguna vez debiste haberlo hecho! No es como si fuera pecado...

Aunque uno de los mandamientos era "no cometerás actos impuros", realmente se refería al adulterio, no al acto sexual de tocarse a sí mismo.

—Claro que lo he hecho.—Christian desvió la mirada.—Pero solo si es muy necesario. No quiero dejar mis principios o mis obligaciones por la lujuria, la codicia y el deseo.

Connor lo miraba a punto de reírse. Se mordió el labio.

—Me excita cuando hablas así, como si estuvieras haciendo algo malo.

Christian conectó su mirada con la de Connor.

—¿Te excita?—Cuestionó confundido. No entendía.—¿Por qué?

—Porque me dan ganas de corromperte, de ensuciarte y hacer que te portes muy mal.

Christian abrió la boca para decir algo pero Connor tiró de él para besarlo.

No somos pecadores (2.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora