No somos pecadores (2.5)

34.

—¿Sigues con tus sentimientos por mí?

Dijo Christian nada más cerrar la puerta de la sacristía.

Connor asintió.

—Perdón por tener verdaderos sentimientos, Christy.—Dijo como si no le importara, cuando realmente le dolía.—Mi amor por ti de más de la mitad de mi vida no se van a ir en dos cortos años.

Christian se cruzó de brazos.

—Sabía que esto no saldría bien.—Murmuró caminando de un lado a otro.

Connor solo lo observó. Lo miró lo que parecía una eternidad. Él quería capturar bien la imagen de Christian en su memoria. Quería recordar cada movimiento, gesto y mueca que pusiera Christian. Quería recordar sus rizos y su voz tranquila y molesta.

Connor quería recordar bien a Christian. Él había sido su primer amor por lo que quería recordarlo completamente. No quería olvidarlo nunca.

—No deberías haber venido.—Dijo Christian señalándolo.

—Lo sé.

—¡No deberías estar aquí!—Dijo más exaltado.

—Lo sé.

—¡No deberías mirarme así ni decirme todas esas cosas! ¡No hoy, Connor!

Connor asintió.—Lo sé.

Christian lo miró mal.

—¿Pero qué puedo hacer si aún te amo? Es un país libre y puedo mirar a la persona que amo como me dé la gana.—Siguió Connor.—Por lo menos una última vez.

Christian lo miró con la respiración agitada.

—Todo es tu culpa.—Escupió Christian.

—Lo sé.

—¿¡Puedes dejar de decir "lo sé"!?—Lo regañó molesto.

—¿Qué más quieres que diga? Lo sé y punto. Me lo dejaste bien Claro hace dos años, Christian. No hay nada nuevo en lo que dices. Todo Es debido a mí. Yo hago las cosas difíciles para ti y por eso estoy aquí. Para ver con mis propios ojos cómo te vas definitivamente de mí. Así también puedes ver tú mismo cómo me dejaré de meter en tu camino.

Christian lo miró con la boca entreabierta, sorprendido.

—¿Me estás dejando ir?

—Te dejé ir hace dos años, ricitos.—Sonrió tristemente.—Estoy aquí para ver a la persona que amo cumplir su sueño. Ver cómo cumple lo que ha soñado desde niño. Quiero verte feliz.

Christian negó.

—¿Qué hay de ti?

Connor levantó la cejas.

—¿De mí? Estaré bien. Seguiré con mi vida. De amor no se muere nadie. Duele, pero pronto dejará de hacerlo.

Christian negó.

—No puedes aparecer así, decirme todo esto y hacerme sentir culpable.

—¿Me vas a reprochar? Yo podría hacer lo mismo.

No puedes elegir ser sacerdote y romperme el corazón.

—Pero no lo haré.—Siguió Connor.—No he venido aquí para hacerte sentir culpable, Chris. He venido para verte solo una vez más. Nada más. Y bueno, por obligación también.—Sonrió.—Mi padre me trajo.

—Siempre supe que me traerías problemas.—Dijo Christian.—Lo supe desde el día que te conocí. Desde esa vez que me sonreíste tan amable.

—Lo s-

Christian se tiró encima de él y juntó su labios. Connor jadeó pero le correspondió beso. Sus manos se aferraron a la cintura de Christian y luego a su cabeza para empujarlo más contra sí. Connor sentía que estaban demasiado lejos, no había suficiente cercanía. Él quería más.

Oh, por, Dios. No recordaba lo increíble que se sentía tener la boca húmeda y caliente de Christian sobre la suya.

—Te mentí.—Dijo Christian separándose pero dejando besos húmedos en su rostro.—Te mentí. Esos dos años han sido eternos.—Dijo con la voz entrecortada por el beso.—No se han pasado rápido. Han sido largos y duros. Cada día pensaba en ti. Cada día te extrañaba más y más. Así que cállate de una vez.

Connor lo agarró y lo besó de nuevo. Sus manos acariciaron todo el cuerpo de Christian.

Connor lo empujó contra la pared.

—¿Has mentido? Qué chico tan malo.—Le empezó a morder el cuello.—Deberías confesarte, Padre.

Christian gimió cuando Connor murmuró en su oído y le mordió el lóbulo.

—No me llames así.

Connor sonrió.

—Debes aprender, Padre. Estás siendo muy malo. Mintiendo el día de tu orden.

Christian le agarró el rostro.

—No estoy feliz.—Dijo y Connor se percató.

Fue como si le cayese una balde de agua fría.

Él se quiso alejar.—Lo siento. Me dejé llevar por un momento.—Negó.—No debería haberte besado ni dicho esas cosas en un momento así.

Christian lo detuvo y se puso a horcajadas sobre él, quedando sus piernas entrelazadas en la cadera de Connor. Sus brazos rodearon el cuello de Connor y le volvió a dar un beso.

—Te besé yo.—Dijo lamiéndose los labios.—Me refería a que te equivocabas con lo que dijiste.

Connor lo miró confundido.

—Pensé durante toda mi vida que esto es lo que quería.—Christian miró a su alrededor.—Todo esto no me hace feliz. No es mi sueño. O por lo menos ya no.

Connor peinó una rizo rebelde.

—Pensé durante toda mi vida que debía ser fiel a Dios y seguirle hasta el final.—Explicó.—Él fue el único que estuvo conmigo cuando era un niño. Esto es todo lo que tenía, Connie.

Connor lo escuchó atentamente.

—No tengo padres ni hermanos. Solo una Iglesia que me abrió las puertas y me acogió en el momento en el que el Padre me encontró.

Connor sabía que Christian Era huérfano, pero nunca habían hablado de ello

—Desde que era bebé lo único que he visto son rezos, alabanzas, madres, Padres, Fe y amor a Dios. Solo he estado rodeado de esto.—Christian sonrió.—Pensé que le debía mi vida a Dios, pensé que debía agradecerle con mi devoción...

—¿Pero?

—¡Pero llegaste tú! Creí que todo mejoraría cuando te fuiste. De iluso pensé que podría volver a centrarme en mi propósito. No pude.

Christian apoyó su frente en la de Connor.

—No pude. No podía soportar no verte, no escucharte, ni tocarte, ni besarte. Fue horrible. No soy feliz sin ti.—Suspiró.—Creo que el momento más feliz de cuando era niño es cuando te conocí. Y el Segundo son los días que pasábamos juntos en el internado...

—¿Te hago feliz?

—Tú eres mi nuevo sueño.—Christian pegó su frente contra la de Connor.—Así que mi felicidad se encuentra contigo.

Connor sonrió.

—Has tardado mucho en darte cuenta. Podías haberte dado cuenta el día que me fui, no dos años después.

Christian resopló.

—¡Necesitaba tiempo!

Connor lo volvió a besar.

—¿Qué vamos a hacer ahora?

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3/3

Mmm...¿Qué pasará? No tengo un buen presentimiento
👁👄👁👊
Ah que escribo yo😈