Connor bostezó por quinta vez mientras se dirigía a la parroquia.
Se puso bien su gorro, hacía frío.
Al llegar, se sentó en un banco y esperó a que llegara la Madre para darle las indicaciones.
Minutos más tarde, escuchó pasos dirigiéndose a él. No pudo evitar sentir un escalofrío, la parroquia estaba oscura, únicamente unas cuantas velas la iluminaban. Eso hacía que luciera tétrica.
Se giró para comprobar que fuera una persona y no algún espectro. Su pecho se tranquilizó al ver a un humano.
—Ponte a rezar.—Dijo una voz conocida.
Connor rodó los ojos al escuchar la voz de Christian pero se arrodilló en dirección a la cruz.
—¿Qué haces tú aquí?—Preguntó molesto.
—Soy tu niñera, fíjate.—Contestó sin más el mayor mientras se sentaba cerca.
—¿Donde está la Madre?—Connor juntó sus manos.
—Hoy me toca hacer de niñera a mí de un crío como tú.
¿Crío?
—Estoy apunto de los 13.—Dijo secamente, como cuando se conocieron, y eso hizo que Christian se enfadara un poco más.
—Sigues siendo un niño pequeño.—Se cruzó de brazos.
—¿Por qué te metes conmigo por mi edad?—Se puso de pie, dándose la vuelta para mirar al rubio.—Me he percatado y creo que tienes un problema con mis años. ¿Por qué te molestan?
—Porque sí.—Dijo sin mirarlo.
—Hay algo que no entiendo.—Continuó.
—Cállate y empieza.—Christian dijo, su ceño más profundo. Su pelo rizado caía sobre sus ojos azules.
—¿Sabes?—Connor siguió hablando, se sentó a su lado.—Opino que el niño eres tú. Intentas que me castiguen, y te enfadas porque no lo consigues, tal como un niño cuando no obtiene su dulce favorito. ¿Por qué querías que lo hicieran? ¿Que me castigasen?—Se acercó al rubio.
—Porque está mal lo que estabais haciendo.—El rubio se movió, alejándose de Connor.
—¿Y qué se supone que estábamos haciendo?—Connor se volvió a acercar.
—Estabais muy juntos.—Dijo.—Y os sonreísteis.
Connor sonrió ligeramente.
—¿Y qué tiene eso de malo? Oh, espera, no me lo digas. Seguro pensaste que nos íbamos a besar.
El rubio desvió el rostro, Connor vio en la oscuridad un leve tono rosado en el rostro de Christian.
—Eso estaría mal.—Dijo el mayor.
—"Estaría mal, estaría mal"...Ahora tengo otra duda. ¿Qué fue lo que sentiste al vernos así de cerca?—Se inclinó un poco, susurrando en el oído del rubio.
Connor notó que el rubio se tensó.
—Déjame en paz.— Dijo antes de empujarlo y salir de ahí.
El moreno inconscientemente sonrió más amplio. Le había gustado molestar a Christian, verlo tan nervioso le encantó.
Antes de que el rubio saliera, Connor gritó:
—¿¡No está mal que te haya susurrado al oído!? ¡Discúlpame por pecar otra vez!—Se burló.
El rubio le miró mal y salió corriendo.
—Correr también está mal, Chris.—Murmuró Connor.
El moreno se sentía orgullo; había hecho que Christian hiciera dos cosas no permitidas: estar muy cerca de un chico y correr.
¿Qué más podía hacer incorrecto Christian? Connor quería descubrirlo.
——————
😏😏
Creo que algunas reglas han quedado claras pero por si acaso las reitero:
1. No se puede correr. (Típica regla de colegio, solo que aquí te castigan de verdad...Con dolor)
2. No se puede discutir (a golpes) {también se castiga...Con dolor}
3. No se puede estar tan cerca, de una forma """"extraña"""" , de alguien del mismo sexo.
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No somos pecadores (2.5)
Roman pour AdolescentsHistoria de Connor Esta historia no influye en absoluto con las anteriores ("Besos indecentes" y "Juguemos a ser heteros"). Es una historia aparte. +Embarazo masculino #1 en amorgay 19/08/21