—Entraré solo, cariño.—Christian se levantó de su silla.
—Pero-
—No.—Chris levantó la mano, deteniéndole.—Esto es algo entre él y yo. Debo hacerlo solo.
El semblante de Connor no transmitía seguridad, al contrario, se mostraba nervioso y alerta.
Chris sonrió con amor. Apreciaba su preocupación, claro que sí, pero no iba a ocurrir nada. Había muchos policías y estarían separados por una ventanilla, era imposible que le hiciera algo.
—Connie...—Él le agarró el rostro.—Gracias, por todo. Pero Quiero que entiendes que esto lo hago por mí, por ti y por nosotros. Cuando me despida de mi padre, podré dejar atrás todo y centrarme por completo a la vida que estamos construyendo.—Él se tocó el vientre.—¿Sí?
Connor asintió.
—Estaré aquí. Como siempre, mi vida.—Él sonrió, intentando parecer de acuerdo pero aún había algo de ansiedad en su mirada.—Te amo.
Chris se acercó y le dio un beso rápido.
—Nosotros también te amamos.—Y empezó a caminar hacia la entrada.
Siguió el procedimiento para poder acceder y después de unos largos minutos, consiguió estar enfrente de la puerta donde uno se podía comunicar con los presos mediante un teléfono.
Sinceramente, se sentía fatigado. Hacía mucho que no permanecía de pie o caminando durante tanto tiempo. Ni su doctor ni Connor se lo habían permitido. De hecho, era por eso que estaba más gordo de lo que debería estar.
No hacía mucha actividad física y no ayudaba que Connor le consintiera en todos los antojos que pedía. Ufff...Lo único que le consolaba era saber que su bebé estaba bien. Aún seguía el riesgo de aborto pero estaba bien.
Él se sentó a la esperaba de su padre, quien no tardó demasiado.
El hombre estaba más canoso y calvo de lo que Christian le recordaba, estaba más delgado de lo que era y su rostro estaba magullado. El color naranja le sentaba terrible.
Christian se mantuvo sentado en silencio.
Los ojos azules, iguales a los suyos, del hombre le recorrieron el rostro, como si no se pudiera creer que era el mismo Christian quien estaba sentado.
El rubio sonrió levemente antes de agarrar el teléfono y ponérselo a la oreja. Philip hizo lo mismo.
—Hola.—Christian fue el primero en hablar.
El hombre tardó unos segundos en hablar.
—¿Qué haces aquí?—Él dijo duramente.
Christian asintió. No se esperaba mucho, de todos modos. De hecho, esperaba más desprecio y rechazo. Esto era algo.
—He venido a ver cómo estabas.—Se encogió de hombros.
—Han pasado cinco años.—Dijo él.
Chris asintió.
—Han sido unos años muy ocupados...—Empezó.—Tuvimos que limpiar el nombre de Connor...Bueno, de los Worren, tuvimos que devolverles las herencias a los niños que fueron estafados, tuvimos que salvarlos...Muchos tuvieron que ser internados en clínicas de desintoxicación...Emm...Empecé a estudiar...—Christian dudó.—Y con la boda...—Él levantó su mano.
Su padre observó el anillo.
La mano de Chris tembló y tuvo que esconderla.
—Te casaste.—Dijo el hombre.
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No somos pecadores (2.5)
Teen FictionHistoria de Connor Esta historia no influye en absoluto con las anteriores ("Besos indecentes" y "Juguemos a ser heteros"). Es una historia aparte. +Embarazo masculino #1 en amorgay 19/08/21