No somos pecadores (2.5)

37.

—No quiero involucrar a Liam.—Murmuró Connor.—Debo pensar algo más.

Christian lo miró.

—¿A quién?

Connor sacudió la cabeza, restándole importancia.

—Un amigo.—Frunció los labios mirando la carretera.—Mi padre lo primero que hará es buscarme donde él.

Christian lo miró un rato largo antes de hablar.—¿Por qué? ¿Tan amigo tuyo es?

Connor sonrió divertido. Lo miró de reojo.

—¿Escucho celos en esa voz?—Lo molestó.

Christian rodó los ojos y se cruzó de brazos mirando por su ventana.

—No. Simplemente estoy preguntando por qué tu padre te iría buscar en primer lugar donde ese tal Liam.

Connor rio.

—No es gracioso, Connor.—Dijo más serio.—¡Han pasado dos años!

A saber qué personas has conocido y estado.

No podía reclamarle nada, pero era el principio de la cuestión.

Connor asintió.

—Bien; bien.—Puso una mano en el muslo de Christian.—No te preocupes. Es un hermano para mí.

Christian no parecía relajarse en lo más mínimo.

—Tiene tu edad.—Dijo, sin sentido, Connor.

—¿Sabe sobre mí?

Connor negó.

—No quería que nadie supiera de nosotros hasta que tú no lo aceptaras.—Connor soltó un suspiro.—Ni siquiera había un "nosotros", tampoco podía contar nada.

Christian asintió, comprendiendo.

—No quería meterte ni presión ni culpa. Tampoco meterte en algún problema. Liam no contaría nada, pero aún así preferí guardármelo para mí.

—Entiendo.—Christian puso una mano sobre la de Connor. Sus dedos se entrelazaron.—¿Dónde vamos, entonces?

Connor miró su móvil un Segundo.

—De momento deberíamos ir a un hotel.

Christian se tensó.

Hum.

—Lloverá pronto.—Dijo el moreno mirando las predicciones del tiempo.—Debería dejar este coche en algún sitio. Mi padre podría localizarlo. Buscaremos un taxi.

Christian lo miró anonadado.

—¿Localizarlo?

—Ja.—Rio.—Te sorprendería saber lo controlado que me tiene mi padre desde que me enteré sobre sus trapos sucios.

Christian se giró a verle bien.

—¿Qué trapos?

—Te los contaré una vez que estemos en un sitio más cómodo y tranquilos.

Christian se empezó a cuestionar seriamente si estaban haciendo las cosas correctamente: Estaban huyendo y escondiéndose como si hubieran hecho el peor crimen del mundo. No debían sentirse así solo por quererse y desear estar juntos.

Christian tiró el rostro rápidamente de Connor para juntar sus bocas en un beso rápido.

—¿Qué fue eso?—Preguntó Connor con una sonrisa tonta.

Christian rio, sintiendo esa ridícula sensación en su estómago y pecho.

No.

No estaban mal.

Ellos no estaban haciendo nada malo.

Él no debía dudar.

Solo era el principio, más tarde todo se estabilizaría.

¿Verdad?

—Nada.—Dijo sonriente.—Solo quería besarte.

Connor golpeó el volante divertido.

—¡Me provocas, Christy!—Se mordió el labio.—Han sido muchos años de continencia.—Confesó ciertamente tímido.—Ahora podrás ser mío, ¿verdad?

Christian sintió su pulso acelerarse. Oh.

Se estaba poniendo nervioso. En un buen y enamorado sentido.

—Siempre he sido tuyo, tonto.—Desvío la mirada avergonzado.

—Ya sabes a qué me refiero.

Christian sintió su corazón latir rápido en su caja torácica. Pum. Pum. Bien. Sí, estaba muy nervioso.

No es como si no hubieran hecho cosas antes, pero, ¿llegar hasta el final? ¿Eso iba a ocurrir? No podía imaginarlo.

Sentía que era dar un paso más grande en su relación con Connor. Algo más íntimo. Algo de los dos.

Algo que habían retrasado durante años.

Uh.

¿Connor tendría experiencia?

Algo dolió en Christian.

No podría juzgarlo.

Lo entendía.

Pero...

Pero.

—De todos modos.—Siguió Connor cuando Christian no respondió.—No quiero presionarte a nada. Si no quieres...Lo entenderé. No es lo que me importa. Es suficiente con tenerte aquí a mi lado.

Christian le sonrió de nuevo.

—Estoy feliz.—Dijo Connor.

Christian le besó la mejilla.

—Yo también.

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