A por una Dracoventura

Caminos separados

—¿Los líderes de gimnasio? ¿Cómo llegaron aquí? —preguntó Calem sorprendido de quienes eran.

—No es tiempo de explicaciones. Zapdos no esperará —advirtió Clemont sin quitarle la mirada.

—Es inútil, no podrán vencer a Zapdos —se burló el sujeto con una sonrisa confiada.

El líder de tipo eléctrico regresó a su Heliolisk, y sacó un Ampharos que tenía en su cuello un collar con megapiedra. Seguidamente, lo transformó en Mega-Ampharos.

Ramos le lanzó la Venusaurita a su Pokémon, activando la piedra activadora y transformándolo en Mega-Venusaur.

Lanzaron pulso dragón y un movimiento que creó muchos pétalos rodados que fueron a Zapdos. Era tormenta floral.

Pero el legendario menor esquivó sus ataques gracias a que podía volar. Entonces usó pantalla de luz.

—Es muy rápido, no podremos asestarle un golpe si se mueve por el aire —dijo Ramos mientras pensaba en algo.

—Creo tener una idea —mencionó Hilbert mirando al hombre mayor.

Les comentó a los tres su plan. Estaban de acuerdo en que sería algo arriesgado, pero era su mejor opción.

—Zorua, no te pido mucho. Mantenlo entretenido —pidió el chico—. Doble equipo.

Zorua se multiplicó en seis y usó bola sombra. Zapdos iba a usar chispazo, pero fue detenido por látigo cepa de Venusaur recibiendo los ataques fantasma.

—¡Ahora, ataquen! —exclamó el líder veterano.

Goo usó pulso dragón al igual que Mega-Ampharos. El legendario se dio cuenta, y usó sus rayos para contraatacar.

—Es muy fuerte, no podrán ganar —expresó Clemont cubriéndose.

—Bola sombra gigante —ordenó Calem.

Pero otro rayo interceptó el ataque. El zorro intentaba resistir con su movimiento porque era lo último que le quedaba.

El Pokémon legendario estaba ganando en el choque de los ataques, debido a la energía de la central eléctrica.

—«Necesitamos más. ¡Eso es!» —pensó Hilbert antes de ser interrumpido por cierto acontecimiento.

Un brillo se divisó en el lugar. Específicamente, en Goo. Al dispersarse, medía dos metros, mientras sus antenas crecieron exponencialmente y ahora poseía extremidades.

—Goodra —nombró sorprendido.

Los pulsos dragón lograron ganar terreno. No obstante, Zapdos no se rendía.

Entonces recibió un ataque por la espalda. El causante era ni más ni menos que Gabite, quien usó las lianas de Venusaur para impulsarse.

El ataque del dragón distrajo por un momento al legendario, dándoles la oportunidad de remontar y gracias a que estaba amarrado no pudo esquivar los ataques.

La combinación de los ataques causó una explosión. De ella bajaba una silueta conocida para ellos.

—¡Lo hicimos! —exclamó Calem con energía.

—Aunque estamos todos empapados —mencionó el entrenador de tipo dragón con desagrado al ver su ropa mojada por la lluvia.

—Pero es mejor a que el Zapdos te haya dejado como Torchic a la brasa —respondió Clemont con una sonrisa.

—Me alegro que puedas ver, Goo —comentó su compañero con una pequeña sonrisa.

Goodra le dio un gran abrazo a Hilbert dejándolo lleno de baba, aumentando aún más su desagrado.