Se dio cuenta que la portada decía diario. Un lado de él no quería leerlo, puesto que sería una invasión a la privacidad.
Aunque, ¿tenía otras opciones? Este diario podría ser la única pista que tendría de su amiga.
Tomó una decisión: lo leería de atrás hacia adelante. De esa forma, se enteraría de lo reciente.
Querido diario:
Hoy fue de mis peores días.
Realmente creía ser una buena líder de gimnasio, pero nada más alejado de la realidad.
Después de meses, recién me entero que de existía un monstruo en la ruta 14.
Me pregunto qué harían los demás líderes en mi lugar.
Ahora que lo pienso, no creo que sea tanto mi culpa. Según la víctima, no quiso decirme por desconfianza.
Aunque eso no quita el hecho de que me sienta mal por ellos. Solo eran una pareja que querían vivir felices.
Desde ahora buscaré a ese monstruo y cuando lo vea... no sé qué haré. Sé que es una amenaza, pero no puedo atreverme a matarlo.
¿Qué se supone que haga? Ojalá este diario fuera mágico y pudiera dar respuestas a todas mis preguntas.
Pero supongo que es parte de nosotros, los humanos, responder a nuestras propias incógnitas.
No quiero que Blacky experimente mismo que a Luis. Mejor dicho, no quiero que nadie inocente salga lastimado.
El diario seguía, pero Hilbert decidió que era suficiente. Ya tenía lo que buscaba.
Terminó de hacerle la cama a Valerie, para después ocultar su diario donde lo tenía antes.
—«Discúlpame, Vale. Desde ahora te voy a tratar mejor» —pensó con tristeza al saber lo que ella estaba dispuesta con el tema del monstruo del pantano.
Dejó cerrado con suavidad, para después, caminar al comedor donde se encontraban todas las chicas.
—Escuchen, quiero que se queden aquí —dijo el chico con seriedad al no querer que ellas le estorben en su búsqueda.
—¿Encontraste alguna pista? —preguntó la chica de kimono negro.
No le quedó más remedio que decir que efectivamente tiene una pista.
Las demás no tardaron en reaccionar, y le exigieron saber qué descubrió para comenzar a encontrarla.
—Lo repetiré de nuevo: quiero que se queden aquí —repitió lo dicho anteriormente.
—¿Por qué? ¡Podemos ser de ayuda! —exclamó Blossom con las manos en su pecho.
—Es peligroso para ustedes. Lo mejor es que se queden aquí. En caso de que no vuelva al anochecer, llamen a la policía —mencionó Hilbert dándoles la espalda.
—Blossom tiene razón, podemos ser útiles de alguna forma —comentó Linnea colocándose en frente de Hilbert—. Nosotras también nos preocupamos por la señorita Valerie.
—... Tienen razón —dijo mientras cerraba sus ojos—. Pero antes de ir, voy al baño.
Katherine lo guió al baño. Este era bastante espacioso para el beneficio de Hilbert. También tenía una ventana que mostraba el exterior.
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A por una Dracoventura
ФанфикHilbert, alguien con poca iniciativa, se ve obligado a viajar por Kalos. Tiene como objetivo ser un gran entrenador de tipo dragón, y para ello, deberá aprender mucho en esta aventura, mejor dicho, dracoventura.