En búsqueda de Valerie

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—¿Cómo te enteraste de eso, Clemont? —preguntó Hilbert intentando mantenerse tranquilo.

—Hoy me llegó una carta anónima. Esta decía que Valerie había sido hospitalizada —comentó el líder de gimnasio con preocupación por su compañera.

—Madre —nombró con un tono serio.

—No necesitas decirlo. Ve a verla —dijo con una pequeña sonrisa y sus ojos cerrados.

Antes de irse, Hilbert le agradeció a Clemont por decírselo.

«Lamento no poder ir, Hilbert. Pero ya tomé unos días, y si falto de nuevo a mi deber, perderé mi puesto» lamentó en sus pensamientos.

El entrenador de tipo dragón empezó a correr en dirección a la ruta 14. Menos mal estaba en Lumiose que conectaba a varias ciudades.

Había llegado al pantano después de correr bastante. Así que se dio un poco de tiempo para recuperar aire.

—Es cierto, lo había olvidado. —Sacó a Vern de su Poké ball, y le pidió que si le podía llevar.

El Pokémon se negó rotundamente. No estaba dispuesta a tolerar sus llantos en el aire nuevamente.

—Escúchame bien, una amiga está en el hospital. Y si no me llevas, tardaré al menos un día en salir de este pantano -?—comentó con enojo.

La Noivern vio a Zygarde en un árbol asintiéndole con la cabeza. Al parecer, si quería que le ayudara. No le quedó más remedio que aceptar la petición de su entrenador. Así que partió vuelo hacia ciudad Laverre.

Al llegar a la ciudad donde vivía Valerie, rápidamente preguntó dónde estaba el hospital.

—Aquí es —murmuró observando uno común y corriente.

Preguntó sobre la habitación de su amiga, pero le dijeron que ya se había ido. Hilbert se retiró del hospital con frustración de saber que no estaba ahí.

—Valerie, ¿dónde estarás? —habló para nadie en específico.

Fue al otro lugar donde probablemente estaría: su gimnasio.

«Espero que te encuentres bien, Vale» pensó con preocupación.

El gimnasio era enorme por dentro. Parecía una especie de jardín con unas pantallas en las paredes. En el centro estaba el campo de batalla.

Dentro se encontró con una mujer de cabello azul, enroscado en los lados de su cabeza. Lleva unas gafas extrañas y sus labios estaban pintados de color azul. Viste un traje con falda de color anaranjado, con una corbata del mismo color que su cabello.

—¿Quién eres tú? —preguntó Hilbert impactado al saber que no estaba la "líder de gimnasio".

—Me llamo Mable; la actual líder de gimnasio —se presentó con una reverencia.

—¿D-dónde está Valerie? —interrogó con la mirada consternada.

—Ella ya perdió su puesto. Ahora no le pertenece este lugar —respondió con un tono burlesco.

El chico salió del lugar maldiciendo en sus pensamientos. No sabía qué hacer ahora.

—Salgan todos. —Sacó a sus seis Pokémon, y les pidió que buscaran a Valerie.

Dragal y Gab se quedarían con su entrenador, debido a que no conocen físicamente a Valerie.

La gente de la ciudad estaba confundida por los tipo dragón que caminaban alrededor.

Más de algún entrenador trató de capturar a alguno sin éxito porque ya tenían dueño.

«Vale, prometimos luchar de nuevo. Y cuando estoy a un paso de luchar contigo, ¿desapareces? ¿Qué te habrá sucedido?» pensó con la mirada en suelo por un momento. Esto hizo que chocara con alguien.

A por una Dracoventura Donde viven las historias. Descúbrelo ahora