A por una Dracoventura

Lucha contra Victini

Escondida entre unos árboles, se encontraba el enorme Noivern viendo el combate.

*Idioma Pokémon*

—*¿Crees que podrán vencer a ese Pokémon? Se nota que no es normal* —mencionó observando atentamente a Victini.

—*Lo dudo. Tendrás que ayudarles cuando sea necesario* —dijo el Pokémon misterioso de la otra vez—. *En caso de que no puedas, tendré que ir yo*.

...

Hilbert veía fijamente a Victini, y luego miró Goo. Seguidamente, sacó a sus otros Pokémon.

—Muy bien, es hora de empezar. —Empezó a dar saltos junto a su equipo para calentar un poco.

El singular fue hacia Goo con puño fuego, y el mencionado lo derribó con hidropulso.

—Ahora, bomba ácida —ordenó seriamente.

Disparó una especie de mugre de color café amarillento de su boca, pero Victini fácilmente lo esquivó y utilizó cabezazo zen para hacer retroceder a Sliggoo.

Por órdenes de su entrenador, usó pulso dragón. No obstante, es esquivado y es atacado por una bomba ígnea más débil que la anterior.

—Vuelve, Goo. Te toca, Dragal —mencionó sin dejar de observar a su oponente—. Usa mini pulso dragón.

Por parte del dragón molusco, daba saltos hacia atrás para regresar con los demás del equipo. Mientras que Dragalge se ponía adelante, y disparó muchos pulsos dragones.

El Pokémon victorioso había evitado ágilmente los ataques de su enemigo y los intentó devolver lanzando bolas de fuego.

Dragal esquivaba sus mini bombas ígneas dando unos saltos y contrarrestando otros con pulso dragón.

—«Si el agua de aquí fuera profunda, tendríamos una pequeña ventaja» —pensó al mirar el agua del alrededor—. Hidropulso.

El singular lo partió con demolición, y también lo usó para derribarlo.

—Carga tóxica —dijo al ver que bajó la guardia.

Dragalge lanzó un montón de disparos morados que el pequeño no pudo esquivar debido a que pensó una victoria rápida.

—Cambio. Frax, usa garra dragón —ordenó Hilbert mirando al mencionado.

Victini miró que Frax venía hacia él, e intentó usar cabezazo zen, pero este lo evitó justo a tiempo. Entonces las garras verdes del Pokémon dragón lograron golpearlo dejándole en el suelo.

—Sabes, el mundo acostumbra a la paz y tranquilidad... qué va, la verdad es que han sucedido muchas cosas en los últimos años —expresó al recordar a los miembros del equipo Plasma, que casi trajeron la destrucción de Unova —. Puedo suponer que has pasado por mucho, pero sé que no eres un Pokémon salvaje ni malvado; me di cuenta en el momento en que vinimos aquí y no nos atacaste por miedo a herir a otros. Por favor, detente y aprovecha tu vida.

Esto era dicho por Hilbert intentando usar la razón para terminar este conflicto.

—*«Ojalá pudiera»* —pensó, pero de repente se sujetó la cabeza.

—¿Qué le está sucediendo? —preguntó Calem con inquietud al ver su acción.

—Serena, ¿está pasando? —interrogó Bryony inquieta mirando desde la ciudad.

—Así es —respondió seriamente—. Por cierto, ¿trajiste los cebos?

Ella miró a un Bisharp trayendo a Diancie y un Carbink junto a los otros dos cerca de donde estaban ellas.