ᴅᴀᴅ || ᴄᴏʟᴇ sᴘʀᴏᴜsᴇ

ᴏᴄʜᴏ.

-Thom -susurró. Corrí a su lado para poder tomar su mano.

-Mitch -me agaché para poder tomar su pequeña cabeza con cuidado y abrazarlo.

-Mami -comenzó a llorar.

-Shh bebé -acaricié su cabello- Estoy aquí -solté algunas lágrimas y agradecí haber tenido toallas desmaquillantes en el autoNo pasa nada.

-Es que yo -estaba haciendo pucheros.

-Mitch no pasa nada, bebé no pasa nada estás bien ¿De acuerdo? -asintió- Me hiciste pasar un susto tremendo -Mitchell miró su brazó y siguió el camino de la jeringa.

-Él es... -Susurró.

-SÍ.

-¿Qué hace acá? -preguntó confundido.

-Solo vino a verte pero ya se va, en unos minutos. Está durmiendo porque tenía sueño.

-No soy tan tonto mamá -dijo.

-Sangre -dije y Mitch hizo una mueca de asco. -¿Dónde está Thom?

-Con Melanie.

-¿Quién es Melanie?

-La madre de Cole.

-¿Hay que decirle Melanie o abuela?

-No sé -sonreí. El doctor me había dicho que cuando terminaran el transpaso de sangre nos podríamos ir.

-¡Ah! -gritaron detrás mío, comenzó a tocar una luz verde que estaba a un lado de la camilla y una enfermera llegó preocupada-Sáquenme esto -gritó, pensé que podría soportarlo- Oh mierda no -gimió.

-Señor Sprouse tiene que estar tranquilo, es solo una jeringa.

-Sáquela -comenzó a moverla.

-¡Cole! -grité.

-Está bien señora Ammar, La transfución ha acabado -dijo apuntando una pequeña pantalla que había en la sala, no entendí nada. A paso lento se acercó a Cole y comenzó a desconectar todo lentamente, como si quisiera hacerlo sufrir, reí al ver el rostro de Cole.

-¿Qué pasa? -susurró Mitch.

-Le teme a las agujas-dije apuntando la que él tenía en su brazo.

-¿Cómo Thom? ¿Por qué?

-No lo sé -toqué mi estómago, no había comido desde hace horas y esta es la hora exacta para el desayuno.

-¿Cómo está nuestra hermana? -preguntó.

-¿Qué?

-Casey.

-Oh, está bien -reí.

-Genial, Thom no la quiere pero yo sí -Seguiría con esto solo unos cuantos días más. era gracioso.

-¡Ah! -exclamó Cole.

-¡No puedes ser tan miedoso, tienes 29 años! -exlamó la enfermera claramente frustrada.

-Usted es la culpable que se demora un año en sacar una puta jeringa.

-¡No me hable así!

-¿Qué? Me ha dañado psicológicamente señora -gritó enojado, olvidándose de Mitch y yo.

-¡Estás loco! -gritó la enfermera comenzando a quitarle la jeringa a Eddie.

-Loca usted que estudia cinco años una puta carrera en la universidad para después no poder sacar una puta jeringa rápido de un pasiente que le teme a una jodida cosa -gritó.

-¿Qué? Estudié muchos más años niño no te permitiré que me trates así -dijo la enfermera caminando hacia la puerta.

-Vieja fea -bufó. Lo miré con una sonrisa en la cara. Oh Dios seguía tan igual- Lo siento, yo no debí decir todo eso.

-No, no debiste -quité la sonrisa en mi cara y lo miré seria.

-Sabes que le tengo miedo a toda cosa con punta -reí, claramente viendo el otro lado de sus palabras, Cole pareció entender y rió junto a mí.

-Están locos -bufó Mitchell.

-Loco tu que me copias el cabello -lo fulminó con la mirada.

-¿Y? ¿Tienes un problema con eso? -se exhalto Mitchell.

-¡Mitchell! -lo regañe, Cole tenía una sonrisa en su cara y lo miraba orgulloso.

- ¡Claro que lo tengo! no tienes estilo propio.

-Oh claro lo siento señor estilos -gruño Mitchell ¿Por qué estaba tan molesto? él mismo quería ver a Cole.

-Gay -lo fulminé con la mirada, ya era suficiente.

-Gay tu papá -le respondió Edward.

-¿Qué tiene que ver mi padre en esto? -preguntó Cole, él en serio estaba peleando con un niño de nueve años -Llama al tuyo y hablamos -sonrió Cole.

Mitchell me miró como si me estuviera, diciendo "Ya sabes que hacer"

-Te presento a mi mamá -habló Mitchell, Seguro está mucho más linda que la tuya y es un excelente papá -Dios... ahora entiendo todo. Mitchell sólo está molesto porque Cole hizo que se cayera por las escaleras y porque no sabe que es su hijo.

-No peleo eso, campeón.

-¡¿Estás coqueteando con mamá?!

-Mitchell para y tú Cole -lo miré- Estás bastante grande para pelear con niños de nueve años, puedes irte ahora, gracias por lo que hiciste por ambos pero es hora de que te vayas.

-No me iré -habló sentándose en la camilla- No soy tan imbécil como para no darme cuenta que perfectamente podría ser mío también, No soy tan imbécil como para no fijarme que tenemos los mismos rasgos y las fechas coinciden -me miró con esas miradas que matan.

-Tú no sabes nada -susurré, Mitchell no debería estar escuchando esto.

-Sé lo justo que debería saber.

-¡No! ¡No sabes! -miré a Mitchell que fulminaba con la mirada a Cole

-Quiero una prueba.