ᴛʀᴇɪɴᴛᴀ ʏ ɴᴜᴇᴠᴇ

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No podía dejar de abrazarlo, me era imposible.
 
Pensar en lo difícil que debe haber sido para Cole estar con los gemelos sin recordar a Dylan, su hermano, era terrible. Todas las veces que pude haberlo ayudado y no lo hice.
 
Cole estaba dormido y a pesar de que ya habían pasado algunas horas desde que me contó, no podía dormir. Estaba abrazada a él y tocaba mi estómago para asegurarme de que mi pequeño -gran— maní no se vaya, no podía ni imaginar perder a Thom o a Mitch.
 
Me paré de la cama y caminé hasta la habitación que sería para mi maní, una cuna estaba justo al medio, circular y con una cinta roja, en cuanto la vi me enamoré y Ashley también.
 
Me senté en la silla que estaba allí, nos habíamos adelantado bastante pero estaba feliz sabiendo que mi maní llegaría a un buen lugar.
 
No podía creerlo, ver a Cole llorar por recuerdos del pasado había sido definitivamente terrible, joder no sé puede sentir aún culpable. Dylan era el que quiso hacer esa broma, y aunque era su hermano -es difícil pensar en Cole con un hermano— él había sido el culpable, por muy cruel que suene.
 
Volví a pararme y caminé hasta la ropa que teníamos para la bebé, no era demasiada pero creo que era lo suficiente para el primer mes, Cole decía que necesitábamos comprar más pero esa ropa le durará tan poco que no dan ganas de gastar dinero en eso.
 
Habían hartos juguetes y muñecas, que genial era esto y que diferente era nueve años atrás.
 
Cuando nacieron los gemelos jamás pensé que luego tendría una pequeña princesita que nacería con todos estos lujos. ¿A qué mundo venía?
 
Sólo espero que sea igual que los gemelos, no físicamente sino en su forma de ser, yo estoy feliz por como se comportan los gemelos y aunque saben el dinero que tiene Cole y lo mucho que han tenido estos últimos meses siguen apreciando las pequeñas cosas y siguen tratándome igual que antes. Me gusta saber que ellos no han cambiado y sepan que no porque su papá tenga una Audi ellos merecen tenerlo sólo con pedirlo.
 
—Mamá -susurró Thom en la puerta.
 
—¿Thomas, qué haces acá? -pregunté caminando hacia él.
 
—No puedo dormir -murmuró limpiándose los ojos.
 
—¿Quieres qué duerma contigo? -toqué sus hombros.
 
—¿Cundo Maní nazca podré dormir con ella? -preguntó.
 
—Sí, claro que puedes -sonreí y caminamos hasta su habitación.
 
La habitación de Thom estaba llena de cómics, era gracioso y a él le encantaba.
 
—¿Dónde está papá? -preguntó acostándose.
 
—Durmiendo -me acosté al lado de él y Thom sonrió.
 
—¿Tu tampoco puedes dormir? -preguntó.
 
—No -murmuré— ¿Cómo estuvo tu día?
 
—Genial, gracias por hacernos el cumple -agradeció.
 
—No importa, Thom. Vamos, cierra los ojos y cuenta hasta 100.
 
Minutos después Thom estaba dormido y me levanté de la cama.
 
—¿______? -escuché a Cole desde la puerta.
 
—Shh -caminé hasta la puerta y luego la cerré— ¿Por qué no estas dormido?
 
—Pensé que te habías ido -me abrazó lo más fuerte que pudo aún cuando el estómago no lo permitía.
 
—¿Por qué me iría? Estoy feliz de que me hayas contado esto, te demoraste bastante tiempo pero está bien, tenías que superarlo.
 
—¿No estás enojada? -susurró.
 
—No -besé sus labios y juntos caminamos hasta nuestra habitación, era tan grande que no podía acostumbrarme.
 
—Te amo -susurró cuando ya estábamos acostados.
 
—Yo también, ahora deja de ser un llorón y vuelve a ser mi Cole risueño -pellizqué sus mejillas y Cole río.

—¡No, no, no! -chilló Thom.
 
—¡Sí, sí, sí! -reí corriendo junto a él.
 
—Papiiiiiiiii -corrió hasta Cole y se aferró a sus piernas.
 
—Thomas Mc... ¡Sprouse! -arreglé mi error al sentir como Cole me fulminaba con la mirada— ¡Cómo sea, ven acá!
 
—Papá me va a cortar los rulos, no lo permitas -susurró.
 
—Papá no te va a salvar esta vez, Thomyyyyy, vamos a ir a ver al amigo de Thom y él te cortará muy bien el cabello -sonreí caminando hacia el.
 
—¡Déjalo! -dijo Cole defendiéndolo.
 
—¡Cole, tiene que cambiar de look!
 
—¿Por qué no te cambias tú el look y me dejas tranquilo? -gritó.
 
—Thomas -traté de sonar enojada pero estallé en carcajadas.
 
—¡Lo hago sí Cole también lo hace! -gritó— ¡Y a Mitchell le está creciendo otra vez, vamos todos juntos y dejo que corten mis rulos!
 
—¡Cole, que buena idea! -aplaudí, sería gracioso ver a mis tres chicos llorar.
 
—No lo haré -dijo tomando de su cerveza.
 
—¡Es por Thom! -chillé.
 
—No lo haré, amor -río. Pero vamos... ¿Quién era más infantil, Cole o Thom?
 
—Thom si lo haces te compro el nuevo juego de Batman.
 
—Cole también me lo puede comprar -Cole asintió y sonrió.
 
—¿Qué hice para merecer esto, Dios?
 
—Lo siento mamá pero nadie tocará mis lindos rulitos.
 
...
 
—¡Esta es la mejor! -reí mostrándoles mi teléfono, la foto de Cole, Mitch y Thom con pucheros mientras cortaban sus rulos era lo mejor del mundo.
 
—Me veo mal así -gruñó Thom.
 
—Te ves hermoso -lo alenté.
 
—Lo dices porque eres mi mamá -bufó.
 
—No, lo digo porque te ves bien así -toqué su espalda y puse una mano en mi estómago.
 
Miré a Cole que estaba mirando la pared sin ninguna emoción en el rostro.
 
—Cole no estés triste -di un corto beso en sus labios y sonreí— te ves sexy con ese corte, a demás los rulos siguen estando sólo que más cortos.
 
—No tengo ganas de hablar contigo -soltó de mala gana.
 
—Vale, ¿Tu también estás enojado, Mitch?
 
—No, total en una semana más volveré a tener el mismo -sonrió.
 
—¡Aprendan a ser como Mitch! -sonreí.
 
—Se ve horrible igual que yo -dijo Thom.
 
—Mitch te mereces un premio, vamos a ir al centro comercial y te compraré lo que quieras -sonreí, Thom y Cole gruñeron.
 
—¿En serio? -preguntó emocionado.
 
—¿Lo qué quiera?

...
 
—Mitch me haces llorar -limpié las lágrimas de mis ojos antes que salieran.
 
—¿Por qué? -preguntó.
 
—Porque escogiste un regalo para maní en vez de algo para ti -besé su mejilla con fuerza y nos subimos al auto, Mitch se sentó al lado mío y me aseguré que tuviera el cinturón puesto.
 
—Ah pero eso es porque ya no se qué más quiero -tomó de su bebida y comió una papa— ¿Crees que a maní le guste el regalo?
 
—Apuesto a que se lo pondrá todo los días -sonreí.
 
—¿Gastaste mucho dinero? -preguntó.
 
—No, bueno un poco... Pero valió la pena
 
...
 
—No te voy a rogar otra vez -bufé.
 
—No es que no quiera...
 
—Vale, pero cuando vuelva a tener mi cuerpo de antes y necesites ayuda con tu pene no estaré para ti.
 
—Eres tan confusa.
 
—Estoy embarazada, tengo las hormonas en los cielos y por sí eso fuera poco no te atreves ni a tocarme, súmale dos gemelos vueltos locos y un perro que ya no se mueve de lo viejo que está, ah y no olvides a una perrita que es tan pequeña que no la puedo ver.
 
—¡Pero es que lo quieres hacer a todas horas!
 
—¡Es que no entiendes! -grité, me importaba poco sí uno de los gemelos se despertaba en este momento.
 
—¿Qué es lo que debería entender?
 
—¡No estoy bien! -iba a comenzar a llorar en cualquier momento— siento que no estoy siendo una buena madre, y que me he despreocupado de los gemelos un montón. No me siento cómoda estando contigo porque sé que ya no me miras igual. Quiero volver a tener la vida de antes y quiero que los gemelos vuelvan a sacarse buenas notas sólo para conseguir un juego. Necesito que maní nazca porque me siento sola. Necesito un maldito compañero y tu no lo haces bien porque estás la mitad del día en la oficina ¡Y está bien! Porque gracias a eso puedo dormir sin preocuparme si mañana habrá comida para los gemelos pero te necesito, no sólo... Ya sabes, no es que hagamos el amor y luego sienta mágicamente que tengo tu apoyo, no me siento bien. Sé que en cuanto aparezca una maldita chica con tetas gigantes te acostarás con ella y no quiero esa maldita vida para mi ¿Sabes? Porque no quiero ser como Melany, no quiero perderte pero no estoy dispuesta a que estés con otras chicas frente a mis ojos, y si lo estás haciendo prefiero que me lo digas, porque entonces será menos doloroso. No quiero que maní nazca mientras mi cabeza da vueltas sobre nuestro futuro, quiero que nazca en un ambiente relajado y que no se sienta jamás como yo en este momento. Ahora me debo ver tan patética que entiendo sobre vas a dormir con uno de los gemelos...
 
—¿Estás loca?
 
—No e..
 
—Cállate y deja que hable yo ahora. No te miro con otros ojos porque siento que te ves malditamente caliente con algo dentro tuyo. Te amo y no estoy con una chica de tetas gigantes. Eres una excelente madre y admiro que cuides a los gemelos por sobre todas las cosas. Si no quieres que trabaje todo el día me lo deberías haber dicho antes, yo sólo pensé que querías estar sola con los gemelos y no agobiarte demasiado. Te amo y no quiero que nunca más pienses eso sobre ti, porque estas guapa con ese estómago y con maní dentro.
 
—¿Eres feliz?
 
Cole pensó por unos segundos y luego respondió.
 
—Como nunca lo he sido.

ᴅᴀᴅ || ᴄᴏʟᴇ sᴘʀᴏᴜsᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora