Fᴇʟɪᴢ ᴅɪ́ᴀ, ᴘᴀᴘᴀ́

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______
 
—La abuela me acompañó a casa y traje un peluche de Thom, quizás le sirva para dormir bien en las noches que se quede -Mitchell me miró y abrió un bolso.
 
—Oh mi dios -lo abracé y le di a Cole el bolso.
 
Thom estaba en una sala post-operación, aún no despertaba por la anestesia pero el doctor nos dijo que pronto lo haría. Debería estar con un sueño terrible, pero me era imposible dormir sabiendo que Thom podría despertar y no ver a nadie a su lado. Cole había ido a bañarse ya que se sentía incómodo estando con la misma ropa que había usado ayer. Ya iría yo luego.
 
—¿Qué le pasó a Thom? -me preguntó Mitchell.
 
—Nada, sólo se enfermó -sonreí.
 
—¿Y por qué no puedo verlo? -Mitchell hizo pucheros.
 
—Porque está descansando.
 
Cole llegó unos minutos después con Melany.
 
—Hola _____ -habló sonriente.
 
—¡Hey! -le di un corto abrazo. Melany me preguntó como estaba Thom y le agradecí que viniera, al menos alguien estaría con Mitchell y serviría de distracción. Volví a sentarme quedando a un lado de Cole.
 
—¡Mitchell! -dijo emocionada Melany, Mitchell sonrió y corrió hacia ella para abrazarla.
 
—Lo siento, ella se metió al auto sola -Cole besó mis labios cortamente. Traté de mirar mal a Cole por decir eso pero no pude— ¡Vamos! Sonríe -mostró sus dientes para que yo pueda ver su sonrisa.
 
—No puedo -hice pucheros.
 
—Thom estará bien ahora _____, tienes que relajarte.
 
—Esto es tu culpa -golpeé su pecho suavemente— Eres un idiota que no puede cuidar a sus hijos ¿Sabes? En todo este tiempo le han pasado más accidentes a los gemelos que en toda su vida -Cole sonrió y quise matarlo— Los volviste a ver por un accidente, siempre tienen accidentes cuando están contigo, Thom ahora está operado y según tu fue un accidente, me está aburriendo esto, Sprouse.
 
—¿Qué te puedo decir? Soy un papá por accidente.
 
—Estás loco -quería ir a casa y bañarme pero aún no podía, mi rostro debe ser algo de no mucho agrado.
 
—Papi -Mitchell de tiró sobre Cole y luego se sentó en medio de nosotros.
 
—¿Qué pasa?
 
—Espacio personal, papá, espacio entre ustedes dos.
 
—Mitchell, deja de meterte en nuestra relación -gruñó Cole.
 
—¡No! es mi mamá y yo la vi primero -miré a Mitchell y solté una carcajada.
 
—Te equivocas -habló Cole con voz ronca— Yo la vi mucho antes que tu.
 
—¡No! Además yo he estado dentro de ella y tu no -Mitchell sacó la lengua y Cole comenzó a reír.
 
—¿Seguro de eso, compañero?
 
—¡Cole! ¿Cómo dices eso?
 
—Sólo quería decirle a Mitchell que también he estado dentro tuyo.
 
—Cierra la boca -fruncí el ceño y le di dinero a Mitch para que vaya a comprarse unos dulces. Mitch me abrazó y me dio un beso gigante en la mejilla.
 
Nadie en el mundo va a entender lo mucho que amo a mis hijos. Lo mucho que es necesario saber que ellos están bien para poder estar bien yo misma. Lo mucho que alegran mis días. Lo increíble que me siento siendo su madre.
 
—¡Vamos! ¡Ahora podemos pasar! -chillé emocionada, Cole le dijo algo a Melany y Mitchell se sentó con ella en la sala.
 
Con nuestras manos entrelazadas caminamos por los pasillos del hospital, era todo súper elegante y me sentía rara estando allí. Entramos a la habitación, Thom tenía los ojos abiertos y miraba a todos lados sin saber bien dónde estaba. Jesús. La habitación era genial, una televisión gigante cubría gran parte de la pared y distintos tipos de juegos estaban en un mueble. Miré a Cole para que me diera una explicación, ¿Él iba a pagar por esto? Iba a salir una fortuna.
 
—¡Thom! -creo que estar pensando en el dinero ahora no valía. Tenía a mi hijo frente a mí, vivo.
 
—Mami -Thom hizo pucheros, trató de moverse pero una mueca de dolor se formó en su rostro.
 
—Ay, ¿Estás bien? -tomé su brazo— Thom, nunca vuelvas a hacer algo a escondidas con Cole ¿Vale? Cole está loco -besé su frente.
 
—¡Hey! -bufó Cole, aún estaba en la puerta— Lo siento, hombre. No fue mi intención darte hamburguesas que reventaran tu estómago.
 
—¡Cole! -estaba loco ¿Cómo le dice eso a Thom?
 
—¡Deja de llamarme la atención! -bufó— No soy un niño.
 
Lo pareces.
 
...
 
Cole se había ido a su casa porque según él se sentía demasiado culpable viendo a Thom.
 
Thom no iría en toda la semana a la escuela y Mitchell tampoco, me resultaba difícil tener que estar entre la escuela y el hospital.
 
El doctor había dicho que después de tres días Thom se podía ir pero a los tres siguientes tenía que venir a saturar los puntos. Thom sufría cada vez que se reía o movía sus brazos.
 
—Mamá -dijo Mitchell, estaba sentado en la camilla a los pies de Thom jugando con unos cubos que se desarmaban.
 
—¿Qué pasa? -estaba aburrida y odiaba a Cole por dejarme sola, nos podíamos quedar toda las horas que queramos porque Cole había pagado una cosa exclusiva. Lo más gracioso es que se había ido porque quería.
 
—¿Qué vamos a hacer mañana? Mh... No sabemos bien que hacer si Cole está acá -susurró Thom, si hablaba fuerte también le dolía.
 
—¿Qué? -me paré rápidamente del gran sillón que había.
 
—En la escuela, le hicimos algo a Cole -murmuró avergonzado Mitchell.
 
—¿En serio? -la sola idea de ver a Cole recibir los regalos me emocionaba.
 
—Sí pero a Cole no está y los regalos están en mi cuarto -Thom llevo las manos a su cabeza.
 
—Yo los iré a buscar.
 
—¿En serio? -preguntó Mitchell con una sonrisa.
 
—Sí, vamos Mitch, Thom se quedará acá.
 
Mitchell saltó de la camilla y luego de darle más besos que nunca a Thom nos fuimos a buscar los regalos.
 
...
 
—¡Son unos tiernos! -mi labio inferior comenzó a temblar, santo dios eran tan hermosos.
 
—¡Somos unos buenos artistas! -no lo dudaba. Estábamos en casa viendo el regalo de los gemelos, era tan tierno que sí Cole lo veía se pondría a soltar lágrimas allí mismo.
 
—¿No vamos a volver dónde Thom?
 
—No, Mitch. Vamos a dormir, mañana muy temprano iremos a ver a Thom y le llevamos muchos juguetes y ese pijama de Batman que el ama -lo tomé en brazos y caminamos hasta mi habitación. Mitchell comenzó a decir cosas sin sentido en mi pecho.
 
Le saqué toda la ropa y lo acosté en mi cama antes de ir a preparar su leche.
 
No se sentía bien dormir sin Thom en casa.
 
...
 
—Mitchell, ¿puedes levantarte de una vez?
 
—Estoy tomando un baño ya -susurró, aún estaba durmiendo.
 
—¡Levántate! -grité cansada de ser amable— ¿Quieres ver a tu hermano o no? -Mitchell asintió con los labios separados— Y el regalo de Cole seguro se lo entrega tu rata. Vamos Mitchell, apúrate -su boca seguía abierta y lamenté haberle gritado cuando comenzó a hacer pucheros-Aw... Mitch, ya estas grande para llorar porque te despierto -acaricié su brazo— Vamos, bebé. Te bañaré yo para que no te duermas en la ducha ¿De acuerdo? -Mitchell asintió y se cargó en mi pecho. Necesito dejar de ser así con los gemelos.
 
Después de bañar a Mitchell y vestirlo de la mejor manera que pude, lo deje en la cama para que viera la película de Batman mientras me bañaba.
 
Me bañé de la manera más rápida posible y luego y tomé los primeros pantalones negros del armario y una polera que me había regalado Thom, era genial, los tacones eran negros y me golpee mentalmente por no poder usar zapatillas.
 
Tengo que llamar a Ashley también, se enojará si se entera que Thom casi muere y yo no le aviso.
 
Mitchell estaba durmiendo en la cama, bufé y tomé su cuerpo para llevarlo al auto e irnos al hospital no sin antes tomar el regalo y ponerlo en el sobre que iba.
 
...
 
—¿Por qué no llega? -bufa Thom.
 
—Dijo que llegaría en unos minutos -mis manos comenzaban a sudar, me moriría si Cole no viene y los gemelos se quedan con el regalo.
 
—¿Puedes llamarlo otra vez?
 
—Claro -tomé mi teléfono pero antes de marcar el número de Cole, este apareció en la puerta con una sonrisa y las manos en sus bolsillos. Estaba nervioso.
 
—Hey, papá -Mitchell corrió hasta él y lo abrazó, aunque le llegara justo al obligo.
 
—Hola, Mitch -lo tomó en brazos. Mitchell era un bebé ahora y eso me preocupaba. Estaba viendo cada movimiento que hacían los gemelos junto a Cole.
 
—¿Cómo estas, campeón? -despeinó el cabello de Thom y Thom comenzó a reír, luego se quejó porque le dolía e estómago cuando lo hacía.
 
—¿Y tú? ¿Cómo estás? -se acercó a mi y besó mis labios con rapidez, sentí su lengua en mis labios pero no le daría de esos besos frente a los niños, además no quiero que arruine el momento de amor de los gemelos hacia Cole. Cole gruñó y se separó de mí, luego tomó el control de la televisión y comenzó a cambiarla hasta encontrar los programas de fútbol.
 
—Niños, ya -les dije, si no lo decía ellos nunca le pasarían el súper regalo, estaba tan genial que ya quería que fuera el día de las madres.
 
Thom y Mitch dijeron que lo habían hecho en la escuela pero no hay manera de que lo hayan hecho allí pero no tengo idea quien los habrá ayudado.
 
—¿Qué? Eso sonó como sí me fueran a tirar un balde de pintura -Cole rió nervioso. Thom trató de acomodarse en la camilla y miró a Mitch.
 
—¿Ya? -preguntó Mitchell— Estoy nervioso mamá...
 
—Estamos juntos -rió Thom y tocó su estómago, él tenía que parar de reír si quiere ir a París con vida.
 
—Feliz día, papá -dijeron ambos.
 
¡Mierda! Eso había sonado tan lindo. Joder y la puta mierda iba a llorar yo.
 
—Feliz día, es el día del padre hoy y... -Thom no sabía que decir. Cole me miró y bajó la cabeza.
 
—Papá -Mitchell saltó de la camilla y le entregó el regalo— Esto mmh... Es un regalo porque nunca te hemos regalado nada y es el primer día como este que pasamos juntos -Cole lo abrazó y besó su frente, luego lo hizo con Thom que tenía una sonrisa gigante en el rostro.
 
—¿P-puedo abrirlo? -Cole de sentó en la camilla junto a los gemelos, me miraba nervioso.
 
—Esa es la idea -dijo Mitchell.
 
—Bueno -sonrió y abrió el papel con cuidado. Sus manos comenzaron a sacar los distintos papeles que habían dentro. Los miró y sonrió pasando los dedos por cada fotografía.
 
—Ahí teníamos cinco -Mitchell sonrió— Fue nuestro primer día de clases y no dejábamos de llorar -Cole sonrió también, eran tan iguales.
 
—Y ahí habíamos nacido recién.
 
—¡Eran iguales!
 
—Sí. ¡Mira! Ahí fue nuestro primer partido, teníamos siete -gritó Thom, después puso su mano en su estómago.
 
—¡Thom! Deja de reír y gritar -me paré del cómodo sillón y caminé hasta la camilla de Thom, Cole era ajeno a todo lo que pasaba, sólo veía las fotografías con una sonrisa.
 
—Deja de regañarme -hizo pucheros, reí y besé su frente.
 
El doctor había dicho que luego de la operación y si todo iba en orden Thom se podía ir a los tres días, dijo que no era una operación complicada y que todo dependía de como lo cuidáramos. Ahora faltaba un día y Thom ya estaría de vuelta a casa. En una semana nos iríamos a París. Cole ya había cambiado los pasajes para todos ya que por la operación de Thom no podríamos ir tan luego.
 
—¡Ese soy yo! -gritó Mitch, en la foto salían ambos desnudos y Mitchell estaba en el suelo.
 
Cole ya había puesto las fotos en orden, eran nueve. Una por cada año que ellos tenían.
 
—Es el mejor regalo que he recibido en años -sonríe. ¡Era tan guapo que tenía ganas de comérmelo a besos!
 
—¿En serio? Pensamos que no te iba a gustar -Mitchell estaba loco si pensaba eso.
 
—¡Sí! Está muy bueno -abrazó a Mitchell y tocó la pierna de Thom.
 
—¿Tienes hambre, Mitchell? -pregunté ya que no había comido en todo el día.
 
—Bien, iré a comprar algo para comer.
 
—Voy contigo -Cole se paró y al instante estaba a mi lado.
 
—No podemos dejarlos solos.
 
—Llamaré a una enfermera, vamos.
 
Tomó mi brazo y caminamos hasta la enfermera, Cole le preguntó a una sí podía ir y la chica asintió sonriendo ¡Aw, odiaba que hicieran eso!
 
—¿Sabías lo del regalo? -preguntó.
 
—No, me dijeron ayer que lo tenían pero no sé como lo hicieron -apreté su mano frustrada, todas las chicas lo miraban y me estaba molestando.
 
—Sabes que me arrepiento de no haberte buscado por más tiempo ¿Verdad? -asentí, sé cuanto se arrepiente de no haber podido estar con los gemelos. yo también me sentía culpable, las culpas estaban divididas así:
 
Cole: 20%
 
____: 80%
 
—Mierda, te quiero tanto -sin importar la gente que estaba allí, me pegó a la pared y besó mis labios con ímpetu.
 
—También te quiero -junté mis manos en su cuello y volví a besarlo, era desesperante lo mucho que lo necesitaba ahora en mi vida.
 
Asustaba.
 
Cole
 
Mitchell, Thomas. Dos personas -niños más bien— que con sólo decir una palabra alegraban mis días.
 
¿Cómo se puede explicar lo mucho que comienzas a querer a unos gemelos revoltosos?
 
No importa si no estás con ellos desde el comienzo, lo único que importa luego de saber que tienes a dos hermosos hijos es hacerlos felices.

ᴅᴀᴅ || ᴄᴏʟᴇ sᴘʀᴏᴜsᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora