ᴛʀᴇɪɴᴛᴀ ʏ ᴄᴜᴀᴛʀᴏ

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—¿Cuál es su nombre? -preguntó la doctora.
 
—____ McGuire -respondí nerviosa.
 
—Mira... Te haré unas preguntas pero no te sientas obligada a responder. algunas son personales o como lo creas -sonrió y apretó mi mano.
 
—No, está bien -sonreí nerviosa.
 
—¿Edad?
 
—26.
 
—¿Tienes más hijos?
 
—Sí, son gemelos -sonreí.
 
—Entonces tenemos la prueba de sangre, definitivamente estás embarazada.
 
—Lo sé -susurré.
 
—¿Cómo pasó?
 
—Bueno, estábamos en París y una cos,
 
—¡No! -rió— me refiero a sí se protegieron o no.
 
—Oh, no. Vale, yo me debería haber tomado una pastilla al día siguiente pero la tomé 48 horas después.
 
—¿Tomaste la pastilla del día después cuando estabas embarazada?
 
—No sabía que estaba embarazada en ese entonces.
 
—Oh -frunció el ceño— ¿Hace cuanto fue esto?
 
—Un mes -¡Un mes! ¡Había pasado demasiado rápido!
 
—¿Y el padre se hará cargo?
 
—Oh, sí.
 
—¿Él es el padre de tus primeros hijos?

Asiento repetidas veces.
 
—¿No tienes ninguna enfermedad y él tampoco, verdad?
 
¿Cole tendrá alguna enfermedad?
 
—Hace años él tenía asma pero no sé si ahora seguirá con eso -susurré avergonzada.
 
—Un mes es muy poco para poder ver al bebé, al menos que quieras un examen, es por dentro pero no es doloroso ni nada.
 
—¿Por dentro? -me apresuré a decir, asustada.
 
—Es una máquina que se introduce y esto tiene una cámara, entonces es posible ver si hay bebé o escuchar sus latidos. ¿Quieres eso? Aunque es más costoso y...
 
—¡No importa, quiero hacerlo!
 
—Entonces pasa a la camilla -ya estaba con la bata puesta, maldición no hacia esto hace años. La doctora se puso unos guantes y tomó un aparato que estaba allí— Vas a sentir una leve presión pero se pasara inmediatamente.
 
Bien -susurré mordiendo mis labios. Sentí una presión en mi parte baja y chillé pensando que dolería más pero el dolor se calmó.
 
La doctora comenzó a ver la cámara en busca de algo, hasta que sonrió.
 
—Allí, justo allí -apuntó la pantalla, sólo veía manchas negras y blancas— Espera, no hay latido.
 
—¿Qué? — me sentí mareada.
 
—Se debería escuchar, pero no pasa nada -susurró. Sabía que significaba eso.
 
—Mierda, no -susurré.
 
—Pero... -De pronto un poderoso "bum" se escuchó por toda la habitación— Oh, allí esta -comenzó a reír— Vamos mamá, sonríe, acabas de escuchar uno de los primeros latidos de tu bebé. Es pequeño pero fuerte -comencé a reír y me sentí mucho más aliviada. ¡Era igual que Thom y Mitch! ¡Como un pequeño maní! ¡Mi pequeño maní está bien!
 
—¿Todo en orden?
 
—Perfectamente, bastante grande para tener un mes -río. Pegué la espalda en la camilla y una lágrima cayó por mi mejilla. Vale, mi tercer maní estaba perfectamente sano.
 
...
 
—No me hables -gruñó Cole.
 
—¡Amor! -me senté en su piernas y puse mis manos en sus mejillas.
 
—¡No, fuiste al primer control sin mí!
 
—Pero te amo -reí.
 
—No te rías.
 
—Te traje una foto -saqué la foto de mi bolso y la puse en su escritorio.
 
—¿Oíste los latidos? -susurró.
 
—Sí y la doctora dijo que era grande para el tiempo de gestación -sonreí.
 
—Va a ser niña -afirmó.
 
—No sabemos, Cole -me apoyé en su hombro y olí su perfecto perfume.
 
Blue de Chanel seguía siendo el mejor para mí.
 
—Tiene que ser niña -tocó mi pierna— ¿Te imaginas a los gemelos con una hermanita?
 
—Da lo mismo eso, mientras esté sano todo estará bien.
 
—Pero quiero que sea niña -hizo pucheros.
 
—Voy a estar como una pelota ¿Sabes?
 
—Una pelota que me follaría una y otra vez -beso mi cuello.
 
—Cole, estás loco -reí.
 
—Y tu caliente -llevó una mano a mi pecho izquierdo— Tenemos un día solos en la oficina y no tienes puta idea de las ganas que tengo de hacerte mía en este lugar -oh, pasé ambas piernas, quedando a horcajadas sobre él.
 
—¿Quién llegará mañana?
 
—No lo sé pero la mujer que escoge el personal me mandó una ficha, parece guapa,
 
—¡Oh, Dios! Puta madre Cole Sprouse eres un imbécil -chillé y traté de salir de sus piernas.
 
—¡Hombre, no. Tiene 50 años!
 
—Eso está mejor -reí. Ay debo dejar de ser tan celosa con mi chico.
 
—Me encanta que seas así -besó el lóbulo de mi oreja— Eres lo mejor de mi vida, y los gemelos también, ¡Oh y el bebé!
 
—¡Te amo! -reí, me daba cosquillas lo que estaba haciendo.
 
—Yo también
 
—Mh...
 
—Vale, hemos hablado mucho -se paró conmigo en brazos y me dejó sobre el escritorio— Oh, cariño, eres demasiado guapa y no he dejado de imaginarte con nuestra bebé en brazos -gimió sacando su camisa.
 
—¡Cole, aún no sabemos sí es niño y niña!
 
—Es niña -siguió afirmando.
 
—Bueno, bueno -reí y terminé de sacar su camisa— deberías apagar las cámaras -Cole gruñó y se separó de mí, cerré lo ojos esperando a que volviera y cuando lo hizo sonreí.
 
—Listo, amor -admiré su torso tatuado y lo atraje a mí. Cole sacó rápidamente mi falda dejándome sólo en medias (y bragas).
 
—Te amo -susurré en su oído. Cole estaba tratando de sacar mis medias pero estaba realmente complicado— saca tus pantalones, vaquero, yo sacaré mis pantis.
 
—Creo que es lo mejor -rio. A lo segundos Cole tenía fuera sus pantalones y yo mis bragas. El pulso se me aceleró y comencé a besarlo desesperadamente.
 
—¡Vamos, Cole! -pedí rogando para que nuestros cuerpos se unieran.
 
—Estoy duro como una roca, _____, me duele la polla -gimió.
 
—¿Te duele? ¿Por qué te duele?
 
—Porque necesito metértela -gimió y pude sentir la punta en mi entrada— ¡Joder! -comenzó a juguetear y gemí desesperada. Madre mía.
 
—Cole -gemí.
 
—¿Quieres que lo haga?
 
—Sí -volví a gemir.
 
—Te amo -dijo en mi oído. Subió su mirada y me levantó el rostro con sus manos para poder besarme.
 
—Yo también, un montón -susurré— Pero necesito que colecito cumpla mis deseos.
 
—Mucha espera, cariño -bajó su cadera y yo subí la mía. Puta madre. Oh mi maldito padre. Se movió en círculos dentro de mí y ambos soltamos gemidos— Pensé que era imposible volver a amar tanto a alguien -se sale y luego vuelve meterse más adentro, más arriba.
 
Es el cielo.
 
—¡Cole!
 
>>embestida<<
 
—Tan malditamente mal -volvió a moverse y sentí que tocaba el cielo— Ninguna fue como tú, ninguna maldita persona se va a comparar contigo.
 
—¡Ay, Dios! -traté de ponerle orden a mis pensamientos pero no podía. Sus movimientos no me dejaban pensar.
 
—Eres mía, sólo mía. Nadie jamás va a volver a mirarte con otros ojos.
 
Se retiró y volvió a entrar lentamente.
 
—¿Qué hay de ti, también eres mío? -pregunto moviendo mis caderas.
 
—Dime que me amas.
 
—No me hagas repetirlo y dime que me amas -volvió a salir y entró lentamente.
 
¿Me esta follando hasta el útero y me dice que le diga que lo amo? ¡No puedo ni hablar de los gemidos que suelto!
 
—Te amo -susurré cuando encontré aire en mis pulmones.
 
—Suena tan sexy en ti -soltó un ronco gemido. Una vena se nota en su frente y una gota de sudor bajó por su rostro. Dejó sus fuertes embestidas y comenzó a mecerse con suavidad— Vale, ahora hagamos el amor -susurró.
 
Su tacto (y movimiento) habían cambiado de una forma desesperante, estaba siendo tan tierno que por un momento pensé que iba a desmayarme bajo sus brazos. Trato de no pensar en la locura de estos días y acercó su rostro al mío. Nariz con nariz. Me dejo llevar. Sus suaves embestidas hacen que mi sexo se aferre a su miembro con fuerza.
 
—Juntos -gime sobre los labios.
 
—Sí -susurró.
 
—Demonios, _____ -una bocanada de aire se escapa de sus labios y su cuerpo se tensa sobre el mío.
 
Arqueo mi espalda y el clímax llega, cierro los ojos para tratar de controlar esto pero es imposible cuando tengo a Cole gimiendo sobre mi y descargando su placer. Siento como sí en cualquier momento las lágrimas van a caer.
 
¿Por qué lloraría?
 
Soy feliz con él.
 
Su cabeza se echa para atrás y casi puedo adivinar su descarga cuando infla sus mejillas y suelta aire lleno de placer.
 
—Vamos a asustar a mi pequeño maní -hago pucheros.
 
Mueve las caderas y yo suspiro.
 
—¿Quién mierda es tú pequeño maní? -río y salió de mi, gemí por la falta de contacto y Cole volvió a entrar— Un minuto más, se me esta helando el culo.
 
—Rawr -aprieto su trasero y Cole ríe— Pequeño maní es nuestro bebé. ¿Has visto las fotos? Es un maní muy pequeñito -sonrió y Cole besa mi sonrisa.
 
—¿Lo llamaremos pequeño maní? -pregunta curioso.
 
—Sí. Pequeño maní número tres.
 
— ¿Por qué número tres? -vuelve a mover sus caderas.
 
—Porque ya tengo a pequeño maní uno y pequeño maní dos.
 
—¿Thomas y Mitchell? -ríe.
 
—Vale, necesito salir de mi lugar favorito porque estas teniendo esas réplicas post-orgasmo y se siente demasiado bien para ser verdad -sonreí avergonzada y Cole subió su bóxer y pantalones.
 
—A eso, Cole, le llamo saber follar.

ᴅᴀᴅ || ᴄᴏʟᴇ sᴘʀᴏᴜsᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora