ᴠᴇɪɴᴛɪᴏᴄʜᴏ

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—_____, necesito que se decidan de una maldita vez -Cole entró por la puerta de mi oficina, estaba enojado porque aún no escogíamos un lugar para ir de vacaciones, los gemelos saldrán en una semana y sólo tienen dos libres.
 
—No soy sólo yo ¿Sabes? Ashley también tiene que escoger.
 
—¡Vamos! Tienes que escoger un lugar ¿Te gusta España?
 
—No quiero España. Tu sabes donde quiero ir.
 
—No vamos a ir a Los Ángeles -bufó.
 
—¿Por qué? -me puse de pie y camine hasta Cole.
 
—Porque no quiero volver allí -gruñó.
 
—¿Escondes algo allá? -entré cerré los ojos— Te conozco Sprouse.
 
—¡No escondo nada! Pero tienes que entender que las gemelas ya conocen allá, ¿Cuál sería la gracia?
 
—Bien -crucé mis brazos. Cole rió y me abrazó.
 
—Sólo tienes que escoger un lugar -rió.
 
—¿Y si hablamos con los gemelos? Ellos dirán donde quieren ir y luego le preguntamos a KJ y las gemelas.
 
—Es lo mejor, creo.
 
—¿Los vas a buscar tu a la escuela?
 
—De acuerdo -amaba que siempre hiciera caso.
 
—Es lunes, tienen basquetbol.
 
—Tu vas a casa y luego yo voy con ellos.
 
—Sí -Cole tomó mi rostro con sus manos y me besó.
 
—Estás muy linda hoy.
 
—Gracias -reí, ¿a qué había venido eso?
 
Cole volvió a besarme y me puso contra la pared. Todo tiene sentido ahora.
 
—Muy, muy linda -sonrió.
 
—Gracias, Cole.
 
—Bueno, creo que no entiendes -bufó y se alejó.
 
—Si entiendo, tonto.
 
—¿Entonces? -preguntó.
 
—No lo haremos hoy, menos en mi oficina.
 
—¿Y la mía?
 
—No.
 
—Oye, me estoy aburriendo de esperar -hizo pucheros.
 
—Que pena, tendrás que esperar unos días más -sonreí.
 
—¿Ah?
 
—¿Quieres qué te explique? -Cole asintió confundido, se sentó en el pequeño sillón que había y yo en sus piernas.
 
—¿Tu me haces esperar porque quieres?
 
—Cuando uno es mujer, ciertas partes en ti cambian mientras vas creciendo...
 
—¡No, para allí! -tapó su cara con ambas manos.
 
—Entonces una vez al mes un amigo viene a visitarte -sonreí— Y____ se pone muy gruñona cuando ese amigo viene -hablé con voz gruesa. Cole comenzó a reír— Y lo que Cole tiene que hacer es dejar de molestar a ____ con sexo porque sí lo sigue haciendo _____ pateara sus bolas ¿Entiendes? -sonreí.
 
—¿Por qué seguiste? dios que vergüenza escuchar eso -rió Cole.
 
—Y si Cole sigue riéndose de ____, se pondrá más furiosa y... ¡Golpeara el trasero de Cole!
 
—Para, estás loca -Cole se paró de la silla y movió su mano en forma de adiós.
 
—_____ se enoja mucho cuando la dejar hablando sola -grité.
 
—¡Estás loca!

...
 
—Mamá -Mitchell entró a la habitación, estaba acostada en posición fetal y un dolor insoportable cubría mi abdomen.
 
—¿Por qué no vamos a hablar los cuatro sobre lo del viaje?
 
—¿Por qué no te mueres, Mitch? -en estos días le deseo la muerte a todo el mundo.
 
—¿Qué demonios? ¡No he hecho nada!
 
—Mitch déjame en paz -sentí el cuerpo de Mitchell sobre la cama.
 
—¿Qué pasa? ¿Estás enferma? -hizo pucheros.
 
—Mitchell, por favor -gruñí.
 
—Oh... Estás en los días negros -los gemelos siempre le decían así cuando estaba en mis días.
 
—Son más rojos en realidad -susurré.
 
—¿Por qué?
 
—Porque me gusta más el rojo.
 
—¡Vamos! Tenemos que escoger un lugar todos juntos -saltó en la cama emocionado.
 
—Voy a tirar una manzana a tu cabeza sí no dejas de moverte.
 
—Pero tenemos que ir -hizo pucheros— Le diré a Cole que te haga un té -me levanté de la cama y caminé hasta las escaleras, Mitchell atrás mío venía cantando una canción. Cole estaba sentado en la mesa y frente a él estaba Thom.
 
—Papá hazle un té a mamá.
 
—Aw ¿Por qué yo?
 
—Porque mamá necesita un té -dijo— Está en los días negros.
 
—No quiero un té -caminé hasta Cole y me senté en sus piernas. Me gustaba hacerlo.
 
—Bueno -Mitchell golpeó la mesa, estaba sentado al lado de Thom, yo seguía en las piernas de Cole y con mis brazos al rededor de su cuello.
 
—Yo quiero ir a... ¡Argentina! -gritó Thom.
 
—Yo quiero Japón.
 
—Yo quiero ir a Italia -Cole puso sus manos en mi abdomen, estaban calientes y se sentía bien.
 
—Yo no tengo idea -bufé.
 
—¡Tienes que escoger uno!
 
—París -escondí mi cabeza en el cuello de Cole.
 
—¡Yo también! -gritó Thom emocionado.
 
—¿Mitchell? -preguntó Cole.
 
—Sí, me gusta también -sonrió— ¿Pero podemos ir a Japón algún día?
 
—Claro -sonrió Cole. Sus manos se movían despacio en mi abdomen dando calor. Dios lo amaba por hacer esto.
 
—Mamá esta muriendo -dijo Thom preocupado.
 
—Estoy bien.
 
¿Por qué me dolía tanto? Normalmente sólo estaba un poco gruñona pero ahora dolía como el infierno.
 
—Creo que es hora de dormir -dijo Cole.
 
—Si, ya es tarde -se quejó Mitchell.
 
...
 
—¿Estás mejor?
 
—No, duele como el infierno.
 
—Sentiría ese dolor por ti -estábamos acostados y Cole me abrazó— Pero como no puedo sólo sonrío.
 
—Cole, eres tan tonto -bufé.
 
—¿Irás a vivir conmigo? -preguntó.
 
—No -apoyé mi cabeza en su pecho y Cole acariciaba mi pelo.
 
—¿No quieres ir al doctor?
 
—No, es algo normal.
 
—¿No hay manera de que dejes de sangrar?
 
—No, Cole.
 
—Demonios.
 
—Ashley dijo que sí quería ir a París.
 
—¿Iremos allá entonces?
 
—Sí pero ¿No es muy costoso? Digo ¡Es París! -Cole tenía ese olor que daban ganas de comerlo.
 
—No, a demás pagaré yo.
 
—¿Cuánto dinero tienes en realidad?
 
—¿Por qué lo preguntas?
 
—Porque siempre gastas dinero en cosas y aún así tienes.
 
—Oh... Bueno no es demasiado.
 
—¿No quieres subir mi paga? -pedí.
 
—No -río.
 
—Pero si no te afecta en nada -hice pucheros.
 
—Oye, iremos a París. A la ciudad del amor ¿Me quieres?
 
—Sí, te quiero.
 
—¿Por qué no me amas?
 
—Porque... Han pasado muchos años y tu cambiaste en algunos aspectos, aún no te conozco del todo otra vez.
 
—Sigo siendo igual.
 
—No.
 
—Te quiero.
 
—Demonios odio esto de las mujeres -gruñó y me besó con fuerza. Iban a ser unos largos días.
 
—¿Qué haremos con los animales? No podemos llevar una serpiente a París.
 
—¿Hay hoteles para mascotas? ¿Y Santa?
 
—¿Un hotel para mascotas? -reí.
 
—Sí, podríamos dejarlo en uno de esos y así estamos seguros de que estarán bien.
 
—Es mejor que dejarlos acá.
 
—¿Quieres qué te haga masajes?
 
—¿Hablas en serio?
 
—Si, luego me iré.
 
—No te vayas -hice pucheros.
 
¿Yo tenía veinticinco años?
 
—Mañana hay que trabajar -Cole habló como sí yo fuera un bebé.
 
—Lo sé, pero puedes ir a buscar ropa mañana -me acosté de boca a la cama y dejé mi espalda libre, lo poco que recordaba de los masajes de Cole es que eran fantásticos. Cole pasó una pierna por encima y quedo sentado sobre mi trasero, aunque no se cargaba demasiado.
 
—¿Sabes lo mucho que me costará hacer eso? -comenzó a mover sus manos.
 
—Por favor -supliqué. Quería que lo hiciera.
 
—Está bien.
 
—Gracias -no hablamos más y con las manos de Cole en mi espalda me dormí.
 
Cole
 
_____ no dejaba de moverse en la cama, algo la incomodaba y no quería despertarla porque eran las tres de la madrugada y después no podría dormir, un ruido llamó mi atención y me paré nervioso, sabía que algo iba a pasar, por algo no podía dormir.
 
No me preocupé de ponerme los pantalones, salí en ropa interior hacia el pasillo.
 
Quejidos se escuchaban desde la habitación de Thom ¿Que? Abrí la puerta y me tranquilice al ver todo en orden, bueno, casi.
 
—Mamá -Thom estaba quejándose, como si algo le doliera increíblemente mal.
 
—No, soy Cole ¿Estás bien? -me senté en la cama y toqué su rostro.
 
—¡No! Papá ayúdame, duele.
 
— ¿Qué pasa Thom? -su respuesta fue acompañada de un golpe en mi pecho para que me corriera seguido de vómito en el suelo y en mi pie. Que maldito asco.
 
—Me duele -prendía luz de su habitación y volví a su lado. Thom tenía los ojos rojos y las manos en su estómago. Demonios, no quería despertar a ____.
 
Thom se levantó de golpe y corrió hasta el baño, corrí detrás de el tratando de no mirar mi pie, vomitaría yo si lo hacía. Se tiró al lado de la taza del baño y comenzó a vomitar, metí mi pie a la ducha y comencé a mojarlo, cuando estuvo limpio lo seque con una toalla y me puse al lado de Thom para tocar su espalda.
 
—No me siento bien -dijo y volvió a soltar todo.
 
—Thom me estás asustando ¿Estás bien? Demonios di algo -lo siguiente que sentí fue el choque de la cabeza de Thom con el suelo. Mierda. Me paré asustado y lo vi en el suelo, ¿Qué tenía que hacer ahora? Golpee su mejilla y no respondió.
 
_____. Tenía que buscar a _____, ella sabe que hacer en estos casos.
 
Llegue a la habitación de ella y comencé a moverla, ____ gruñía.
 
—Bebé, despierta -tiré de su cabello— Thom esta enfermo -____ abrió los ojos pesadamente y se sentó en la cama.
 
—¿Qué? -tomó su celular de la mesa de noche y me miró enfadada— ¿Por qué me despiertas a esta hora? Quiero dormir, Cole.
 
—Thom esta tirado en el suelo, no se qué hacer él acaba de vomitar -____ me miró por un segundo y a los dos siguientes ya estaba en la puerta del baño.
 
—¡Cole ayúdame! Mierda, Thom despierta -tocó la mejilla del pequeño pero Thom no se inmutó.
 
Corrí a la habitación para ponerme los pantalones y la polera, ni idea como puse los zapatos en menos de un minuto.
 
—Estoy listo -____ seguía tratando de despertar a Thom.
 
—Llévalo a algún hospital, ahora. Me vestiré y despertaré a Mitch no lo puedo dejar acá. Cole hazlo rápido -tomé a Thom y corrí hasta las escaleras. ¿Dónde lo llevaba? Dios, necesito a Melany y sus consejos.
 
Llegamos al hospital y entré gritando para que atendieran a Thom, el pecho de Thom subía y bajaba maldita mente rápido y de su garganta salían ruidos extraños.
 
—Necesita quedarse aquí -la enfermera me paró— El niño estará bien ahora pero necesitamos hacer nuestro trabajo -la enfermera hablo pausadamente. Jesús.
 
—Sí sólo... Nada olvídelo -caminé hasta la sala de espera y me senté, saqué mi celular y le mande a ___ el nombre del hospital que estaba.
 
Treinta minutos después ____ entró, se veía guapa aunque su rostro fuera una mierda ¿Dónde estaba Mitch?
 
—Lo siento por demorarme pero fui a dejar a Mitch a casa de mi madre ¿Cómo esta? ¿Qué tenía? ¿Despertó? -tomó mi blusa con desesperación.
 
—No, los doctores no han salido desde que entró -_____ se sentó.
 
—Cole dime que estará bien -susurró. Se acercó y me abrazó.
 
—Está bien ____, al menos acá está fuera de peligro.
 
—¿Q-qué le pasaba?
 
—No lo sé, yo sólo llegue a la habitación de él y me dijo algo de que lo ayudará y después comenzó a vomitar.
 
—¿Por qué? Cole dime que le pasó -se aferró a mi pecho como sí fuera la única forma de no morir.
 
—Va a estar bien -creo.
 
—Es que... es mi bebé y si algo le pasa no... yo no sabría que hacer -la gente comenzaba a mirar con lástima, a pesar que era de madrugada habían hartas personas.
 
—Ya, estará bien -pasaba la mano por su hombro para que se relajara pero al parecer no servía.
 
—¿Y si no?
 
—Familiares de Thomas McGuire -¡Gracias doctor! Caminamos hasta él, bueno _____ corrió. McGuire... Sprouse, joder. Debería ser Sprouse.
 
—¿Esta bien? ¿Qué pasa?
 
—_____ deja que hable el doctor.
 
—Bueno, ¿Qué es lo que ha comido el pequeño últimamente?
 
—Comida sana, siempre come cosas saludables -mierda, y más mierda.
 
—¿Están seguros? ¿Qué dice el papá?
 
—Bueno...
 
—Cole -_____ me miró, iba a hundirme.
 
—¿Qué tipo de cosas comió? -preguntó, lo estaba odiando.
 
—Mh... -miré a _____ asustado, me iba a matar— Algunas hamburguesas, papas y alitas de pollo.
 
—¿Qué? -no la miré, sólo seguí con la vista fija en el doctor.
 
—Ahí es donde todo calza, necesito su autorización para operar a Thomas -¿Que? Mierda no, no.
 
—¿Por qué?
 
—Porque cuando las personas comen mucha comida de ese tipo o simplemente no comen cosas saludables, toda esa comida se va a una parte del estómago y cuando eso se llena, explota. Es por eso que Thomas seguramente se quejó de dolor de estómago o tuvo vómitos. Ahora, el apéndice de Thomas aún no explota, por así decirlo, pero si no se opera lo hará y ahí es donde todo se complica.
 
—Sí, haga lo que tenga que hacer -fui yo el que decidí hablar. El doctor anoto unas cosas en los papeles y se fue. _____ descanzo su rostro en mi pecho. Demonios todo era mi maldita culpa.
 
—¿Qué pasa si algo sale mal?
 
—Nada va a salir mal _____.
 
—Cole prométeme que jamás vas a darle esas comidas otra vez -la voz de _____ sonaba quebrada.
 
—Pero ya lo van a operar, ahora puede comer todo eso.
 
—Cierra la boca si no quieres que meta mi dedo hasta tu garganta para hacerte callar.
 
—Eso sería sexy -_____ bufó y camino hasta las sillas. Me senté a un lado de ella y pasé mis manos por su hombro.
 
—¿Le va a doler?
 
—No lo creo, existen anestesias ______.
 
—¿No va a a doler entonces? ¿Thom no va a sufrir?
 
—No, y basta, me estas haciendo sentir fatal.
 
—Mi bebé -hizo pucheros y se aferró más a mi.
 
—Él mío también _____.
 
—¿Y si despierta a la mitad de la operación y le duele mucho?
 
—No va a pasar, joder al menos me preocupé de traerlo a un buen lugar.

ᴅᴀᴅ || ᴄᴏʟᴇ sᴘʀᴏᴜsᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora