ᴛʀᴇɪɴᴛᴀ ʏ ᴏᴄʜᴏ

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Cinco meses (de embarazo)
 
—¡Cole Sprouse me estás poniendo nerviosa, cállate! -golpeé su brazo.
 
—¡Deja de golpearme en el mismo lugar!
 
—¡Deja de gritar porque los gemelos aún están dormidos!
 
—¡Entonces deja de poner tu estómago sobre mi espalda porque siento golpes!
 
—¡Es que me pongo nerviosa, a demás no conozco esta casa!
 
—¡Llevamos un mes viviendo acá!
 
—¡No por eso tengo que saber!
 
—¡Shh! -entramos a nuestra habitación y allí estaban los gemelos durmiendo junto a Pig.
 
—Vale, uno, dos y tres -susurró Cole.
 
—CUMPLEAÑOS FELIZ...
 
Comenzamos a cantar la canción y los gemelos se despertaron asustados, Pig comenzó a ladrar y luego mis chicos de diez años rieron.
 
—¡Qué genial! -susurró Thom al ver el pastel.
 
—¡Es Batman! -chilló Mitch que había desarrollado una extraña obsesión por ese hombre.
 
—¡Hoy es su fiesta! ¿Están listos? -grité emocionada, sería la primera súper fiesta que tendríamos a lo grande en la nueva casa.
 
—¿Ya están los juegos? -preguntó Mitch.
 
—¡Si! -exclamó Cole.
 
—No puedo creer que tengan diez años -me apoyé en el hombro de Cole y mis ojos se humedecieron— están tan grandes -Cole dejó el pastel en la mesita, me abrazo y comencé a llorar.
 
—¿Por qué lloras? -preguntó Thom.
 
—Por nada, estoy tan contenta porque ustedes ya están muy grandes -limpie las lágrimas y los abracé a ambos.
 
—Tu estómago incómoda -río Mitch.
 
—¡Oye! -chillé— ¡Maní se enojará con ustedes!
 
—Es muy mala -Thom negó con la cabeza y río.
 
—¡No es mala! -exclamó Cole tocando mi estómago.
 
—¿Por qué no vamos a ver los juegos? -pregunté— eso será más entretenido.
 
—¡Juegos de Baaaaaaaaatman! -gritó Thom y salió corriendo con Pig y Mitch.
 
—Están creciendo tan rápido -me senté en la cama y Cole se sentó al lado mío— ¿Crees que sean felices?
 
—¿Qué? ¿Por qué preguntas eso? -esa era yo y mis preguntas de embarazada.
 
—Ya sabes... No quiero que no sean felices y a pesar de todo esto -levanté mis manos señalando el lugar— se sientan solos.
 
—No creo -Cole puso la mano en mi estómago y suspiró.
 
—Están bien, _____. A los nueve o diez tener juegos es lo único que importa y tener a tus padres, a demás están felices con pequeña maní -sonrió.
 
—¿Nuestro maní va a ser feliz? -pero ¿Qué mierda me pasa?
 
—Haremos todo lo posible para que lo sea -dijo.
 
—Melany habló ayer conmigo y les va a regalar unos mini autos -reí.
 
—¿Vendrá Ashley? -preguntó.
 
—¡Claro! Vendrá con KJ y las gemelas. Daisy como novia oficial de Thom tiene que estar aquí -reí al ver el rostro de Cole.
 
—No recuerdes eso, mala -besó mis labios y se paró emocionado. Se veía tan sexy con esos short de deporte.
 
—Maní tiene hambre -sonreí.
 
—¿Qué quiere comer la reina y la princesa? -preguntó Cole abrazando me por la espalda.
 
—Quiere que papá le de muchos besos a mamá -reí y sentí a Cole besar mi cuello.
 
—Debería haber querido eso ayer por la noche.
 
—¡Dormimos con los niños!
 
—Entonces que hoy se le antoje.
 
...
 
— ¡Yay! -gritó Phoebe en la cama saltarina junto a un compañero de los gemelos, ambos estaban jugando desde hace varios minutos juntos.
 
— Se va a sacar la mierda, ya se lo dije a KJ pero está muy concentrado hablando de políticos con los padres de los niños.
 
— ¿Dónde esta Cole? -puse una mano en mi espalda para darme apoyo, el estómago me estaba incomodando y aún quedaban cuatro meses.
 
— ¡Con ellos, obviamente! -río.
 
Las madres de los demás niños y niñas estaban sentados tomando bebidas o comiendo mientras que los niños corrían por todos los juegos ¡Eran demasiados y no tengo idea desde cuando tienen tantos compañeros de clases!
 
— ¡Daisy! -gritó Thom.
 
— ¿Ya están peleando? Creo qué empezaron mal su relación -río Ashley.
 
— ¡Thom! -gritó también la niña, estaba con el mismo chico que le había tirado la pelota a Mitch ¿Cómo se llamaba? ¿Jasón?
 
— Me duelen los pies -me quejé.
 
— Maní es muy mala -Ashley acarició mi estómago y sentí patadas.
 
— ¡Me vuelve loca, se mueve todo el día! -gruñí.
 
— Ya quiero que nazca.
 
— ¡Yo también!
 
— ¡AAAAAAH! -se escuchó un grito y toda la gente de calló. ¿Se había caído algún niño?
 
— ¡No vuelvas a botarla! -ese era Mitch, sin dudas.
 
— ¡Mitch! -gritó una niña. ¿Ella era Maddie?
 
— Ve a ver que pasa, iré a buscar a Cole -le dije a Ashley, esta asintió y corrió hasta donde estaba Mitchell.
 
Caminé hasta el salón en el que estaban hablando los padres y todos sé callaron cuando me vieron entrar ¡estaban jugando pool mientras a mi me duelen como la mierda los pies.
 
— ¡Hola! -saludé a cada uno hasta que llegue a Cole— Mitch está peleando con un niño, ven -susurré en su oído, Cole dejó la cerveza en la mesita y caminamos juntos hasta el exterior. Seguían todos callados y una de las mujeres estaba caminando con un niño hacia la puerta.
 
— ¿Qué pasó? -pregunté tocando la cabeza del niño— ¿Estás bien? ¡Dios, su labio está roto! Sí quieres podemos pasar a mi habitación y le limpias el labio -me arrodille frente al niño que miraba mi estómago concentrado.
 
— ¡Él fue el de la pelota que le llegó a Mitch! -gritó Thom.
 
— ¡No te preocupes, ya me di cuenta la clase de hijos que tienes! -gritó la mujer. Me puse de pie y la miré con cara de pocos amigos.
 
— ¿Disculpa? Mis hijos pueden ser lo que sea pero seguro no andan botando a niñas por ahí.
 
— ____, tranquila
 
— ¡Vuelvan a jugar! -gritó Cole y todos los niños corrieron hasta algún juego menos las gemelas y los gemelos.
 
— ¿Qué mierda pasó, Mitchell? -preguntó Cole despacio.
 
— ¡Ese niño botó a Maddie y también me tiró la pelota! Estamos empatados.
 
— ¡No puedes solucionar todo a golpes! -chilló Cole.
 
— Mamá siempre te golpea -dijo Thom.
 
— Pero yo lo hago con amor -reí.
 
— ¡Vale vayan a jugar otra vez! -hablo Cole natural. Los cuatro niños salieron corriendo y se perdieron entre la multitud.
 
Ashley se disculpó antes de ir al baño y Cole se quedó conmigo.
 
— ¿Estás bien? Te veo cansada -murmuró poniendo cabello detrás de mi oreja.
 
— Estoy cansada pero no quiero que los gemelos estén jugando aquí sin que nadie los vea. Soy la madre, no me puedo ir a dormir.
 
— Eso te pasa por dormir todas las tardes -negó con la cabeza.
 
— ¡Es culpa de maní porque me cansa demasiado!
 
— Maní es un angelito -río Cole.
 
— Claro, eso lo dices ya que tu no recibes los golpes por las noches.
 
— Te amo -murmuró y besó mis labios lentamente.
 
— Hay muchos niños -reí, Cole no tenía respeto por nadie.
 
— Igual, te amo -dijo y corrió hasta el salón para volver a jugar.
 
...
 
— ¡El pastel! -chilló Thom.
 
— ¡Oh Dios mío! -gritó Thom. Básicamente el pastel era gigante y todo de Batman.
 
— ¡Es genial! -dijo Daisy, Thom la miró y sonrió, esa enana me estaba quitando a mis hijos.
 
— Tienen que apagar las velas -dijo Cole.
 
— Vale, Thom tu allá y yo acá -dijo Mitch.
 
Thom se fue hacia el otro lado de la torta, apagaron rápidamente las velas y cuando gritamos hasta el número tres ambos niños tenían la cabeza dentro del pastel. Comencé a reír y miré a Cole sonriendo, era tan guapo y... ¿En serio me amaba?
 
— ¡TENGO A BATMAN EN MI CARA! -gritó Mitch y corrió para abrazar a Thom.
 
Adiós ropa nueva.
 
— ¡Ahora los regalos! -chilló Thom.
 
— ¡Sí! -gritaron los niños a coro.
 
— Los gemelos caminaron hacia las sillas que estaban cerca de la mesa que tenía todos los regalos bien ordenados, había que agradecerle a María por eso.
 
María comenzó a darle los regalos que pertenecían a cada uno. Eran demasiados y no quiero imaginar como estará este lugar mañana.
 
Minutos después ya tenían demasiados juguetes, chocolates y ropa en el suelo. Espero que los gemelos compartan esos chocolates conmigo.
 
— ¡Ahora viene el regalo de la abuela! -se escuchó el gritó de Melany.
 
— ¿Dónde? -preguntó Mitch.
 
— Vengan, está en el aparcamiento.
 
— ¿Son bicis? -le preguntó Thom a Cole, Cole negó con la cabeza y un brillo especial cubrió sus ojos.
 
Todos nos movimos hasta donde estaban los autos aparcados y a un lado del deportivo de Cole habían dos motos ¿¡Motos!? Bueno eran esas que se manejan sólo con el volante pero santa mierda... ¿Cuánto dinero habrá gastado?
 
— ¡UUUUUOW! -gritó Thom y corrió hasta una.
 
— ¡Abuela, eres la mejor!
 
— ¿Les gustó su regalo?
 
— ¡Sí! -respondieron ambos.
 
— ¿Eso es seguro? -le pregunté a Cole.
 
— Si... No creo que mamá le haya regalado algo que puedan tener algún accidente -¿Le había vuelto a decir mamá? ¡Eso era genial!
 
— ¿Y cómo van a aprender a manejar eso? -Cole pasó su brazo por mi hombro y rió.
 
— Yo les puedo enseñar -sonrió.
 
— ¿Y estarán a salvo?
 
— Como no te imaginas, ______.
 
...
 
— ¿Estás bien? -pregunté tocando la mejilla de Cole, ya no había nadie en casa, sólo los gemelos y nosotros tres.
 
— Sí, sólo estoy cansando -sonrió a medias.
 
— Amor, dime -besé sus labios y Cole gimió.
 
— No estoy preparado ¿Vale? Estoy seguro que después de esto me vas a mandar a la mierda -me separé de Cole rápidamente y lo miré.
 
— ¿Qué has hecho?
 
— ¡A ti nada! Oh bueno...
 
— Cole, tienes que decirme sí quieres dormir hoy conmigo y no con Pig.
 
— Pig duerme con nosotros de todos modos -río Cole.
 
— ¿Estás con otra? -susurré y aunque tenía miedo de la respuesta confiaba en Cole.
 
— ¡No! Pero te he ocultado algo por demasiado tiempo y no...
 
— Dime que es, ahora -rogué, ya lo había dicho dicho la mitad, sólo le faltaba el resto.
 
— Es que nadie sabe esto fuera de mi familia ¿Entiendes?
 
— ¡Somos tu familia! ¡Yo soy parte de tu familia!
 
— Me refiero a mamá, Matthew, Lili y... Olvídalo.
 
— ¿No me tienes confianza? Pensé que ya habíamos arreglado ese problema -fruncí el ceño.
 
— Nunca te lo he dicho, y... Ver hoy a todos esos niños jugar con los gemelos me trajo algunos recuerdos y... Joder, _____ -bajó su cabeza y llevo sus manos a sus ojos.
 
— No llores -me acerqué a él y lo abracé, era difícil para Cole y no porque no me haya contado algo lo voy a dejar de apoyar.
 
— No, espera... Es momento de contarte esto, no te lo he dicho desde que nos conocimos y ya es momento.
 
¿Desde que nos conocimos? ¡Son como quince años!
 
— Vale, cuéntame -me alejé de él y le di un vaso con agua.
 
— Tenía un hermano, su nombre era Dylan.

ᴅᴀᴅ || ᴄᴏʟᴇ sᴘʀᴏᴜsᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora