ᴠᴇɪɴᴛɪᴄᴜᴀᴛʀᴏ

417 35 2
                                    

No estaba preparada para eso ni mucho menos para responder. Me quedé en silencio mientras miraba los árboles que pasábamos. Sentí la mirada de los tres chicos en mí, quería salir del auto y correr por las oscuras calles.

—_____... -dijo esa voz tan maldita mente ronca.

—Mamá, responde -susurró Mitchell. Iba a tomarlo del cabello y lo tiraría por la ventana.

—Bueno puedo esperar hasta que lleguemos -susurró Cole. ¿Cómo se atrevía si quiera a preguntar eso frente a los gemelos? ¡Qué vergüenza!

Agradecí que inconscientemente tenga unos minutos demás para pensar.

Los gemelos se sentaron y amarraron sus cinturones (petición de Cole) miré a Cole y su perfil estaba preocupado, podía notarlo. Puse mi mano en su pierna para que se relajara.

Los gemelos se habían dormido y los animales estaban en una caja, separados ¿Cómo no me fije en las cajas?

Bajé del auto y entré a la casa escuchando un bufido por parte de Cole, yo no bajaría a los gemelos.

Entré a mi habitación y me cambie rápido, fue una mierda de noche. ¿Qué castigo le iba a dar a los gemelos de todos modos?

—¡No mientan! -se escuchó un gritó por parte de Cole.

—No te estamos mintiendo -no estaba segura de cual de los gemelos había sido ¿No estaban durmiendo?

—¡Joder! -unos pasos se escucharon hasta mi habitación y miré la puerta, Cole estaba de pie allí, me miró, dio media vuelta y se fue. Segundos después la puerta de salida sonó.

—Jesús -susurré. Camine hasta la habitación de Thom, estaban los dos allí.

—Mamá -murmuró Mitchell.

—Sin juegos, no fútbol y no salidas con Cole.

—¿¡Qué!? ¡Oh mi dios! Mamá no lo hagas -Thomas se levantó de la cama y corrió hasta mí. Me estaba arrepintiendo hasta que vi a esa serpiente en la jaula.

—Nada. Fue desconsiderado por parte de ustedes llevar a esos bichos a la cena, asuman las consecuencias.

—Pero esos son tres castigos -bufó Mitchell.

—Saquen uno del castigo -estaba siendo buena persona. Ambos se miraron y hablaron a la misma vez.

—Salir con Cole.

—Los juegos -extendí mi mano en espera de que pusieran allí los juegos— Pueden pasármelos todos, yo los guardaré -Mitchell hizo pucheros y Thom se levantó derrotado hasta el cajón— Los de Mitch -Mitchell se paró molesto y a los segundos estaba con otros juegos en mi mano.

...

—No puedes pasar -Megan tomó mi brazo antes de que pudiera abrir la puerta del despacho de Cole.

—¿Por qué? -Cole no me había dicho sobre ninguna reunión.

—No lo sé, sólo tengo esa orden.

—Megan soy su novia -bueno, casi— ¿Puedes dejarme pasar? -después de una guerra de miradas, Megan abrió la puerta y entré. Cole tenía un montón de papeles sobre el escritorio.

—¿Qué haces acá? -preguntó sin mirarme.

—¿Estas muy ocupado? Quería que fuéramos a almorzar juntos, es mi hora -sonreí, aún estaba en la puerta.

—No puedo -¿No podía? Pero si él podía salir cuando quisiera.

—Cole -fruncí el ceño, estaba raro. Camine hasta detrás de su silla y apoye mi cabeza en su hombro.

ᴅᴀᴅ || ᴄᴏʟᴇ sᴘʀᴏᴜsᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora