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CAPÍTULO TREINA TRES
Broadway








—¡Más!

—No.

—¡Más!

—Es suficiente.

—¡Más!

—Te vas a embriagar —farfulló posando su mano en sus cienes, mostrándose frustrada de la situación.

—¡Más!

—Te dejaremos tirada en medio de Times Square y no nos haremos responsables.

Ante la última demanda de nuestra mayor, Lalisa apretó los labios acallando su más reciente berrinche. Mientras que junto a Jennie, nos reímos silenciosamente sin ser notorias a la vista de Jisoo. Aquí explicó; nuestra maknae quería más alcohol para brindar en mi cumpleaños, pero a la cuarta copa servida Jisoo decidió que era suficiente, por ello empezó un parloteó en medio del restaurante.

Algunos clientes estaban divertidos por la escena que protagonizábamos.

—¿Entonces les traigo Champagne? —habló el mesero después de unos minutos en silencio, había sido el principal espectador de toda la escena pero al no entender la lengua en que nos comunicábamos, no sabía cual era la decisión final.

No, solo la cuenta por favor —pidió amablemente la de ojos gatunos con su perfecto inglés. El mesero asintió y se retiró para ir por lo pedido.

—Yo si quería más —alegó la rubia haciendo un puchero en los labios.

—Mañana tenemos planes desde muy temprano, no podemos presentarnos con dolores de cabeza —argumentó la mayor metiendo sus pertenencias a su bolso, menos la cartera de dinero. Las chicas habían decidido dividirse la cuenta de la cena entre ellas, dejándome excluida—. Hay que ir directo al hotel saliendo de aquí.

—¿Pero no es muy temprano? —dirigí fugazmente mi mirada al gran ventanal, observando como aún recién comenzaba a anochecer y eso que faltaba media hora para las nueve.

—Jisoo Unnie esta viejita, déjala —susurró la del flequillo sentada mi derecha. La pelinegra al escucharla le lanzó una mala mirada, aunque una sonrisa divertida se formó en sus labios.

El mesero regreso con lo requerido en las manos, las chicas pagaron, y nos levantamos de nuestros lugares para marcharnos del restaurante no sin antes de despedirnos y agradecer a las personas que nos atendieron. Extrañamente al salir a la calle, las chicas aumentaron la velocidad en sus pasos a como normalmente caminaban, y yo al ser la que les abrió la puerta para que salieran —sumándoles una pareja de ancianos—, quede demasiado atrasada.

Me encogí de hombros siguiéndoles el paso , les alcanzaría en algún momento por tener las piernas más largas, no había nada de que preocuparme.

O eso pensaba.

Por el rabillo del ojo noté una silueta escabullirse fuera del callejón por el que pasaba.

Mi corazón dio un brinco cuando esa misma silueta me sujeto por atrás inmovilizándome, y antes que pudiera dejar escapar un grito en busca de ayuda, una gran mano tapó mi boca. Intente hablar con el método que invente junto a mis miembros pero en un santiamén fui arrastrada hacia el oscuro callejón de la izquierda, y mis demás intentos por soltarme fueron fallidos.

Y la verdad no esperaba que alguien al azar haya presenciado el acto, justamente cruzaba por una calle poco transitaría.

La persona desconocida me arrinconó contra una de las paredes apretando su cuerpo contra el mío, y al aumentar mis forcejeos para ser liberada, me dieron media vuelta estando cara a cara con mi secuestrador o asaltante. Portaba una gorra negra junto a un cubrebocas negro, de lo cual solo podía ver los ojos.

ᴄᴏɴᴛʀᴀᴛᴏ |Rosekook   [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora