CAPÍTULO VEINTINUEVE
Sorpresa 2/2—¡Déjenla aquí! Ya no importa, debemos largarnos —siguiendo con la actuación, Taehyung miembro de Kard elevó la voz para que Jungkook, quien estaba en la habitación de al lado, pudiera escucharla perfectamente. Eunwoo junto a su compañero de grupo, Moonbin; fueron los encargados de llevarme al sanitario para después abandonar el lugar, pero justo antes de que la puerta se cerrara; el visual cambiando lo planeado, con sus manos en mis hombros me empujó hacia el pelirrojo para seguido dejarnos completamente a solas.
Sabía que a este paso mi rostro estaba sonrojado, pues sentía el calor invadir mis mejillas.
Al ser empujada por Eunwoo, había caído directamente en el regazo de Jungkook —quien estaba atado en una silla frente a la puerta—, era una posición incómoda al estar uno de nosotros indefenso. Maldije el día en que Lalisa me obligó ver aquella singular película con ella.
Trague saliva poniendo mis manos en sus rodillas para poder incorporarme, sin quitar mi peso encima de una de sus piernas, lentamente le saque la bolsa de tela encontrándome inmediatamente aquellos ojos chocolate. Su mirada indagó por todo mi rostro y cuerpo, en busca de alguna herida visible, estaba preocupado. Evite sonreír dirigiendo mis manos a su nuca para retirar pañuelo que mantenía cautivo su boca. Teníamos menos de diez minutos para salir, eso me había dicho Jin Sunbaenim.
—¿Estas bien? ¿No te hicieron nada? —en el momento que el pañuelo cayó, las preguntas salieron disparadas de sus labios. Su voz estaba algo ronca debido a las veces que intenta gritar por ayuda.
—No me hicieron nada, solo soltaron para que escribiera las contraseñas de mis cuentas, las de mis miembros y las tuyas —intencionalmente hice que mi voz sonara temblorosa, debía hacer creíble el secuestro—. Creo que fue Lisa quien le aviso a tu grupo y empresa, hablaba con ella cuando paso esto y le dije que nuestros teléfonos tenían suficiente batería para que los rastrearan —explique por lo bajo desatando la soga en sus muñecas, y la gran soga que lo mantenía contra la silla—. Al principio creí que era broma pero ellos tenían armas.
Trague en seco notando como mis ojos se empañaban llenados por lagrimas, por lo que rápidamente baje la cabeza causando que mi cabello creara una cortina ocultando mi rostro.
—Lo siento —murmure por lo bajo mordiendo el interior de mi mejilla—. No sé el como reaccionar después de esto, es muy evidente que nunca me habían secuestrado, ¿no? —alce la cabeza intentando formar una sonrisa, pero esta se curvaba ligeramente hacia abajo. Sentí la mirada de Jungkook observarme fijamente, quería hacer lo mismo pero no tenia el valor de hacerlo, con el solo pensarlo lograba sentirme nerviosa.
Esta era una de las pocas veces en que lo lograba, normalmente yo era quien lo ponía nervioso. Eso me había dicho Yoongi Sunbaenim.
Estuvimos en un corto silencio hasta que el pelirrojo rodeó mi cintura con uno de sus brazos; pegándome a su torso. Con su otra mano libre apoyo mi cabeza en el hueco de su cuello acariciando mi cabello, sin poder evitarlo di un largo suspiro, aspirando el aroma que emanaba Jungkook.
—¡Los tenemos rodeados! ¡Dejen libres a los rehenes, y sus disminuiremos de sus penitencias! —ante la voz gruesa salida de un megáfono y las sirenas de policías sonar por todo el lugar. No pude evitar sobresaltarme, ocasionando que el chico tensara sus músculos; seguía sentada en sus piernas—. ¡Repito, dejen libres a los rehenes!
Inmediatamente me puse de pie ocultando mi evidente sonrojo entre el cabello, de reojo noté como el pelirrojo me imitaba, con la diferencia que el volteaba a cualquier lado de sanitario para que no viera su rostro.
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ᴄᴏɴᴛʀᴀᴛᴏ |Rosekook [EN EDICIÓN]
Fiksi Penggemarᴄᴏɴᴛʀᴀᴛᴏ ━acuerdo escrito, por el que dos o más partes se comprometen a respetar y cumplir una serie de condiciones. Normalmente para someter a dos personas que se niegan a firmar, se amenaza con lo que más afecto tiene. En el caso de Jeon Jungkoo...