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CAPÍTULO CUARENTA UNO
Refresco= se define a una sesión de besos





En la mañana siguiente fue un nuevo cambio, puesto que a gran comparación como normalmente, el maknae fue quien despertó primero entre las cuatro de la tarde.

Abrió perezosamente sus ojos sintiendo bastantes pesados los párpados, estiró parte de su cuerpo hacia la derecha sintiendo como su mano comenzó a deslizarse sobre una cálida piel, con su mayor esfuerzo se esmeró en enfocar su vista encontrándose con una figura muy familiar dormitar a su izquierda.

El cuerpo de su pareja reposaba boca abajo en el colchón, la sabana de seda permanecía por encima de sus glúteos revelando su espalda desnuda. El llamativo cabello rubio cubría su rostro así que de cierta manera no sabía sobre a que lado estaba volteada. La mano derecha del chico se encontraba en la curva de la cintura de la chica.

Una sonrisa se coló en su rostro recordando a la perfección péquelos fragmentos que sucedieron durante la madrugada, inconscientemente acariciaba la espalda baja de la chica mientras más se perdía entre sus pensamientos.

Simplemente no lo podía creer.

¿Era real?

¿No había vuelto a tener esos sueños bastante... realistas?

La respuesta a sus incógnitas fue bastante clara cuando el cuerpo de la chica se removió incómoda, Jeon la miró atentamente, notando cómo se removía en el colchón buscando una posición cómoda para dormir. Y solo quedó complacida cuando se acurrucó contra el cuerpo del azabache, escondiendo el rostro en el hueco de su cuello y pasando uno de sus brazos alrededor del torso.

Rosé tenía frío.

Su piel erizada la delataba.

Intentando hacer el mínimo movimiento, el chico tomó la sabana entre sus dedos alzándola un poco para cubrirlos completamente, solo con esa pequeña acción se dio cuenta como ninguno de los dos llevaba una prenda encima.

Ni siquiera ella, tal como una noche antes.

Borrando cualquier pensamiento impuro que azoto su mente, rodeó el cuerpo de la chica brindándolo el calor corporal que necesitaba.

Unas horas más de sueño no me haría daño a nadie.





—Estoy impactada —la voz de Rosé anunció su llegada al estudio, donde se encontraba su pareja paseándose sin un rumbo—. Es de las pocas veces que te veo con ropa decente en el departamento —en el espacio de la mesa deposito los últimos alimentos que podrían ingerir en las siguientes horas, no sabía cuánto durarían en aquella habitación.

—Siento que me roza la ropa interior —comentó sin trabas en la lengua, la mueca en su rostro le hizo gracia a la chica—. ¿De cuánto será mi paga?

—¿Paga de que? —indagó cerrando la puerta de la habitación que usaban como estudio, tanto de artes como de música gracias a que era insonorizada.

Tal como todo el departamento.

—Apareceré en tu directo por horas, ¿me pagarás?

—¿Por qué debería cuando tú me suplicaste estar? —le miró alzando una ceja, mientras acomodaba el teclado en una parte de otra mesa para irle conectando los cables para el sonido.

—Solo quiero aclarar que no estoy pidiendo dinero —alzo las manos con inocencia, pero la pizca de malicia en sus ojos lo dijo todo.

Oh diablos.

—No haremos nada justo antes del directo, ya me aliste, Jungkook-ah —hizo una muy pequeña pausa—. Y créeme que me tarde gracias a ciertas marcas en el cuello.

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⏰ Última actualización: Dec 16, 2023 ⏰

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ᴄᴏɴᴛʀᴀᴛᴏ |Rosekook   [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora