31 | Nuestra mirada es la fuerza más linda de todas.

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⋆゚⊹ ꒰  OLIVIA 💌🌷
capitulo treinta y uno ﹆ !  ๋ ̥

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—LOS ÁNGELES, CALIFORNIA.
VINNIE HACKER.

—Livvy. — pincho su nariz con mi dedo índice. —Livvy, amor.

Ella gira su rostro hacia el mío y me presta demasiada atención. Como si quisiera hacerme una radiografía con los ojos.

—¿Que te pico?. — me preguntó enarcando una ceja.

—El bichito del amor, ven. — extiendo mis brazos y le hago señas para que se acerque.

Olivia deja el platito con las galletas en forma de reno a un lado y se levanta del sillón para caminar hacia donde yo estoy. De un ligero movimiento, la tomo por la cintura al tenerla frente mío y hago que se siente sobre mis piernas.

Al tenerla sobre mi, acunó un lado de su precioso rostro con mi mano y me inclinó para estar más cerca de ella, si es que eso es posible. Y sin aguantarme, comienzo a llenarle la mejilla de pequeños besos.

Su sonrisa aparece de inmediato y veo como de forma inmediata se pone más roja que un tomate, siendo así que mis ganas de alejarme de ella sean nulas. Creo que jamás me cansaré de besarla, de abrazarla, de estar junto a ella.

Olivia está sacando el lado más cursi y empalagoso de mi, y eso me encanta.

—Eres hermosa, preciosa, maravillosa, el amor de mi vida. Sin dudas te entregaría toda mi herencia, eres la reina de mi corazón. — digo con casa besito que le doy. —Te quiero como nunca he querido a nadie.

Ella me mira y me recorre el rostro con sus preciosos ojos hasta que los conecta con los míos. Y en ese preciso instante, deseo que nada más que a parte de lo que somos nosotros exista en este mundo.

Es jodidamente embriagante la forma en la que todo a nuestro alrededor parece desaparecer cuando ambos nos miramos de esta forma. Cuando nos adoramos mutuamente de una manera única.

—Tus ojitos son de un color marrón caca. — sus bellas y tan bonitas palabras me sacan de mi ensoñación.

—Que linda eres, para un poco que me generarás diabetes de tipo cinco. — le digo entre risas.

Ella se ríe abiertamente de lo que estoy diciendo y acerca aún más su rostro al mío. Dejándome así una vista perfecta de las pecas que tiene esparcidas por la nariz y mejillas. Y también, embobado por el brillo de sus ojos.

No me cansaré jamás de decírselo, adoro lo mucho que se iluminan. Y es tan hermoso saber que lo hacen solo por mi.

—¿Me dejas maquillarte?. — pregunta en un susurro.

—Depende. — respondo.

—¿Depende que?. — cuestiona.

Entrecierro mis ojos hacia ella y entralazo mi mano con la suya.

—¿Cómo me maquillaras?. — le pregunto.

—Pues, no se. Con brillos y esas cosas. — pongo una mueca al escucharla. —Ay, no me digas que eres de esos que tiene masculinidad frágil.

—Eso si jamás. — le digo y alzo mi mano para que vea mis uñas pintadas. —Solo quiero saber si me harás parecerme a un panda o no.

—Puede ser. — me dice en un murmuró y mira mis uñas pintaditas por ella. —Que lindas manos, ¿me las prestas de collar?.

Suelta una carcajada al escucharla y asiento con mi cabeza.

—Dime dónde y a qué hora y yo encantado lo hago. — contesto en un tono burlesco.

La veo sonreírme y eso hace que mi pecho se infle de la felicidad. Es tan preciosa la forma en la que me siento cuando ella está conmigo.

—Bien, ire a traer mi maquillaje. — dice, levantandose de mi y corriendo hacia su cuarto.

Al volver, se pone de nuevo sobre mi y trata de buscar alguna posición cómoda. Cosa que me hace reír, sus delgadas piernas se retuercen sobre mi mientras ella trata de no poner caras raras. Al final, soy yo el que termina acomodándola y eso, parece que la dejó finalmente cómoda.

—¿Que me harás?. — pregunto al ver sus cosas.

—Tu cierra los ojos, y confía en mí. — me dice, a lo que yo obedezco de inmediato.

Siento como comienza a ponerme cosas sobre los párpados de mis ojos y sobre mis mejillas. Y para mi sorpresa, es realmente relajante sentirla hacer eso.

—Juguemos a algo. — me dice de repente.

Frunzo el ceño a pesar de que no puedo verla.

—¿A qué?.

Ella se ríe por lo bajo y continua poniendome cosas en el rostro.

—Mira, es un juego muy divertido. — se ríe aún mas. —A ver, que a ti te dicen que tienes que besar a la chica más linda del mundo para que te den mil dólares, o besarme a mi por cien dólares. ¿Que harías?.

Me quedo un rato pensando y llegó a una simple conclusión.

—Esto viene con trampa, ¿verdad?. — le pregunto.

—Puede. —masculla.

Meneo mi cabeza un poco.

—Pues te beso a ti, así ganó mil cien dólares. — respondo obvio.

La escucho reírse y sin poder evitarlo abro mis ojos, y agradezco al cielo de inmediato por hacer eso, ya que vale completamente la pena verla así de contenta y emocionada.

Y ahí es cuando lo sé, nunca he sido tan honesto como cuando dije que la quiero como nunca he querido a alguien.

Olivia sin lugar a dudas es mi lugar seguro, con ella puedo hablar, puedo llorar, puedo reír, puedo sentime seguro y puedo estar a salvó a su lado.

Ella lo es todo para mí, y nunca podría arrepentirme de haberla conocido.

Porque hay algo tan lindo en la forma extraña en la que nos tratamos, ella me hace tan feliz que cuando no estoy a su alrededor lo único que puedo hacer es tenerla en mi cabeza. Imaginandomela. Me   genera sentimientos inexplicables en todas las formas diferentes, y por primera vez. No me duele aquel entumecimiento, sino que ahora, el concepto de sentirme vivo no sabe tan mal cuando estoy con Olivia.

olivia. vinnie hacker ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora