CAPÍTULO 21

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EL HONOR DE UNA DAMA
CAPÍTULO 21

Sigue admirando la figura que los estaba viendo desde la entrada, el otro hombre estaba arrodillado con las manos en la cabeza aterrado, porque el siguiente disparo podría ser para él. Era ese tipo quien había disparado, no se inmuta siquiera ante lo que había hecho, había asesinado a un hombre. Traga en seco aterrado porque ahora había sido descubierto, su suerte no podía ser peor.

—Vaya, esto si que es una sorpresa. Al fin te he encontrado, Lince —Escupe el oficial Cornwell con fastidio —Y créeme que no estabas en mis planes.

—¡Carajo! —Susurra entre dientes. Esta vez era el quien no tiene escapatoria, hasta que Candy se arrastra a él y lo envuelve en un abrazo forzado.

—Por poco te matan, ¿Estas bien?

—Si, estoy bien. Tranquila —Responde Terry entre jadeos, siente las manos de Candy acariciar su rostro, era como agua fresca mojandolo —¿Tú estás bien?

—Si, si. Por un momento pensé que... —Candy no puede evitar hundir el rostro en el cuello de Terry, estaba aterrada de que los atraparán y todo terminará ahí.

—¿Lady Candice? ¿Qué hace usted aquí? —Menciona Archie llamando la atención de la pareja. Él está sorprendido de ver a la joven en ese lugar, sobre todo defendiendo a ese tipo. —La hemos buscado por todos lados para hacer las averiguaciones concernientes a su padre.

—Estoy haciendo lo que se supone es el deber de ustedes.

—Candice... yo te lo prometí. Recuérdalo.

—No puedo confiar en ustedes cuando tú capitán Meyer tiene las manos metidas en todo esto —Dice con rencor la joven.

Las manos de Terry la mantienen sujeta de la cintura, el pecho le sigue latiendo con fuerza, estuvieron punto de matarlo, estaba tan aterrado con esa idea que no puede ni hablar.

—Por favor escúchame.

—No puedo escuchar ni creer nada que provenga de ustedes. Y él...—Se trata de levantar para enfrentarlo, la pierna le sigue doliendo, pero debía dejar todo claro. Señalando a Terry con sus ojos verdes cristalizados entre las lágrimas —Ha sido el único que me ha acompañado y ha movido cielo y tierra para encontrar a mi padre. Él es s quien me ha mostrado pistas y calles para estar en lo posible cerca de mi papá... Y lo tuvimos a tan solo unos metros.

—¿Encontraron a Lord William?

—Si. Solo para volver a perderlo —Exclama Candy conteniendo con fuerza las lágrimas —Asi que, no se te ocurra siquiera ponerle un dedo encima, o te aseguro que haré que lo pagues.

Terry está sorprendido de que alguien como ella sea capaz de defenderlo. Y no sabía que pensar en ese instante, salvo que esa chiquilla estaba poniéndolo a él en primer lugar.

—¡Por favor, alguien ayude al doctor Stear! —Llama la señora Madge tratando de mover al hombre que estaba en el suelo.

—Aaahh... diablos Madge —Logra decir el joven en el suelo adolorido, y esa voz alarma al soldado.

—¿Qué? —Archie se da la vuelta y descubre ahí tirado a ese hombre que se queja en el suelo. Deja caer la bayoneta al suelo y emite un largo jadeo —No puede ser.

—Archie... —Logra decir Candy tragando en seco. Lo había descubierto, no esperaba ser testigo de ello. Ve al uniformado agacharse a un lado de ese hombre, le acaricia el rostro y no puede creer que sea él.

Hasta ese día, lo creía muerto.

—Es... es él ¡Es mi hermano! —Grita con sorpresa, se lleva una mano a la boca y empieza a llorar. Stear aún somnoliento escucha a ese joven que me señala.

EL HONOR DE UNA DAMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora