EPÍLOGO: PARTE III

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EL HONOR DE UNA DAMA
EPILOGO PARTE III

Nota: Capítulo con contenido sexual y escenas que te harán sonrojar. Si eres de criterio sensible, no lo leas.

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Terry  y Candy tragan en seco, por el aspecto de Eleonore parecía estar verdaderamente enojada. Victoria se aleja de Albert para tratar de controlar a su hermana. Sin embargo, el rubio la toma de un brazo.

—¿Qué estás haciendo?

—Calma Vicky. Tu hermana no creo que este tan loca para irrumpir la boda de su propio hijo.

—Si, pero... —Ante la evidencia que su hermana se había opuesto a la ceremonia no podía debatir. Pero entonces se relaja al descubrir que Eleonore no venía sola, lo que vio, la dejo con la boca abierta.

Eleonore se acerca a ellos a paso lento, detrás de ella iban dos guardias reales cada uno tenía un cofre entre sus manos. Terry respira lento, toma la mano de Candy y en su mente se crea todos los mapas y todas las salidas para huir con ella en caso de que sea necesario. Sin embargo, apenas Eleonore llegase hacía él, le da un tirón de orejas que lo hace quejarse de dolor.

—¡Auch!

—¡Que inconsciente fuiste al irte de esa manera! Estaba verdaderamente preocupada por tí ¿En serio pensaste que no iba a enloquecer? —exclama la reina furiosa sin dejar de regañar al chico.

—¡Auch! Mamá ya suéltame —Vuelve a quejarse el joven ante la mirada de los invitados, sobre todo el de Karen y Paulina, quien no tarda en ponerse de pie para defender a ese hijo varón que tanto amaba en su día especial.

Eleonore se fija en las personas que observan la ceremonia, Victoria y Albert eran los alcahuetes en ese acto arrebatado, los invitados no eran precisamente nobles y no era lo que ella esperaba para su hijo y Candy. Pero los veía felices, tal y como fueron Richard y ella en sus tiempos.

—Reina Eleonore ¿Qué hace?

—Dandole los jalones de orejas que le faltaron a este pequeño insolente ¿Cómo te atreviste a irte y no esperar por las joyas familiares? —Esa mención sorprendió a Terry. Eleonore le suelta y se soba la oreja sin dejar de verla ¿En verdad iba a entregar las joyas de la familia a ellos?

—Tu... ¿Eso es a lo que vienes?

—Por supuesto. Eres mi hijo, y mi heredero a la corona. Además, Candy no se merece algo así.

Eleonore de repente cambia de la actitud agresiva a una cálida y gentil, da una orden a los sirvientes para que avancen y abran uno de los cofres. En uno, había un par de brazaletes, cada uno era tan pequeño y tan delicado, la rubia los toma, hace una reverencia y se los coloca a la pareja en sus muñecas, cada uno tenía un significado no solamente sentimental sino para todo el reino.

—¿Son para nosotros?

—Claro. Ustedes se lo han ganado —Dice la reina con gesto maternal mientras termina de colocarles los brazaletes —Con estos Armíllae, tendrán sobre ustedes cuando estén listos, la responsabilidad de protegernos, usando su sabiduría, su sinceridad y su amor para ser nuestra guia —Se da la vuelta y de otro cofre extrae una pequeña diadema adornada con esmeraldas y diamantes, se acerca a Candy y le sonríe —Lady Candice White, inclínate.

 Ustedes se lo han ganado —Dice la reina con gesto maternal mientras termina de colocarles los brazaletes —Con estos Armíllae, tendrán sobre ustedes cuando estén listos, la responsabilidad de protegernos, usando su sabiduría, su sinceridad y su am...

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