Las fiestas de Navidad habían terminado ya, y después de ese fin de semana, todo volvería a la normalidad. Me moría por empezar los ensayos de la segunda parte de la obra, pues eso significaba que ya quedaba menos para el estreno. Tom y yo habíamos pasado los últimos días repasando nuestros textos, sobre todo yo, dado que a él no le costaba lo más mínimo aprendérselos, y su actuación era inmejorable.
—¿Eras igual de bueno cuándo no eras vampiro? —le pregunté, cuando trataba de memorizar una frase que se me estaba trabando.
—Se me daba bastante bien, la verdad. Pero mejoré bastante después de convertirme —me confesó.
—Espero que me pase mismo —resoplé, dejé el texto encima de la mesa y me tumbé con la cabeza apoyada en las piernas de Tom—. No sé a quién se le han ocurrido estos diálogos tan enrevesados.
Tom rió y también dejó su texto en la mesa, sobre el mío. Se acomodó en el sofá, tirándose hacia atrás, y empezó a enredar sus dedos en mi pelo.
—Eso lo dices porque nunca has interpretado nada de Shakespeare...
—¡No es cierto! —me enfadé—. Me sé algunas escenas de «Romeo y Julieta» de memoria.
—¿Entonces?
—Pues que confundo varias frases, son muy parecidas, y las intercambio —suspiré y Tom volvió a reír.
—No te preocupes, ya te saldrán.
—Por cierto, ¿tú sabes quiénes serán nuestros nuevos compañeros? —quise saber, dado que las dichosas frases tendría que ensayarlas con ellos.
—Ni idea, James tenía que hacer el casting durante las vacaciones.
—Me sorprende que no hayas estado presente.
—¿No estábamos de viaje? —me pregunté.
—También hemos pasado parte de las fiestas en Londres —apunté.
—Sabes perfectamente que no quiero pasar demasiado tiempo alejado de ti, y tú tenías que trabajar...
—Está bien, lo pillo —puse los ojos en blanco—. Pero ya no creo que sea necesario que te quedes todo el servicio, también necesitas tiempo para ti.
—Me sobra con el que tengo —se agachó y me besó en los labios.
—En serio Tom, es un sitio público. No va a pasar nada, con tal que no me dejes sola del todo...
—Claro que no.
—¿No echas de menos hacer alguna cosa?
—No, pero tendría que pasar por mi casa. Mañana retomamos los ensayos, y creo que debería cambiar de vestuario, para variar.
Solté una gran carcajada. La última semana sólo había alternado entre un par de pantalones y dos camisas, así que era normal que quisiera cambiarse de ropa, aunque no pudiera mancharla de sudor.
—Pues ya está, me acompañas al trabajo, y vienes a buscarme antes de que termine mi turno.
—Hecho.
Cerré los ojos por un momento, me sentía muy relajada. Nos quedamos en silencio, sólo se oían las manecillas de un reloj que tenía en una estantería. Estaba a punto de quedarme dormida cuando sonó la alarma del móvil.
—¡Rayos! —exclamé, y me incorporé de golpe—. Ya tengo que arreglarme.
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Eternamente tuya
FanfictionJessica es una actriz de teatro que trabaja como camarera a la espera de encontrar el papel de su vida. En su último casting, coincide con Tom, un actor más experimentado que seducirá a Jessica sin que ella pueda hacer nada para evitarlo. Sin embarg...