Darle acceso a internet fue un gran error. Liu Xiuyan era muy imaginativo, pero nunca, ni en mil años de vida, pudo haber imaginado que Mo Ting usaría el internet para encontrar más maneras de atormentarlo. Y no, no lo atormentaba de mala manera. Sólo expresaba su sexualidad de un modo tan abierto que Liu Xiuyan se sentía en extremo cohibido.
Alguien que usaba el internet por primera vez no debería estar buscando nada sobre las parejas del mismo sexo o juguetes sexuales. Porque sí, eso fue lo que encontró Liu Xiuyan en el historial de su computadora luego de salir a la tienda por unas frituras. Y sabía muy buena que no se trataba de sus hermanas porque ninguna de ellas conocía la contraseña, a diferencia de Mo Ting, a quién le había dado la contraseña antes de salir. Lo hizo para que el principito tuviera algo de entretenimiento, no para que buscara esas cosas en Google.
¿Qué hago, qué hago?
Liu Xiuyan era tímido por naturaleza y no podía afrontar al principito sobre sus acciones sabiendo que seguramente había pensado en él mientras veía todas esas cosas inapropiadas. Ah, quería hacer algo pero no le apetecía tener que conversar sobre ello.
Decidiendo que ignorar el problema era una buena decisión (aunque en realidad no lo era) Liu Xiuyan siguió su día a día como siempre. Aunque las constantes visitas del principito para hablarle sobre videos graciosos de "la tabla mágica" interrumpían su rutina, al menos tenía tiempo suficiente para leer todos esos libros en los que se había atrasado. Amaba todo el BL. Pero ahora no podía evitar sentir compasión por los pobres protagonistas que recibían el amor de sus esposos. Ya sabía que el acto dolía bastante al día siguiente, pues sus caderas seguían molestándole cuándo trataba de moverse mucho.
¡Ah!
El sistema estaba callado últimamente. Desde que le dijo cuánto duraría la reparación de su falla, Liu Xiuyan no había oído ninguna otra notificación en su cabeza. No sabía cómo progresaba o qué hacía, pues se mantenía en silencio dentro de su cabeza. Liu Xiuyan quería preguntarle, sin embargo no era capaz de contactarlo por voluntad propia.
Liu Xiuyan tenía tres días en el mundo moderno cuando surgió un problema muy inesperado que tuvo a toda la familia Liu corriendo desenfrenados. El principito había adquirido una misterios enfermedad que subía su temperatura a un nivel tan alto que empezaba a sudar y murmurar incoherencias en cualquier momento. Mo Ting estaba mal, e incluso un despistado como Liu Xiuyan podía ver qué la enfermedad empezaba a afectar sus habilidades físicas.
Llevarlo al médico habría sido una excelente opción de no ser porque ahí todos preguntarían al darse cuenta de que no había ni un solo rastro de alguna medicina moderna en su cuerpo. Además existía la pequeña posibilidad de que todo ésto estuviera relacionado con el veneno que ingirió durante su infancia, algo que realmente no quería mencionar frente a un médico. La idea de que un niño fuera envenenado era demasiado extraña para cualquier, aunque él se había acostumbrado a ver casos de ello en los libros de temática antigua.
Liu Xiuyan debía estar pendiente de su fiebre para asegurarse de que no subiera mucho. A pesar de que estaba levemente controlada, Liu Xiuyan ni podia ignorar que la fiebre tenía un gran efecto en el principito. Su mente se volvía nublada e incoherente, haciéndole decir cosas que tenían sentido. Cuando el protagonista estaba a su cuidado, Mo Ting no paraba de pegarse a él mientras susurraba cuánto lo amaba… y a veces le decía que extrañaba sentir cómo su apretada…
—¡Ahhh!— gritó Liu Xiuyan al recordar la última frase del principito.
Cuidar al principito era muy estresante.
Mientras preparaba una sopa por órdenes de su segunda hermana mayor, Liu Xiuyan se asomó por el pasillo para ver qué hacía Mo Ting. Estaba igual que cuando lo dejó, acostado con una almohada bajo su espalda, recostado contra el marco de la cama y viendo televisión con la expresión más deprimente del mundo. Suspirando en su corazón, Liu Xiuyan terminó de sacudir el caldo antes de servirlo en un cuenco pequeño. La cucharas eran de las pocas cosas que el principito podía usar bien, así que el protagonista no se preocupó mucho por ello.
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¡Transmigré a mi novela favorita!
De TodoSecuela de "La esposa del soberano." (Puede leerse sin haber leído el primero) Liu Xiuyan es el fan más grande de la novela en línea "La esposa del soberano". Estuvo allí desde el principio y se quedó hasta el último capítulo, llorando, riendo y ena...