11: Visita de los sureños.

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Habían pasado muchos días desde su improvisada transmigración al mundo de "La esposa del soberano", y sorprendentemente aún no se acababa el límite de tiempo que Mo Ting estableció para conquistar a Liu Xiuyan. El tiempo parecía avanzar y al mismo no, ya que aún no se acercaba el final del mes.

Siendo honestos, Mo Ting no necesitaba ni la mitad del tiempo que estableció para convencer a Liu Xiuyan de casarse con él. Si lo pedía con amabilidad, el protagonista diría que sí un millón de veces antes de desmayarse por la sorpresa. Aunque eso en realidad no era lo que Mo Ting quería.

Con el paso de los días, Liu Xiuyan se encontraba más a gusto con todo lo que involucraba vivir en el palacio Imperial. Era un lugar increíble, dónde podía aprender y divertirse al mismo tiempo. Tenía más amigos de los que alguna vez tuvo en su mundo, y la sensación de que tendría aún más en el futuro próximo. Los príncipes Mo eran buenos con él. Shen Lian y Mo Yang lo trataban como si fuera su hijo.

Bien, el plazo no había acabado aún. Así que Liu Xiuyan no se esperaba más sorpresas muy pronto. Por ésta razón, le generó una gran impresión oír que la familia Imperial sureña estaría visitando el palacio en los próximos días.

Liu Xiuyan no sabía mucho sobre los Zhao sureños, pero realmente le sorprendió ver a un ansioso Mo Xian caminando en círculos alrededor del pasillo luego de oír las noticias. Incluso estaba sonrojado, lo que Liu Xiuyan nunca imaginó ver. Ese reservado erudito parecía incapaz de sonrojarse hasta ese extraño momento.

-¿Te pasa algo, Mo Xian?- preguntó Liu Xiuyan con una genuina preocupación al verlo tan afectado.

-¡No!

Ambos se sorprendieron. Mo Xian nunca se había sobresaltado tanto como para gritar sin ninguna razón.

-¿Estás bien?- volvió a cuestionar el protagonista, inseguro de que esa fuera la mejor decisión. Mo Xian le asustaba.

-S-Sí. Solo estoy...pensando en los sureños. Zhao Leji...¡eh, no estoy pensando en él! E-Es muy tonto. Lo detesto. Su irritante cara. Y esos ojos ridículos.

-Oh.

Oh.

Ahora Liu Xiuyan entendía todas esas miradas de añoranza hacia el sur que Mo Xian lanzaba cuando su gemelo estaba distraído con cualquier estupidez en su camino. No era un experto en relaciones amorosas (eso es obvio) pero incluso él, con su falta de atención al entorno, podía ver que Mo Xian tenía un pequeño enamoramiento con el principe heredero del Imperio Sur: Zhao Leji.

Con esa idea en su cabeza, Liu Xiuyan se fue preparando poco a poco para lo que imaginó sería una escena de celos fraternales ante la llegada de los Zhao. Podía ver que Mo Tang y Mo Ting se pondrían a la defensiva cuando vieran a su hermanito siendo cortejado por el príncipe sureño. Al menos no sería el único avergonzado.

Dos días después, Liu Xiuyan escuchó el ya familiar sonido de las puertas del palacio abriéndose para recibir a algún invitado. Sin embargo su sorpresa creció cuando observó cómo un gran carruaje azul entraba al patio, seguido por una flota de guardias a caballo, todos con una orquídea azul en el centro de su armadura. No sabía que los sureños tenían ese emblema, pero parecía bastante importante.

Hubo intervalo de tiempo en el que todos miraron expectantes hasta que los sureños empezaron a descender del carruaje. El primero en bajar fue un hombre adulto de cabello y ojos oscuros que portaba una sonrisa arrogante. Liu Xiuyan no necesitó mirar dos veces para saber que se trataba de Zhao Leung, el tonto que una vez se le insinuó a Shen Lian frente a su esposo. Casi instantáneamente después bajó un chico, joven pero no infantil, que lucía tan atractivo como amable. Su sonrisa era muy cálida, a diferencia de Zhao Leung. Y finalmente el último, un chico de estatura baja y rasgos delicados que fruncía el ceño.

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