Liu Xiuyan tenía que pensar en un nombre. Obviamente debía ser Mo "algo" pero la creatividad para dar nombres únicos y llenos de significado se había acabado varias semanas atrás, cuando le presentaron la lista de todos los príncipes anteriores. Resulta ser que la mayoría o eran de apellido Mo o terminaban en matrimonio con alguien de la familia Mo, por lo que había al menos un Mo cada dos generaciones. Liu Xiuyan no quería usar ninguno de esos nombres que traían mala suerte (la mayoría eran unas víboras traicioneras) así qué debía pensar mucho.
Pero la verdad no es que le importara demasiado. De no ser por que se acercaba la fiesta de cumpleaños de Mo Xian y Mo Tang, tal vez ni siquiera se habría apresurado en elegir un nombre. En el Imperio era tradición que ninguna fiesta se celebrara si había un niño que no tuviera nombre. Utilizando ésto como excusa para acelerar su decisión, toda la familia Imperial le pidió que le diera un nombre al bebé en dos días.
Ahora, tampoco iba a pasar todos esos dos días tratando de encontrar un nombre perfecto. Además, tenía una muy adorable y diminuta distracción que quitaba la mayor parte de su atención durante mañana, tarde y noche. El bebé parecía crecer poco a poco con cada día que pasaba, sus rasgos desarrollándose de un modo ambiguo que hacía a Liu Xiuyan sentir inseguro sobre sus características internas. A veces le parecía que el bebé era tan delicado como Mo Xian y él mismo, pero en otras ocasiones le parecía que era demasiado brusco físicamente como para poseer el don de los descendientes.
Le habría preguntado a Antoine pero éste tuvo que viajar fuera del país para resolver alguna especie de conflicto que tenía en el extranjero. A pesar de que se sentía muy enojado por no obtener lo que quería en el momento exacto (hormonas hablando) tenía que conformarse con ello. Por más que intentara, él no podía distinguir cuáles eran las marcas que poseían algunos descendientes del clan FengLiuShen y que los diferenciaban de aquellos sin el Don. Tuvo que quedarse conforme mientras el médico regresaba.
Suspirando, Liu Xiuyan alzó al bebé por encima de su cabeza e hizo una mueca graciosa que le sacó risitas a su hijo.
—¿Quieres salir, pequeño?
Un balbuceo fue su respuesta.
—Sí, mejor no.
El protagonista estaba bastante cansado ya que ese día había estado cuidando al bebé sin ayuda desde la mañana. Mo Ting tenía otras cosas que hacer, así que le dejó toda la responsabilidad de cuidar al niño mientras atendía sus deberes. Ya que se acercaba el aniversario de sus padres, el emperador estaba más interesado en pasar todo el día junto a su esposa que en atender sus deberes como emperador.
Suspirando por tercera vez, Liu Xiuyan miró hacia abajo solo para ver al bebé tratando de alcanzar su pecho a través de la ropa. Por algunas razón el bebé creía que la leche venía del pecho de Liu Xiuyan, por lo que siempre intentaba meter sus manitas en la ropa del protagonista para alimentarse. Aunque adorable, también era la causa de que muchas túnicas lujosas estuvieran ahora desgarradas a la mitad. Poseía la increíble fuerza de la familia imperial, dejando a Liu Xiuyan con un niño que parecía ser más fuerte que él en general.
—Bebé, no tengo leche…— se disculpó, solo para recibir un chillido y pataleo que señalaba el inicio de un berrinche.
El niño era tan malhumorado a veces. Se parecía a…
—¡Ya sé cómo nombrarte!
Todo fanático del BL como Liu Xiuyan debía conocer o al menos haber oído del más increíble y fantástico libro de BL chino jamás escrito. Para Liu Xiuyan, Wei Wuxian y Lan Zhan eran los dioses del BL. Eso no significa que le restará importancia a los otros personajes, pues así llegó a la conclusión de que el nombre de su bebé no podía ser más que Cheng. En honor a la persona más amargada de la historia: Jiang Cheng.
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¡Transmigré a mi novela favorita!
AléatoireSecuela de "La esposa del soberano." (Puede leerse sin haber leído el primero) Liu Xiuyan es el fan más grande de la novela en línea "La esposa del soberano". Estuvo allí desde el principio y se quedó hasta el último capítulo, llorando, riendo y ena...