Apenas pasaron dos meses, ya todos sabían que el hijo del príncipe heredero había nacido con una discapacidad. El príncipe cuyo nombre aún no se decidía estaba siendo malcriado hasta el límite por su familia, incluso a pesar de las múltiples opiniones negativas que habían recibido por su falta de audición. A nadie le parecía bien que el futuro heredero fuera sordo, pero la familia imperial se mantenía fuerte con la idea de que él iba a ser tan amado (y consentido) como todos los demás.
Liu Xiuyan aún no escogía un nombre por dos razones: la primera, en realidad no tenía tanta creatividad; la segunda, quería que Mo Ting tuviera algo de participación en ello.
Porque el principito había decidido que su único interés en el mundo (además del protagonista) era el hermoso bebé que ambos habían creado con todo el amor posible. No veía más que a su hijo, su primogénito. Le daba besos, abrazos, le hacía muecas graciosa o cosquillas para verlo reír. Su comportamiento rozaba lo ridículo, pero todos en su familia adoraban verlo así de feliz en su hijo. Liu Xiuyan en específico creyó que tal vez a Mo Ting no le gustaría que el bebé fuera sordo, pero el principito lo sorprendió. El bebé era la luz de sus ojos.
Como ésta mañana, cuándo Liu Xiuyan se despertó sintiendo unas pequeñas manitas en su rostro. Abrió los ojos, sonriendo al ver que se trataba de Mo Ting poniendo las manos del bebé sobre su rostro. Cuando enfocó su mirada, descubrió al adorable bebé de cabello castaño mirándole con unos ojos tan brutalmente inocentes que era imposible no sonreír. El bebé era la cosa más adorable y hermosa que Liu Xiuyan hubiera visto alguna vez... Aunque su opinión tal vez estuviera influenciada por el hecho de que ese bebé era suyo.
Meh, de todos modos el bebé era adorable.
Liu Xiuyan se levantó hasta quedar sentado, antes de estirar sus brazos para que Mo Ting le entregara al bebé. El principito fingió no haberlo visto para quedarse con el bebé, haciéndole rostros graciosos que le sacaban risitas infantiles. El bebé pronto notó a su madre y empezó a arrastrarse, aunque todavía era muy pequeño y solo logró retorcerse de manera extraña.
Ya que no quería asustarlo, Liu Xiuyan lo recogió gentilmente y colocó al bebé sobre su regazo. Se habían dado cuenta varios días atrás que todo referente al bebé debía hacerse con extrema calma y obviedad. De lo contrario, el pobre infante se sorprendía, lo que llevaba a un incesante llanto infantil, que luego también llevaba a una crisis nerviosa de los padres primerizos que no sabían qué hacer. Tomó toda la paciencia de Antoine para no golpearlos por su estupidez.
Liu Xiuyan sostuvo las manitas del bebé antes de mirar a Mo Ting, cuyos ojos se iban cerrando poco a poco con cada segundo. Suspirando, Liu Xiuyan habló sus pensamientos.
—Puedes ir a dormír— fueron sus palabras. —Yo cuido al bebé.
—Pero…
—Anda.
Mo Ting ni siquiera terminó de acostarse cuando ya estaba inconsciente, totalmente desmayado por el agotamiento de estar despierto durante toda la noche. Solo para estar pendiente de su bebé.. era el mejor padre que Liu Xiuyan hubiera visto. Y el más interesado en su famia también.
Con Mo Ting completamente muerto (en broma, no teman) el protagonista fue libre de dejar la habitación sin preocuparse por Mo Ting acaparando la atención de su único hijo. Ambos tenían una silenciosa batalla por ver quién era el favorito de su hijo.
Mientras caminaba por el palacio abundante de nobles y aristócratas, Liu Xiuyan sintió las miradas sutiles que éstos le enviaron tanto a él como a su hijo. En el imperio se les decía a las madres que de ellas dependía la salud y los dones de su hijo, así que todos ponían sobre él la culpa de que el bebé no tuviera audición. Murmuraban cosas, unas tan crueles que Liu Xiuyan tenía ganas de golpearlos a todos. Y de hecho lo habría hecho, si no fuera porque el bebé seguía estirando sus manos hacia él.
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¡Transmigré a mi novela favorita!
De TodoSecuela de "La esposa del soberano." (Puede leerse sin haber leído el primero) Liu Xiuyan es el fan más grande de la novela en línea "La esposa del soberano". Estuvo allí desde el principio y se quedó hasta el último capítulo, llorando, riendo y ena...