Liu Xiuyan era una persona muy amable. Gentil, tímido e incluso manejable en su mayor parte. Pero ahora que sentía las terribles contracciones del parto, su mayor deseo en ese momento era quebrarle el cuello a Mo Ting o, en su defecto, cortarle el pene para que nunca más pusiera un bebé dentro de su abdomen.
Todo comenzó en la mañana. Más bien en la madrugada, cuando Liu Xiuyan de repente sintió que algo húmedo escurría desde su entrada. Ya que no era una mujer ni un omega (leyó omegaverse) sabía que eso no era normal. Ese mismo día cumplía nueve meses de embarazo, así que supo que ese líquido debía tener relación con el parto que tanto temía. Estaba medio dormido, así que tardó unos segundos en sentir las horribles contracciones en todo su abdomen. Odió al bebé dentro suyo, aunque luego odió al hombre que lo puso allí en primer lugar.
El malhumor fue incrementado al ver que Mo Ting estaba durmiendo tranquilamente a su lado. Por alguna razón, Liu Xiuyan se sintió muy enojado de ver que estaba tan relajado mientras él sufría cosas insoportables. En puro rencor lo golpeó, y cuando eso no funcionó, lo empujó fuera de la cama. No negará que sonrió al oírlo golpear el suelo y luego gemir de dolor.
La sonrisa murió tan pronto otra contracción se hizo presente, azotando su cuerpo de tal manera que fue incapaz de no encogerse por el dolor. Sintió náuseas abriéndose paso a través de él y se inclinó con ganas de vomitar. Antes de poder hacerlo, una inesperada sensación de orinar invadió su abdomen bajo. Gritó y pataleó, tan molesto con todos a su alrededor que casi no podía hacer más.
Finalmente el principito despertó.
—¿Mo Ting…?
Solo para desmayarse cuándo notó que Liu Xiuyan estaba en labor de parto.
Muchas gracias por el apoyo, maldito imbécil.
—¡ALGUIEN!
Solo una sirvienta pudo entrar a la habitación y se horrorizó tanto que casi se desmaya (tenía catorce años). Sin embargo Liu Xiuyan no le permitió moverse y le gritó que fuera en busca del médico francés para ayudarle con, y cito, "el más horrendo y asqueroso proceso biológico del ser humano".
Cuando Antoine llegó y lo encontró allí, cubierto de líquidos y con Mo Ting inconsciente en el suelo, la expresión en su rostro fue demasiado escandalosa. Empezó a murmurar cosas en su idioma natal que Liu Xiuyan ni siquiera se molestó en interrogar, pues el dolor nubló su mente en un instante. Dolía tanto que la vergüenza desapareció de él, dejando que el médico francés palpara su entrada para ver qué tan avanzado estaba el parto.
Lamentablemente aún faltaba bastante.
—Rompiste fuente, pero durará más— declaró, poniéndose unos guantes de tela fina. —Te daré dos opciones. Puedes dar a luz o puedo abrir tu vientre y sacar al bebé, como hago normalmente. Tú puedes hacer las dos cosas, así que elige.
No tuvo que pensarlo.
—¡Saca a éste engendro de mí!— no lo decía en serio, era el dolor hablando. Silenciosamente le pidió perdón a su hijo después.
No tardaron mucho en prepararlo para la cirugía que el médico tenía alrededor de dos años sin realizar. Aún así, el procedimiento era tan sencillo y estaba tan grabado en su memoria que no podia olvidar ni un solo detalle de eso. Sus manos trabajaron al instante, tomando exactamente los instrumentos que necesitaba.
Empezó a las seis de la mañana.
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Ya eran las ocho de la mañana cuándo se oyó el primer llanto de un bebé en meses. Chillón e irritante, todos se llenaron de alegría al saber que el bebé estaba vivo. Sin embargo, hubo complicaciones por el veneno y el bebé nació con un defecto. Era sordo.
Los rumores volaron rápido. Todos murmuraban y reían, diciendo que Liu Xiuyan estaba maldito por dar a luz a un niño defectuoso que nadie aceptaría. La gente en esa época y lugar eran crueles con aquellos que no alcanzaban la perfección ante sus ojos, y la discapacidad del bebé bien podría considerarse una falla gigantesca. Para ellos.
En su habitación, con vendas y hierbas alrededor de su herida, Liu Xiuyan sostenía al bebé recién nacido entre sus brazos. Antoine lo había limpiado y vestido minutos después de confirmar que el bebé, en efecto, no podía escuchar nada de lo que le decían sus familiares. Lloraba por reflejo, mas era incapaz de oír aunque sea un sonido. Liu Xiuyan escuchó la noticia de Antoine, pero no parecía tener ninguna reacción a ello. Para él, un chico del mundo moderno, la sordera no era un problema tan grande. Su hijo era tan normal como cualquier otro, sin importar su audición. Y así planeaba defenderse si alguien más quería insultar a su hijo.
No lloraría… era difícil saber que su hijo tendría que enfrentarse a mucha discriminación, pero no iba a deshacerse bajo la presión. Iba a darle a su hijo todo el amor y cariño que éste merecía, sin importar lo que dijeran.
Liu Xiuyan sonrió mientras su hijo le chupaba el dedo inocentemente. Pensó que sería muy agradable si pudiera amamantarlo, pero no era un omegaverse y él no podía hacerlo. Tendría que formar lazos con su hijo de un modo distinto. Aunque todavía podría alimentarlo, si le daban leche de nodrizas. Uh, siempre le pareció raro pensar que alguien le daba leche materna a un niño que no era suyo. Ahora tenía que hacerlo para que su hijo sobreviviera.
Estaba feliz, pero pronto sintió que hacía falta alguien más. Mo Ting aún no veía a su hijo.
¿Qué pensaría de un príncipe sordo?
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Sé que es corto, solo quería poner el nacimiento de Mo... (Dejaré el nombre en suspenso, buajajaja).
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¡Transmigré a mi novela favorita!
De TodoSecuela de "La esposa del soberano." (Puede leerse sin haber leído el primero) Liu Xiuyan es el fan más grande de la novela en línea "La esposa del soberano". Estuvo allí desde el principio y se quedó hasta el último capítulo, llorando, riendo y ena...