2: Salvado por Zhao Jean. Oh, Shen Lian.

386 48 5
                                    

Antes de que el principito robara más de su inocencia, Liu Xiuyan oyó una voz que en ese momento le pareció tan dulce como el canto de un ángel.

—¿Alteza? Disculpe, Wangfei requiere la presencia de Liu Xiuyan— interrumpió Zhao Jean, casualmente observando cómo el principito acosaba a Liu Xiuyan.

Mo Ting pareció asustarse ante eso, y se apartó de Liu Xiuyan como si el muchacho estuviera en llamas. Liu Xiuyan ni siquiera se molestó en cuestionar por qué tuvo un cambio tan grande de actitud, solo siguió a Zhao Jean como un cachorro asustado que huye de un depredador.

Liu Xiuyan: woof woof, gracias por la ayuda.

El principito lo miró irse, sin intervenir. Liu Xiuyan suspiró aliviado, caminando rápidamente en la dirección que le indicó Zhao Jean.

A sus espaldas el príncipe y el sirviente tenían una batalla de miradas muy intensa. Terminó con Zhao Jean entrecerrando los ojos en manera de advertencia mientras el principito fruncía el ceño. Eran amigos, aunque Liu Xiuyan no lo notó debido a que estaba casi corriendo lejos del principito.

Luego de esa extraña situación, la mente de Liu Xiuyan estaba hecha un desastre. Empezaba a formular teorías sobre la posible trama y cuál sería su lugar en específico en relación con los otros personajes. Si el encuentro de antes era una señal, entonces podía asumir con seguridad que iba a estar involucrado emocionalmente con Mo Ting. Solo que Mo Ting no era en absoluto el principito que él imaginaba.

¿Qué pasó con ese adorable niño que se ponía celoso de su padre?

Bueno, Liu Xiuyan no estaba quejándose. El principito era bastante extraño, pero…su apariencia era agradable. Si tan solo su personalidad fuera como la de su madre. *Suspiro.

Entre tantos pensamientos apresurados, Liu Xiuyan se perdió tanto en su propio mundo que terminó por ignorar lo que ocurría a su alrededor. Hasta que Zhao Jean le tocó el hombro no notó que habían parado frente a una puerta de madera con diseños muy elegantes. Liu Xiuyan se distrajo al intentar recordar de quién era ésta puerta, solo para descubrirlo gracias a Zhao Jean. El ángel Zhao Jean, que lo salvó de perder su virtud.

Zhao Jean miró con extrañeza al raro invitado de Wangfei. No era ni de cerca la persona más rara en visitar el palacio (ese puesto siempre sería de Yin Jun) pero tenía cierto aire distraído que Zhao Jean encontraba curioso. Parecía estar consumido en su propia mente la mayor parte del tiempo, totalmente ajeno a su entorno a menos que fuera tocado.

Eh, cuestionar a los invitados no era trabajo de Zhao Jean. Se limitó a hacer una reverencia antes de retirarse en silencio.

Ya solo, Liu Xiuyan tomó unas cuantas respiraciones, llenándose de valor para abrir esa puerta y enfrentar lo que esté detrás de ella. En realidad no prestó atención cuando Zhao Jean dijo que Shen Lian requería de su presencia, así que ni tenía idea de a qué se enfrentaría en ese instante.

Alterado, Liu Xiuyan abrió la puerta.

Allí se encontró al ser humano más gentil e inocente de la historia. Sí, Shen Lian.

—¡Liu Xiuyan!— chilló el hombre (lucía ligeramente mayor) atrapando al más joven en un abrazo.

—A-Ah, Wangfei.

—¡Dime Shen Lian!

Oh, en serio era muy amable.

—B-Bien, Shen Lian.

—¿Estás bien?— preguntó Shen Lian, hablando antes de que respondiera —Me preocupé mucho cuando dijeron que no estabas descansando. Te dejé en la enfermería porque Mo Xian enfermó, pero no pensé que saldrías. ¿No te pasó nada?

¡Transmigré a mi novela favorita!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora