32: Malestar y sobreprotección.

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Vomitar cada mañana era tal vez lo peor.

Liu Xiuyan entendía que los embarazos debían causar síntomas en la persona como tal. Incluso entendía que él sentiría todo más de lo usual debido a su cuerpo poco preparado para lo concepción. Pero levantarse cada treinta minutos a devolver los contenidos de su estómago era una molestia demasiado grande que afectaba su vida diaria. Además, todo le daba ganas de llorar.

El principito estaba demasiado sobreprotector recientemente, lo que solo empeoraba el ya deteriorado humor de Liu Xiuyan. Además de vomitar todo lo que comía, también era acosado sin descanso por un principito que parecía hallar peligros hasta en su propio sombra. No se detenía, resguardando al protagonista de una manera estúpida e ilógica.

No es que Liu Xiuyan tuviera mucho deseos de salir con aquel malestar en su cuerpo, pero aún así le irritaba ser protegido de todo. Mo Ting era fastidioso en todos los sentidos.

✓Vestirse solo: prohibido.
✓Comer solo: prohibido.
✓Caminar sin compañía: prohibido.
✓Salir de la habitación solo: prohibido.
✓Dormir en una habitación sin guardias: prohibido
✓Correr: terminantemente prohibido.
✓Sexo: prohibido hasta aprobación del médico.

Liu Xiuyan odiaba esas reglas que el principito había decidido establecer desde el momento en que se enteró de la noticia. Él, en compañía de su padre, insistían demasiado en asegurar su bienestar a pesar de que no había ningún peligro en absoluto. Mo Ting era tan insoportable últimamente que Liu Xiuyan incluso prefería reunirse con Mo Xian, quién parecía consumir drogas. Todo sonrisas y alegría.

Liu Xiuyan estaba lleno de resentimiento hacia el principito por haber puesto un bebé en su vientre solo para ponerse a exagerar sobre su seguridad. También estaba molesto consigo mismo por no considerar la posibilidad de un embarazo y no buscar la protección adecuada mientras estaban en el mundo moderno. Sentía muchas cosas negativas, pero ninguna dirigida hacia su bebé. El bebé en su vientre era tal vez lo único que le alegraba recientemente.

Liu Xiuyan hablaba con su bebé. Aunque fuera tonto hacerlo tan pronto, él hablaba con su hijo. El bebé en ese momento tal vez solo era una pequeña masa de células y sangre, pero Liu Xiuyan encontraba cierta calma en hablar como si pudiera comunicarse con su hijo. Le hablaba del clima, de comida, de Mo Ting, de sus hermanas, de su mundo y de la familia imperial. Creer que su hijo podría estar escuchandolo era una idea adorable, aunque ilógica. Su hijo era lo más preciado que tenía en el mundo. Lo amaba.

Los vomitos eran cada vez menos frecuentes, pero seguían ocurriendo. El médico dijo que no había un tiempo específico para la duración de aquel malestar, pues variaba dependiendo de la persona embarazada. Liu Xiuyan solo podía esperar que su cuerpo no lo traicionara y que el problema de las náuseas se fuera después de unas semanas. Se sentía débil tras vomitar casi todo lo que consumía a lo largo del día, mas no podía hacer mucho más que soportarlo.

Ya que no sabía mucho sobre el peculiar cuerpo al que había transmigrado, Liu Xiuyan tuvo que buscar en la biblioteca para averigüar más sobre el embarazo que ahora experimentaba. Lo poco descrito en el libro era insuficiente si estaba pasando por esa situación. Por eso debía conocer más. Para evitar hacerse daño o al bebé inconscientemente.

—¿Por qué estos niños vienen a preguntarme todo?— murmuró Antoine al verlo parado en medio de la enfermería.

Liu Xiuyan lo ignoró.

—¿Puedes ayudarme?— preguntó, haciendo uso de sus más adorables ojitos de cachorro.

—¿Que quieres saber?

—El b-bebé. No sé qué hacer.

Antoine le dijo todo que lo que debía saber sobre el embarazo y el cuidado que debería darle al bebé después de que naciera. También le dió bastante importancia a explicar brevemente cómo sería el proceso de dar a luz en alguien como él. Había casos especiales como el de Shen Lian, en los cuales el descendiente del clan FengLiuShen daba a luz como lo hacían los mujeres. Sin embargo eran casos muy raros y especiales, así que el médico no los ponía mucho en consideración al momento de evaluar su estado.

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