Capítulo especial: Zhang Liu encuentra el amor.

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Fingir su muerte había sido una gran idea.

Zhang Liu ya estaba cansado de una vida miserable dentro del palacio, sin nada que hacer más que observar a sus familiares ser felices y encontrar el amor. Ninguno de los miembros de su familia podía ver cuánto sufría en silencio, pero era su propia culpa. Zhang Liu sabía que solo él tenía la culpa de haber mantenido su tristeza como un secreto de todos. Nunca quiso intervenir en la vida de sus familiares hablando sobre su patético enamoramiento que jamás pudo olvidar.

Ser el emperador no agradable. Debía cargar con el peso de todo un imperio sobre sus hombros y no tenía ni un poco de apoyo. Su sobrino, aunque excepcional en todos los aspectos, no podía entender la complejidad de sus emociones. Mo Yang fue suertudo de casarse con su único amor, a diferencia del desafortunado emperador que pasó toda su vida adulta soñando con una persona que hacía mucho tiempo falleció. Zhang Liu ya no podía lidiar con el doloroso recuerdo de Liu Kang que lo acosaba entre los muros del gran palacio Imperial. En todos lados veía esa sonrisa traviesa y ojos juguetones que solo Liu Kang tenía.

Zhang Liu decidió dejar atrás esa ilusión y conseguir un nuevo propósito para su vida. ¿Qué más podría hallar en el palacio, si había pasado muchos años allí?

El tercer día del segundo mes, Zhang Liu le habló a su sobrino y único descendiente sobre su plan para fingir la muerte y escaparse a una vida más sencilla, lejos del bullicioso palacio Imperial. Con nada más que una espada y la ropa que robó de su más cercano sirviente, Zhang Liu salió del palacio en medio de la noche, dejando a su sobrino y a Shen Lian con claras instrucciones de lo que debían hacer. Mo Yang sería un buen emperador, eso lo sabía. Tal vez tendría problemas al principio, pero lo lograría con el tiempo.

En su viaje por las zonas más abandonadas de su imperio, el emperador encontró un pueblo que a pesar de su pobreza florecía. Era un lugar hermoso y cálido, dónde todo el mundo parecía ser tan amable como el inocente Shen Lian. A Zhang Liu le agradó tanto el lugar que tomó la decisión de quedarse allí, mientras decidía cuál sería su siguiente paso. Aún era joven, en teoría. Tenía cuarenta y nueve, una edad que no aparentaba en absoluto. Los genes imperiales eran fuertes en él, otorgándole la apariencia de un hombre maduro y atractivo.

Zhang Liu nunca prestó mucha atención a su físico, tan obsesionado como estaba con Liu Kang. Se veía reflejado en los espejos a veces, pero no pensaba mucho en su aspecto. Le parecía una actividad inútil ya que ni tenía ni el más leve interés en que alguien notara su atractivo. Era feliz siendo solitario, hasta que no lo fue.

El pequeño pueblo que ahora servía como su hogar temporal era bastante ajetreada. Aunque no había nobles ni gente rica, los habitantes del poblado siempre estaban haciendo algo durante todo el día. Pasear, vender vegetales, cocinar, pescar, ir a la cuidad más cercanas para vender sus objetos. Nunca estaban quietos, haciendo una u otra cosa sin ninguna razón en particular. Esa era exactamente la vida idílica y cotidiana que buscaba cuando decidió fingir su muerte. Además de dejar atrás el estresante cargo de emperador.

Zhang Liu levaba alrededor de dos semanas en el pueblo. Se había acostumbrado más rápido de lo que esperaba en un principio. Era extraño no tener a una multitud de eunucos y sirvientes siguiendo cada paso suyo, esperando cualquier momento para alabarlo en busca de favores. A Zhang Liu le desagradaba mucho que las personas se acercaran a él solo con intenciones de obtener algún regalo. Nadie era amable con él porque quisiera, y era una actitud demasiado detestable para él. Por eso le agradaba tanto su sobrino, a quien no le importaba nada tratarlo como a cualquier conocido suyo.

Zhang Liu estaba cómodo en el pueblo. Su vivienda era una desgastada posada que contaba con una sola habitación, la cuál estaba siendo ocupada por él en aquél momento. No mucha gente iba a ese pueblo.

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