Capítulo 48

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Después de regresar a los criminales de vuelta a sus celdas en la prisión para que siguieran cumpliendo con sus condenas, me transporté fuera de los muros de la ciudad. Caminando sobre un grueso manto de nieve, me acerqué hasta la ubicación que le había indicado a Cordelia para que se escondiera. Todo había salido bien, lograron escapar de la mansión de Obron sin ser advertidos por los demás esclavos.

Cuando llegué, Aren estaba con Cordelia y Teran hablando en voz baja.

Pese al frío que nos mordía la piel, estaban más enfocados en escuchar las instrucciones del cambiaformas que en los copos de nieve que los iban cubriendo poco a poco. Mientras Teran sostenía colgado de su hombro un morral con sus escasas pertenencias, rodeaba la espalda de su esposa con el otro brazo en un gesto protector.

Ürsa fue la primera en verme, ella era la encargada de vigilar el perímetro y protegerlos. Corrió en mi dirección levantando la falda de su vestido. La adolescente se veía hermosa con las mejillas enrojecidas por el frío y cuando respiraba su aliento se condensaba en el aire. Se inclinó para susurrarme al oído y su cabello se deslizó sobre mi hombro. De esta forma, evitaría que Cordelia y Teran pudieran oírnos.

—Te has tardado, empezábamos a creer que no vendrías—Murmuró, suspirando aliviada—

—Bueno, no todos los días desciendes a los reinos del Abismo—Contesté, encogiéndome de hombros—

—¿Qué tal tu encuentro con Aerithorn?—Preguntó, preocupada—

—Hablaremos de eso después—Prometí, guiñándole un ojo—

La chica asintió con la cabeza y luego recordé algo.

—¿Tu hermana?—Pregunté, entrecerrando los ojos—

—Nissa está escondida en la taberna de Molmick junto al resto de los niños, aunque temo que no les guste mucho la idea de estar encerrados—Respondió, seria y formal—

—Solo será por unas horas—Aseguré, sacudiendo una mano—

Nos volvimos hacia el grupo que nos esperaba y me planté frente a mi amiga. Cordelia estaba cubierta con una manta y su cabello rubio peinado en una trenza. Observé su rostro con atención, aunque hace mucho que lo había memorizado para no olvidarlo. El silencio era cómodo, pero en el fondo Teran estaba inquieto y no paraba de mirar hacia las puertas de la muralla de Basilea, preocupado de que Obron fuera a perseguirlos.

 El silencio era cómodo, pero en el fondo Teran estaba inquieto y no paraba de mirar hacia las puertas de la muralla de Basilea, preocupado de que Obron fuera a perseguirlos

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—Me alegro de que pudieran llegar sin problemas, como les expliqué antes, dentro de poco estarán en Miradan—Anuncié, dedicándoles una sonrisa cariñosa—

Justo en ese preciso instante, antes de que Cordelia pudiera abrir la boca para protestar, escuchamos el sonido de un carro tirado por caballos. Nos giramos para ver cómo por el camino principal venía una caravana que conocía muy bien. Tirando de las riendas iba la hija de Verena, mientras que la anciana estaba sentada a su lado. Su nieta asomaba la cabeza por una de las ventanas, exultante de felicidad.

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⏰ Última actualización: Dec 27, 2021 ⏰

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