Cap 29. Amaneciendo En El Norte Parte 2

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Valery pronto salió de su trance y tapó con su mano su sonrisa.

Pronto al escuchar que mencionaron a su hombre, sintió ganas de verlo.

- sirviente ¿como te llamas?

Este se petrificó en su lugar, nunca le habían preguntado su nombre, inclusive dudaba que su majestad lo supiera, el único que lo sabe es el mayordomo ya que el se encarga de gestionar el castillo en ausencia de una reina.

- ¡mi nombre es Frank!

- muy bien Frank ¿en donde se encuentra tu amo?

- en este momento su majestad se encuentra en la sala de reuniones con los capitanes de sus legiones- dijo con nerviosismo, aunque el mayordomo le había indicado que a esta persona frente a él le podía dar informes de lo que sea y que no le esconda nada a petición de su amo, todavía pensaba que su amo no estaba bien de sus cabales para revelar esta clase de información, menos a un noble de otro país ¿y que si era un espía vestido de cordero?

Y con la habilidad de Valery en leer a las personas, solo sonrió y bufo - si no te sientes cómodo en decirme, no hay problema.

Pero en respuesta el nerviosismo de Frank subió - ¡no me atrevo! ¡El amo seguro me mata!

Valery se sentía satisfecho, al menos Meinolf ya había hecho un espacio para él y también le dijo a estos sirvientes que no le ocultaran nada, al parecer no le estaba mintiendo. En el pensamiento de Valery esto era simplemente "lindo" de parte de su amado.

- ve y trae a doncellas para que me ayuden a arreglarme y después llévame a ver a tu amo.

-¡oígo y obedezco a su gracia!- dijo con voz clara y luego fue a buscar a las sirvientas encargadas que habían sido cuidadosamente seleccionadas el mes anterior para servir a su gracia.

Valery no tuvo que esperar mucho, para luego ver a 5 mujeres pulcramemte vestidas con el mismo atuendo, las 5 mujeres se inclinaron al unísono y luego se pusieron a trabajar.

Desde bañar a Valery, perfumar lo con agua de rosas, arreglar su ropa, y peinar ahora su manejable cabello y dejarlo suelto a petición de Valery.

Después de terminar y preguntar a Valery si necesitaba otra cosa, y dándole la indicación que bajara la comedor para recibir su desayuno, las mujeres se despidieron.

"son muy serias pero muy ágiles, trabajan rápido" pensó Valery satisfecho.

Después de un rato, escucho que alguien tocaba a su puerta.

- su gracia…

Valery de inmediato abrió la puerta
- llévame con tu amo.

Frank tragó saliva, enserio esperaba que no fuera castigado por este acto.

- su gracia, le sugiero que tome un abrigo en consideración por el frío.

Valery no lograba entender, su habitación era muy cálida ¿para todo el castillo no era así?
Luego observó de arriba a abajo a Frank, el cual no estaba vestido con ropa abrigadora, incluso llevaba botas de cuero.
Pero aún así, Valery era un habitante del sur, donde solo había frío en los Cambios de estación, pero nunca era muy frío ya que no nevaba. Así que pensando lógicamente, en este país de Ulfkald, donde hacía frío todo el año, solo que había aún más frío en los cambios de estación y que el venga de un momento a otro y no estaba acostumbrado a este nivel de frío, caminó hacia el gran ropero, pero pronto fue detenido por Frank.

- ¡ha! ¡Su gracia! De hecho su majestad ha fabricado un abrigo para usted- dijo Frank para luego ayudar a Valery a sacar el abrigo en el closet.

Valery abrió los ojos con asombro. Esta piel… era tan parecida a la bufanda de piel de lobo blanco que había tenido, esto le dio una especie de nostalgia. El sirviente le ayudó a ponerse el abrigo teniendo cuidado de no tocar accidentalmente a su gracia, esto le pareció extraño a Valery, pero no le tomó importancia, ahora que se veía en el reflejo del espejo, este abrigo le quedaba ¿grande? Las mangas le quedaban más largo que sus brazos, incluso el largo le quedaba debajo de las rodillas.

Cuando cruzó la puerta, Valery le vino una ráfaga de aire frío que rozó sus mejillas, podía sentir que este abrigo hacía su trabajo de no dejar pasar el frío, de pronto agradeció que le quedara grande, pero sus botas apenas repelian el frío.
Observó a través de los grandes ventanales a lo largo de todo ese pasillo, todo lo que Valery lograba ver era blanco, pero habían algunos puntitos que suponían que eran personas que se ocupaban del "jardín" al menos lo que pensaba Valery era que ellos se encargaban de no dejar acumular la nieve y limpiar los caminos del castillo.

Ambos siguieron caminando a través del pasillo de piso hecho de frías rocas, Frank siguiendo a cinco pasos de separación de Valery con la mirada baja, prontamente se chocó con una dura espalda, esto provocó que cayera de nalgas al suelo, pero al ver quien era la persona con la que se había chocado, rápidamente se inco para pedir perdón.
Su amo había sido muy claro de que nadie en el castillo tenía permitido tocar a su gracia a excepción de esas 5 sirvientas, a cualquiera que se le sorprendiera haciéndolo, le sería cortada la mano con la cual se tocó a su gracia. Pero había sido su nariz ¿perdería la cabeza en ese caso? Frank estaba temeroso, cada vez que estaba frente a su amo sentía que su vejiga se empequeñecia.

- ¡disculpe mi arrebato! ¡Perdóneme su gracia!

Valery solo observó a aquel pequeño sirviente que a su parecer era muy enclenque, en realidad una pluma. Levantó una ceja porque a su parecer no había sido tocado por nada.

- ¿de que hablas? Si vas a guiarme, ¡tienes que ir en frente!

El sirviente en temor y de inmediato respondió - ¡si!

Con paso lento, el cual ya había acabado con la paciencia de Valery, pero tenía que seguir el paso de Frank por el solo hecho de no saber hacia dónde ir lo frustraba. Al menos le recordaría a Meinolf de que le diera un recorrido a este inmenso castillo.

- hemos llegado, su gracia.

Valery asintió y vio que resguardando esas puertas estaban dos guardias con lanzas en sus manos haciendo una x en referencia que nadie podía pasar, y en cuanto vieron a Valery se inclinaron y al unísono exclamaron
- ¡su gracia!

Valery les hizo una seña de que podían levantar la cabeza.

- necesito entrar para ver a su amo.

Ambos guardias se miraron entre sí, después de un rato, retiraron las lanzas y ellos abrieron las pesadas puertas de mármol negro.

Los presentes en aquella reunión al ver que alguien que no estaba prevista su visita entró, miraron con molestia a esa persona, pero al ver que su líder se había levantado de su asiento muy rápidamente e ir hacia esa persona deslumbrante, cayeron en cuenta de quien se trataba.

Y cuando lo supieron, todos se levantaron al uniosono exclamaron
-¡su gracia! ¡La futura reina de Ulfkald!

Valery solo pudo observar a todos esos hombres de mediana edad, algunos otros eran más jóvenes, pero a su parecer todos ellos eran nobles de este país.
Al ver al hombre que había visto el día anterior, su corazón dio un vuelco.

Aunque pensaba que se presentaría nuevamente ante el como un niño, ahora Valery suponía que ya no era necesario.

Pero era raro ver a Meinolf en su versión adulta, la cual era más alto que él, más fornido e incluso el cabello era de un negro azabache, aunque con lo que vestía ahora no era lo propio de un ahora rey, con una simple camisa y pantalones de cuero y botas negras.

Meinolf se inclinó levemente ante Carlisle, lo cual causó que algunos nobles susurraran entre ellos. Valery al ver esa reacción, ayudó a Meinolf a levantarse rápidamente.

Con una sonrisa y su voz grave y baja Meinolf preguntó - ¿dormiste bien?

Carlisle asintió con la mejillas rosadas.

- ¿puedo acompañarte? Luego vamos a desayunar juntos.

Meinolf no podía negar una petición de su amado, así que asintió.

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