Cap 2. El Nuevo Comienzo

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Los rayos del sol le hicieron abrir los ojos.

-¡joven amo! Es hora de que se levante- dijo la voz de una mujer

Era una de las doncellas.

"¿no estoy muerto? Juraría que sentí como mi cuello se cortaba por el hacha del verdugo"

Valery llevo por instinto las manos hacia su cuello intacto, miró sus manos, que aún seguían siendo aquellas manos con callos recién lastimados y rasposas pero un poco más pequeñas de lo que recordaba que eran

"¿que es esto?" se preguntaba desconcertado

Las 4 doncellas sólo lo observaban sin saber que trataba de hacer

Valery rápidamente se puso de pie, fue rápidamente al espejo de cuerpo completo al otro extremo de su cómoda cama.

Al verse se quedó sorprendido, toco aun su infantil rostro, acaricio su lacio y rojo cabello que antes obligaron a cortárselo

De pronto se sus labios salió una risa de satisfacción.

"¡he regresado a mi joven cuerpo de 15 años! ¡Esto es genial!"

- jo-joven amo, tenemos que bañarlo y vestirle, si no se le hará tarde- decía una joven doncella alrededor de sus 14 años, Margaret

"cierto... Si tengo 15 años ya... Eso significa"

- ¿para que? - pregunto el joven para sacarse de dudas

Las 4 jóvenes se miraron entre sí

- es para la fiesta de mayoría de edad de usted, amo- dijo Lucía, la doncella más adulta con sus 19 años

El joven solo dio una gran calada de aire y grito a los cielos con los brazos extendidos -¡si! ¡Gracias! - con gran felicidad y regocijo

-¡oh! Joven amo, veo que esta muy entusiasmado por su mayoría de edad-dijo otra doncella, Gregoria, de 17 años

-¡cierto! Seguro está muy feliz de poder ver al hijo del general Stephano- le respondió Hilda, otra doncella de 16 años

Cuando mencionaron "hijo del comandante" los dientes de Valery rechinaron de rabia, pero las doncellas no pudieron escucharlo por el ruido del agua caliente que ponían a la tina de baño

-¡pues claro! El joven amo esta muy enamorado de Sir. Reynald- decía con entusiasmo Margaret

- seguro que el general acepta comprometer a nuestro joven amo con su hijo, después de todo solo tiene el título de un conde, mientras el padre de nuestro amo es un marqués- le siguió Hilda

-¡solo un rango los divide! ¡Ja! el gran amo es un almirante de guerra, supera por mucho al general Stephano- contestó Gregoria

Valery aclaró su garganta haciéndoles una señal

- disculpe joven amo, ellas aun son unas niñas- dijo Lucía agachando la cabeza.

A lo que las otras doncellas la siguieron

-¡Bah! No importa, tienen razón ¿porque me he fijado en alguien que es como una hormiga en comparación mía? - les dijo sin importancia

Hilda y Margaret ayudaban al joven chico a desprenderse de su pijama mientras que Lucía y Gregoria rociaban pétalos de rosa en el agua, haciendo que estos desprendieron su aroma floral.

"ya no recordaba esta vida sin preocupaciones, amado y mimado por mis padres y unas doncellas inteligentes"

Lucía pasaba una tela tallando su suave piel blanca con alguna que otra cicatriz pequeña, mientras Gregoria lavaba su larga cabellera pelirroja.

Margaret y Hilda escogía las joyas y ropajes para la ocasión.

Después de horas y aburrimiento por parte de Valery, terminaron.

- ¡se mira muy hermoso joven amo! - exclamó Margaret

-¡seguro con estos ropajes y su hermoso cabello conquista el corazón de Sir. Reynald! - dijo Hilda

Lucía aclaró la garganta para que volviese a sus asuntos.

Después de un largo rato, tocaron las puestas de su habitación y entraron. 

-¡hijo mio!- se escucho la voz de un hombre, era el padre de Valery, Roland Paul Phoenix.

al escuchar la voz cariñosa y gruesa de su padre, su corazón dio un vuelco, ya que su padre murió cuando el tenia 19 años cuando fue a la guerra en un navío por orden del rey y no se despidió de el como debía, pues en ese momento estaba molesto con su padre, y por la razón mas tonta, pues su padre se había negado a darle apoyo monetario a Reynald ya que este se lo había pedido y aun mas su corazón se lleno de rabia y rencor hacia aquel que había arruinado su vida y el no lo supo hasta aquel desagradable día, llevo ese pesar hasta el día de su muerte; pero el día de hoy podía ver a su amable y gentil padre de nuevo.

"¡te maldigo Reynald!" pensaba Valery con rencor

sin pensarlo y con lagrimas en sus ojos se lanzo hacia el

-¡padre!- dijo abrazándolo mucho mas fuerte

el marqués estaba desconcertado, pues su hijo usualmente lo ignoraría o pediría cosas absurdas, como el chico mimado que era, el no se quejaba, de hecho, le encantaba consentirlo, pero ahora inesperadamente lo estaba abrazando, algo que no había hecho desde que cumplió 8 años

-¿que bicho a picado el día de hoy a mi querido hijo?- decía el marqués tomándolo del rostro y limpiando las lagrimas del joven que empaparon sus blancos guantes

Valery solo seguía observando el rostro de su apuesto padre, su cabello pelirrojo, cosa que había heredado, sus ojos azules y sus facciones masculinas, si fuera su madre, también se habría enamorado de su padre

-p-padre, se que he sido un pésimo hijo todos estos años, pero de hoy en adelante ¡entrenare muy duro! ¡entrenare con mi espada hasta que mis brazos queden adoloridos! ¡quiero ser el sucesor de la familia Phoenix!- dijo con entusiasmo y empuñando su mano

el padre se quedo pasmado, al igual que las doncellas

¿el joven amo quería suceder a su padre? ¿era aquel mismo joven amo que quería casarse con todas sus fuerzas con Sir. Reynald?

-¿hablas enserio?- dijo extrañado, no se tomo tan enserio las palabras de su hijo, después de todo solo tiene 15 años, puede cambiar de idea en cualquier momento

-¡claro que si padre!- contesto serio Valery

-¿no era tu sueño casarte con ese tal Sir. Reynald? he hablado con el general para que considere el comprometer a su hijo contigo- dijo el marqués, pues era tan extraño, después de todo, su hijo se había enamorado de ese hombre, seria de esperar que se molestara cuando se refirió a el como "ese tal"

-¡no padre! ¡no lo hagas!- dijo en desesperación el chico, esto sorprendió a su padre

- ¿ no eras tu el que me pedía día y noche el comprometerte con ese niño?- dijo con indiferencia el padre, odiaba cuando su adorado hijo se ponía de lado de ese hombre olvidando su orgullo, le aborrecía el solo tener que saber que su hijo perdería el legado del apellido Phoenix por un apellido sin importancia como lo era Pierre

-¡no! ¡olvida todo lo que tu ignorante hijo dijo anteriormente! esas sabandijas no desaprovecharían la oportunidad de tener dinero y honor a costa de nuestra familia padre- dijo Valery

esto sorprendió mucho al marqués

-tu...-pensaba si decirlo o no, después de todo su hijo no le hablaría por mucho tiempo si insultaba a ese chiquillo, pero viendo como se refirió a ellos como "sabandijas" estaba bien

-...¿aborreces la idea de casarte con el?- dijo al fin

-¡si padre!¡lo odio! he estado pensando últimamente acerca de ello, y pensé que era obstinado con ello, pero lo considero como parte de mi niñez sin importancia, el no tiene nada para ofrecerme, sin embargo, yo le ofrezco todo ¡así no debe de ser para un omega como yo!- soltó con ahínco Valery

su padre se sentía de nuevo orgulloso, ahí estaba el orgullo que su hijo que en algún momento lo perdió, pero hoy volvía a renacer aquel niño que era.

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