Cap 33. ¿Cómplices?

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Después de una pausa, el silencio rotundo fue interrumpido por un gruñido, Meinolf al saber que el sonido provenía del estómago de Carlisle soltó un "pfff" para luego sonreír

—vamos a desayunar —dijo levantándose del asiento y extendiendo una mano para ayudar a Carlisle a ponerse de pie.

Valery solo lo observó tranquilo y sonrió —vamos— después de pensar un poco dijo con una gran sonrisa— después quiero ver esos documento y la estrategia militar— en realidad quería ver que clase de estrategas eran los hombres alfa de Ulfkald.

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Mientras tanto en otra parte se estaba llevando acabo una persecución

—¡lo hemos encontrado! — dijo un caballero.

Roland con una mirada furiosa corrió incansablemente.

Desde que se había informado la huida de Reynald y su padre habían buscado por cielo, mar y tierra, hasta que hubo un hilo que el marqués pudo seguir dado que fueron ayudados a escapar por el reino de Valencia.

Habían herido a Stephano que cojeaba dejando un rastro de sangre mientras era ayudado por un guardia secreto de dicho país, su hijo Sir. Reynald Fabrice luchaba insaciable ayudado por guardias secretos contra algunos de los caballeros que estaban bajo el mando de Roland, el mismo Reynald era un caballero condecorado, lo cual hacía que su lucha fuera excelente, pero ahora estaba cansado y se notaba a simple vista que ambos padre e hijo habían bajado drásticamente de peso debido al encarcelamiento sin comida ni agua en el cual el marqués Roland lo había puesto. Uno a uno fue callendo 0or la espada de Roland hasta que solo quedó de pie Reynald.

Sin una pizca de energía, Reynald por fin dejó caer su espada cuando fue cortado de la mano.

—¡ahora mismo lo llevaremos ante su majestad! — dijo un caballero poniéndole grilletes a Reynald en manos y pies al igual que su moribundo padre.

Stephano era como un lienzo de papel por la pérdida de sangre, pero esto a Reynald no le interesaba, era mejor si su padre muriera aquí, habrían menos problemas así como testigos.

Y en cuanto ambos estaban siendo llevado a la sala de juicio, el conde Stephano había muerto, causando una leve sonrisa en Reynald.

Pero para Roland esto era un grave problema, entre ese par, era Stephano quien les había dicho la mayor parte de la información, se quebraba muy rápido y no soportaba las torturas.

Reynald fue puesto en medio del lugar incado.

Cuando su magestad se sentó en el asiento Real comenzó el interrogatorio comenzado por el duque Dankworth.

Después de una leve introducción, de pronto exclamó —¡di quienes son tus cómplices! —dijo con furia Frederick

Con una leve sonrisilla que era casi imperceptible los ojos de Reynal se llenaron de lágrimas —¡fue su culpa! ¡El me dijo que lo hiciera! Me prometió tantas riquezas que mis ojos se hicieron ciegos a cometer tal delito ¡Fue ese omega! ¡Fue Valery quien me lo ordenó!— exclamó poniendo su cabeza en el suelo golpeandola para demostrar su sinceridad.

El duque Dankworth sonrió con alegría —¡vieron! ¡Yo se los dije! Ese hijo del marqués Phoenix es tan engañoso ¡nos engaño a todos!

La sonrisilla de Reynald se hizo más grande y proclamó —¡eso no es todo! ¡El se alió con el rey del norte para conquistar a todos los reinos! ¡Yo lo hice solo para protegernos a todos contra el norte!

El rey que no dijo nada en todo el rato y solo se dedicó a observar, se tocó la barba canosa y dijo —¿estas seguro de lo que dices?

Reynald de inmediato se hinco todo lo que pudo y respondió —¡nunca mentiría con algo así!

Al pensamiento del duque, aunque todo esto fuera dudoso, estaba empeñado en matar a ese omega que amenazaba su vida — Su magestad ¡tiene sentido! De otra forma ¿porque se escapó con tanta prisa? ¡era porque Reynald iba a abrir la boca de alguna forma u otra!

A unos metros tomando asiento estaba el marqués con su esposa, ella solo ponía su mano sobre la mano de su esposo que empuña a con tanta rabia, tratando de calmarlo.
Ellos sabían que la causa de que su hijo se había escapado era por causa del amor y no de otra cosa, pero si hablaban ¿de que servía? Solo perjudicarían negativamente, otras personas pensarían que estaban defendiendolo solo porque es su hijo, pero una repentina voz gruesa corto sus pensamientos

—¿que prueba tienes de lo que afirmas? —dijo con las cejas surcadas Léopold.

El mismo sabía que Valery amaba al rey del Norte, por eso se fue, toda esa historia detrás no tiene sentido para el.

Prontamente como las palabras del segundo príncipe fueron planteadas, los presentes susurraban entre ellos, esto hizo enfurecer en sus adentros a Reynald, quien no se había movido de la posición que estaba, gotas de sudor  rodaban por su frente cayendo finalmente al suelo, hasta que al fin dijo —¡No tengo una prueba! Pero si puedo afirmar poniendo en juego mi vida que el reino de Ulfkald ha hecho a varios reinos vasallos, dejando como broma a Victoire el cual es el reino que rige entre todos ¡Victoire fuera un imperio si el reino de Ulfkald se hubiera rendido ante ellos! —exclamó gritando para que todos lo escucharan, lastimando su seca garganta.

Todos los presentes quedaron estupefactos.

¿No tenía el rey un equipo de inteligencia sobre todos los reinos?¿Porque no lo sabía hasta ahora?

—¡su magestad esto es muy serio!—dijo el príncipe heredero

— ¿acaso Ulfkald planea ser un imperio? —dijo susurrando un caballero

—¡Su magestad! ¡Tiene que hacer algo al respecto! — dijo Frederick

Reynald sentía que esta noche el había eludido la muerte con esta confesión, la cual era muy verdadera.
Era el hecho que el preferiría ser prisionero de Victoire que ser capturado por las sombras de Ulfkald, varios de los guardias secretos que el rey de Valencia había puesto para que lo cuidaran habían muerto miserablemente, al punto de hacerlos escapar apresuradamente de los calabozos porque era peligroso el solo mantenerse ahí en el mismo lugar, tenía que estar en movimiento si no quería morir.

El rey de Ulfkald lo quería muerto, aunque no sabía porque razón.

El rey ahora estaba suspirando, una gota de sudor bajaba por su mejilla acabando en su barbilla y trago saliva amargamente. Con el único reino que no podría meterse era Ulfkald.

No podía entrar en guerra con ellos, a pesar de que Ulfkald tenga poco menos de miles de soldados, los que habían eran bien entrenados, para eso era por lo que vivían, tenían armas mágicas, y algunos comandantes incluso tenían magia. Además si invadían al reino del Norte era muy probable que no sobrevivirán a tan bajas temperaturas, hombres que estaban acostumbrados a una clase de clima sin duda serían derrotados miserablemente.
Comparados con ellos, la mayoría de sus soldados eran gente común que sólo eran reclutados para la guerra, además que no tenían conocimiento sobre guerra, solo prestaban su fuerza en cada guerra. No contaban con magia en absoluto, pero contaban con un mago de nivel 1 que había sido educado en el norte, como tal no tenía la absoluta confianza de que ese mago era fiel a este reino. Y así como ellos tenían un mago, había otros reinos que contaban con un mago, así como el reino de Valencia y el reino de Solser.

Esto era muy problemático.

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