Los sirvientes del niño miraban con fiereza a este
- esa bufanda que trae ese omega ¿no es muy parecida a la que tiene?
-ya me parecía raro que lo veamos sin ella, nunca se despega de esa bufanda
-eso no tiene importancia, ¡de donde sacó esa pulsera de oro blanco! Se suponía que madam lo había mandado sin una sola moneda de plata.
-se lo tenía bien guardado, tenemos que revisar todas sus cosas de ahora en adelante, no debemos dejar que tenga algo de valor
-si tan solo le pudiéramos quitar esa piel de lobo bestia, pero ni siquiera madam se lo pudo quitar, ¡esa piel está maldita!
-pero si lo tiene ese omega, se supone que el mocoso se lo debió de dar
Pero estos tres sirvientes casi se desmayan al ver al niño "indomable" incarse ante aquel omega.
-se inco ante el rey despectivamente, pero ante ese omega se mira tan manejable, parece como si no fuera el mismo
-debemos informar de esto a madam
Mientras estos sirvientes seguían con su vívida conversación a murmuros, los padres de Valery estaban sorprendidos.
Pero el almirante se veía de mala cara, no le gustaba que alguien de una familia tan turbulenta se interese por su preciado hijo, pero el que lo había invitado era sólo un niño, así que no se preocupó del todo.
Pero por parte de aquellas dos almas juveniles, era otra cosa.
Estaban en el centro del salón, aunque las estatura de estos no era tan diferente, estaban casi a la misma por unos centímetros de diferencia.
Pero ellos no se habían percatado de algo. Todos a su alrededor estaban asombrados.
El frío se había ido.
En el salón, los pasos de baile entre estos eran tan suaves y sincronizados, parecían almas gemelas bailando sobre hielo
"este niño es tan delgado, debería comer más, su complexión después de todo es de alguien grande, pareciera como si lo estuvieran haciendo a propósito para que el niño no crezca"
Los pensamientos de Valery eran de completa preocupación, aunque al mirarse fijamente a los ojos en todo momento, ese pequeño príncipe no cambiaba los músculos de su rostro, pero al omega no le importaba, era mejor estar en silencio y disfrutar del baile, le agradaba eso, hablar con el cuerpo.
Ni el rey ni el príncipe heredero pudieron ver aquella escena, de haberlo visto, tal ves los hubieran parado en el acto. Pero el que ahora estaba de mala cara era el segundo príncipe Léopold Lisandru, y ni que decir del caballero Reynald.
Pero aunque era todo mal visto, nadie podía impedirlo, nadie podía bailar a lado ni cerca de esos jóvenes.
Y aunque sólo fueron unos minutos de calidez, para Valery y aquel príncipe fueron como una eternidad teniendo unidas sus manos.
Al finalizar el baile, se reverenciaron entre ellos y terminaron.
Pero el niño aún lo observaba fijamente con suma seriedad."¿conque no quieres despedirte de mí? Te voy a alimentar entonces"
-¡piel de lobo! ¡Ven, aquí hay exquisitos bocadillos! ¡Ven conmigo! - dijo emocionado Valery con una sonrisa resplandeciente tomando la mano del pequeño príncipe.
Este solo se dejó llevar viendo como revoloteaba el rojo cabello del omega.
Pronto llegaron a la mesa.
ESTÁS LEYENDO
El Consorte
FantasyUn pobre chico omega Engañado por su esposo el emperador Su hijo asesinado y el ejecutado Pero el destino no puede ser tan cruel ¿verdad? Ahora por una extraña razón regresó 10 años al pasado. Ahora sabiendo lo que pasará, la cara de la moneda se vo...