Cap 32. Historia

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Valery al ver aquella extrañas lágrimas por las mejillas pálidas de Meinolf, su corazón se alteró, de inmediato uso su mano para retirar las lágrimas —¿porque lloras? — dijo sin entender —es una vieja historia ¿porque molestarte?

Meinolf se tranquilizó y trató de cesar su llanto, pero si dijera que no le dolía todavía aquello ¿porque sufriría hasta ahora?

En realidad él era el rey de ese tiempo hace 1000 años.

Él , un ser sobrenatural se enamoró ¿porque Dios le dio tal cosa? Pero a decir verdad era algo bueno que sintiera ese sentimiento, de lo contrario se habría convertido en una sombra sin propósito por tristeza.

El había hecho caso a esos patéticos humanos de que la única forma de formar lazos inquebrantables con otros reinos era a través del matrimonio, pero el ya tenía al amor de su vida, así que si solo era por formalidad lo aceptaría.
Llegó a tener más de 200 concubinas de las cuales la reina estaba a cargo y tenía que compartir a su hombre con ellas.
Los consejeros le dijeron al rey que la primera concubina que saliera embarazada se convertiría en su consorte principal y el bebé sería reconocido como el príncipe heredero si era hombre y alpha. Y era de hecho que la reina no había salido embarazada a pesar de llevar muchos años casado con su majestad, tendrían que recurrir a otros trucos.

Pero de ninguna forma Carlisle, como era el nombre de la reina en ese entonces, aceptaría tal ofensa.

A pesar de que por varios años hizo de la vista gorda a tal situación, pero le dolía cada vez que su hombre no dormía con él. Y de saber que él ahora no era el único para su rey.
Pero esperó silencioso de que algún día su rey recapacitaria y vendría a su lado nuevamente.

Pero luego fue el primero en enterarse de que una de las concubinas estaba embarazada. De inmediato a la reina se le rompió el corazón y guardo todo su amor por su rey en lo más profundo de su corazón.

¡Nunca perdonaría una traición!

La reina propuso ante el consejo renunciar a su cargo como reina y retirarse ¡pero su rey no se lo permitió!

El rey juraba que nunca se había acostado con ninguna concubina y que ese niño no era suyo. Pero ¿la reina lo creía? ¡Absolutamente no!
Quien creería tales mentiras, la reina misma vio cuando el rey mismo iba al ala oeste donde estaban todas las concubinas ¿a quien trata de engañar?
La reina juró nunca llorarle más, no podía soportar que pisoteara más su corazón ¡maldecía el día en que rogó a Dios convertirlo en humano! ¿Para qué? Si ser humano sólo le traía dolor ¡preferiría ser de nuevo una bestia!

No quiso hablar más con él que se atrevía a decir que él era el amor de su vida, ahora lo que más deseaba era alejarse de este pequeño dios.

La reina después hizo lo que hizo, al aliarse con el "hermano" del rey, que realmente era un hombre que le servía fielmente, dividió las tierras, y aunque los hombres del consejo le dijeron al rey que llevara a su reina a juicio por traición, el rey sólo lo dejó hacer lo que quisiera, si esa era la forma en que lo perdonaría y volvería a su lado, que así sea.
Eso solo fueron sus deseos, pero nunca más volvió su reina a su lado.

El dios al saber que la bestia sin poder que había convertido en ser humano por lástima a su pequeño hijo, Dios del invierno, lo castigó condenadolo a vivir en diferentes dimensiones como un simple mortal y tener finales de muerte, quitándole así la inmortalidad que sirvió para acompañar a su hijo en su eterna vida después de haberlo acompañado por 200 años.

Vulder se enojó mucho con Dios, pero este solo le dijo que su destino de él y de Carlisle nunca se volverían a encontrar. Este hecho hizo sufrir a Vulder.

Su alma renació de varias formas, pero nunca volvió a encontrar a Carlisle.

Hasta que en una dimensión cuando al fin renació lo vio. Su corazón latió como en un principio cuando vio a ese inmenso alce de aspecto hermoso beber de aquel lago.

Hizo todo para que el pudiera reclamar que este ser era completamente suyo, aunque nunca fue como lo imaginaba. Dios siempre tenía otros planes y siempre cumplió sus condenas de nunca dejarlos juntos. Esa vez el que tuvo que pagar fue el hijo que nunca debió de existir entre ellos.

Pero el hizo trampa esta vez. Y aunque el precio por pagar fuera muy alto, no importaba si solo tenía a su alma destinada, pero Carlisle ya amaba aquella pequeña alma creada entre los dos deseando que le dijera madre. Ahora tenía que cumplir el deseo de Carlisle nuevamente.

Ahora recordaba que en aquel tiempo, la reina siempre estaba deprimido por no poder dar ningún hijo a él, era lo que más deseaba, tener un pequeño ser que tuviera las sangre y amor de ambos como prueba de amor.
Y ahora que lo pensaba ¿porque su reina no podía? Si tenía útero, también compartían la cama todas las noches para comprobar su amor mutuo, pero ¿porque?

Al volver a la realidad y viendo la mirada preocupada de Valery hacia el, sonrió.

—a veces quisiera recordarle y decirle a la reina de ese tiempo que el rey siempre le fue fiel hasta el final y nunca lo traicionó.

Valery no sabía cómo reaccionar, sentía una especie de pesadez en su pecho — ¿como lo sabes?

—hay una carta del rey de ese tiempo sobre ello, pero es en vano ¿verdad? Se podría decir que soy descendiente de aquel hijo bastardo nacido por esa concubina y considerado un rey.

Valery lo observó extraño —pero si eres descendiente de ese hijo no real, entonces ¿como es que tienes magia?
Esto es solo para los descendientes del rey legítimo, entonces, ¿no significa que ese rey antiguo engañó realmente a su reina? — sentía en sus adentros una especie de molestia

—eso…— Meinolf no sabía cómo explicarse, no podía decirle que en realidad no era un descendiente y que sólo había renacido en este tiempo por capricho de Dios ¿verdad? Existió hace 1000 años y hasta ahora vuelve a existir pero salto en el tiempo e hizo trampa ¿no sería raro?

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