El Consorte

Cap 3. el baile

- el día de hoy estas deslumbrante hijo mio- dijo el marqués

-gracias padre- contesto Valery avergonzado, pues pareciera que hace años nadie le hacia un cumplido

las doncellas no podían creer al nuevo joven amo que tenían, la verdad las 4 creían que era tonto por enamorarse del hijo del general, así que hacían todo lo posible para que a Sir. Reynald no le agradara su señorito, este era algo distraído así que no se daba cuenta, cuando planeaba el caballero ir a verlo, lo vestían con colores que al hombre no le agradaba, lo perfumaban con lavanda, cosa que a el le aborrecía como alfa, pero aun así seguía buscando a su señorito; lo que las cuatro doncellas consideraban era que era un completo lame-botas. Pues siempre lo visitaba para encontrarse "casualmente" con el marqués.

el almirante Roland tomo de la mano a su hijo y fueron hacia la habitación que compartían sus padres

-tu madre aun se esta arreglando- dijo con una sonrisa

fue entonces que Valery soltó la mano de su padre y entró con vigor a la habitación

-¡madre!- grito con fulgor

la mujer elegantemente sentada en una cómoda silla mientras sus doncellas adornaban su cabello castaño contesto a la voz familiar

-hijo mio ven aquí- dijo, pero Valery ya se había adelantado y se había hincado a los pies de su madre y apoyando su cabeza en su regazo

-querido ¿que le sucede a mi niño?- dijo la mujer viendo a su esposo

-parece que se levanto "de buenas"- dijo sonriendole a su esposa

la madre solo acariciaba la cabeza de su hijo

-mi niño, si sigues así vas a desarreglar tu hermoso cabello- dijo la mujer preocupada

pero Valery no se quería levantar, por que su rostro estaba lleno de lagrimas de arrepentimiento de nuevo

Antes fue su madre quien le dijo que no se casara con aquel hombre, después de la muerte de su esposo aun se oponía rotundamente, pues había visto la ambición de el, solo estaba utilizando a su hijo y eso le rompía el alma, Valery odió a su madre por odiar a su prometido, y pocos días después su madre apareció muerta en su cama.

"pensándolo bien ahora, ese maldito seguro la mandó a envenenar, si mi madre no moría, no podría tener la fortuna de los Phoenix ya que ella se opondría, y al matarla yo me casaría con el y por mi amor yo le daría toda mi fortuna a el, ya que mi padre y madre me habían dejado todo, y después de todo aquello, "casualmente" yo tenia una "hermana" que el inútil de mi esposo me había impuesto ya que tenia pruebas ¡no puedo soportar tanta de mi estupidez! ¡hasta la llamaba mi hermana por dios!¡había dudado de la lealtad de mi padre con mi madre!"

se avergonzaba de si mismo, pero ahora podía cambiarlo todo.

Si.

Cambiaría todo.

-madre ¿sabes que yo te amo demasiado?- dijo el joven

la mujer se sorprendió de las palabras de su hijo y volteo a ver a su marido, este solo se encogió de hombros a respuesta

- si, lo se hijo, recuerdo que me lo decías a menudo cuando eras pequeño- dijo con una sonrisa

-pues ahora lo recalco, te amo a ti y a mi padre, son mi mayor tesoro, no lo olviden- dijo finalizando con un beso en la frente de su madre.

las doncellas de su madre y las propias se sorprendieron de la actitud del señorito.

su padre se acerco y las doncellas terminando de arreglar el cabello se su señora se alejaron.