14. El castigo

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Eran aproximadamente las nueve y media de la noche. Arizona y yo estábamos recostadas en su cama mientras veíamos una película muy cliché. Personalmente odio este tipo de películas; la típica chica nerd del salón que tenía una inmensa fijación en el chico popular, el intocable, el difícil

—¿Estás llorando?— Mi vista se centra en Arizona, quien usa sus mangas para secar sus lagrimas

Volteó nuevamente a la televisión y... se están besando ¡Sii, por fin el chico popular se dio cuenta que la apariencia no importaba, si no que lo de dentro!

—¿Tú no?— Arizona se gira a verme y yo me río de ella —¿Qué?—

—Pareces un pollito recién nacido— Suelto una carcajada y ella me da un manotazo en la pierna
—¡Auch!—

—Te lo mereces, ¿Eres insensible acaso?—

—Claro que no, solo que este tipo de películas siempre son iguales. Addison es igual a ti, ve miles de películas pero siempre terminan siendo igual que las otras. Quizás podría presentártela bien así se hacen mejores amigas—

—Se que son parecidas, pero aún así dan pena—

—No es cierto— Musito metiéndome un chupetín a la boca

—Es verdad— Arizona demanda

—No lo es—

—Que si— ¿Nunca se cansa?

—¡Que no!—

—¿Entonces para qué la pusiste?— Arizona se arrodilló en la cama entrelazando sus brazos en su pecho

—Porque tu quisiste verla—

—¿Solo por eso?— Yo asiento meneando la cabeza

—¿Y no pudiste decir que no te gustaban?— Su tono de voz es firme

—No quise decirte. Estabas tan emocionada que no quise hablar— Me mantengo cabizbaja, probablemente mi cara está sonrojada

—Está bien, entonces te toca poner una— Arizona se mueve en la cama y me alcanza el control del televisor —Ten, busca algo de tu gusto— Me sonríe y vuelve a recostarse a mi lado

—¿Y si no te gusta?—

—La veo igual, tú no comentaste nada desagradable mientras veíamos la "cliché"— Hizo el entre comillas con sus dedos

Unos golpes en la puerta nos distrajeron. Arizona dio permiso para que la persona pasara

—Callie, ¿Te vas a quedar a dormir?— Bárbara pregunta desde la puerta

Arizona y yo nos miramos tratando de buscar una respuesta

—¿Quieres que me quede?— Pregunto

—¿Quieres quedarte?—

—¿No te molesta que me quede?—

—¿No te molestaría quedarte?—

Arizona y yo nos callamos un momento y al instante nos echamos a reír

—Aún no me queda clara la respuesta—  Bárbara sigue espectante

—Yo no tengo problema, al contrario, me encantaría que te quedaras— Arizona me sonríe, ¿Como decirle no a ella?

—Eh, ¿Por qué no?— Digo, y las dos empezaron a aplaudir con entusiasmo

—Perfecto, entonces traeré más frazadas— Nosotras asentimos y Bárbara iba a irse, pero de la nada volvió a entrar mirando toda la habitación —Esta no es la habitación que había antes—

taking care of you from a better placeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora