53. Liar

222 25 20
                                    

Me levanté aproximadamente a las diez de la mañana.

Bajé a desayunar y encontré a mi padre conversando con Claudia en la cocina.

—Buenos días— Saludé a cada uno.

—Buenos días señorita, ¿Le sirvo el desayuno?—

—No Claudita, yo puedo hacerlo— Le sonreí.

—Buenos días hija, recuerda no vestirte tan tarde, los invitados llegarán como a las dos—

Cierto, la reunión.

—¿Y que harás de rico?—

—Estaba pensando en hacer un asado. Claudia dijo que podíamos hacer ensaladas y papas fritas— Respondió sin despegar la vista de su periódico.

—Uhh, suena rico—

Asintió.

...

Después de desayunar subí a mi habitación para ordenar un poco.

Levanté la ropa sucia, hice mi cama, limpié los muebles, barrí, y un sin fin de cosas más.

Ordenando encontré una de las fotos que nos sacamos con la cámara de Arizona. No pude evitar sonreír al verla.

Luego de limpiar busqué mi mejor atuendo y me metí a bañar.

Al salir escuché que mi teléfono estaba sonando.

Arizona estaba haciendo una videollamada.

—Sabes que no es necesario hacer una videollamada cuando estamos literalmente al frente— Contesté.

—Lo sé, pero quería verte—

Sonreí al oírla.

—¿Cómo estuvo tu noche?—

—Dormí poco, Tim me tuvo ayudándolo hasta tarde—

—¿Qué estás haciendo?—

Le pregunté al notar que estaba caminando por el lugar.

—Estoy ordenando un poco. Después de ayudar a Tim me dieron ganas de pintar, pero antes de poder pintar algo me quedé dormida y dejé todo tirado— Miró a la cámara haciendo un puchero.

—¿Y qué querías hacer?—

—Un paisaje que encontré en internet, y quería dártelo a tí, pero supongo que será para la próxima—

—Estaré esperando por él—

—Oye, ¿después podrías venir a casa? Tengo que hablar contigo sobre algo—

Su tono de voz cambió un poco, ahora estaba más seria.

—¿Todo está bien?— Pregunté un poco alterada.

—Si amor, aquí te cuento—

—Bien...— Respondí no muy tranquila

—Bueno, seguiré ordenando. Nos vemos en un ratito, te amo— Arioznae lanzó un beso.

—Y yo a tí— Repetí el gesto y luego cortó.

Al finalizar la llamada no pude evitar sentirme mal.

No debería porqué, pero escuchar a tu novia diciendo que quiere hablar contigo sobre algo con un tono serio no es muy confortable que digamos.

Dejé el celular a un lado y fui corriendo a la habitación de Mark.

—¡Mark!—

Entré y le quité la manta que lo cubría.

—¡Oye!—

taking care of you from a better placeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora