20. Culpa mía

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Pov Arizona

—¿Cuídate si?—

—Lo haré— Asiento con una sonrisa

—¡Adiós, te amo!—

—¡Yo a ti!— Me despedí con la mano

Tim se despide y yo apago la computadora

—Ten— Le entrego el objeto a Tip para que lo dejé en un lugar seguro

Mi atención se la lleva el sonido de la puerta cerrarse

—Arizona Robbins— Mamá se acerca a mi con sus brazos entrelazados y una ceja alzada —¿Puedes explicarme que te pasó con Callie?—

¿De qué habla?

—¿Que le hiciste a Callie?— Pregunta Tim, entrecerrando sus ojos

—Sí, que le hiciste— Pregunta mamá

—¡Hey!— Los detengo —¿De qué hablas mamá?—

—Ayer cuando Callie se vino a despedir tenía una cara muy rara, y que hablar de la tuya. La mirabas como si fuera el mismísimo diablo. Ahora ella vino a entregarte esto...— Mamá mostró unas hojas de papel que sostenía entre sus manos —Pero ni siquiera quiso entrar. Me asomé a verte y tenías la misma expresión que ayer. Entonces...— Se tomó un tiempo para suspirar —¿Que diablos pasó entre ustedes?—

—Nada— Guardo mis palabras. Realmente no quiero hablar del tema

—¿Como nada? algo debe haber—

—No es nada mamá, sólo fue una pequeña discusión— Mentí, obviamente no era eso

—¿Pequeña? no lo creo— Rodó los ojos —Y dime, ¿la empezaste tú?—

—¿Cómo?— Pregunté haciéndome la indignada

—Supongo que si, ya que Callie parece que está sufriendo, tú más bien pareces... no sé, ni yo puedo reconocer tus expresiones— Ella tiene razón, ni yo sé lo que estoy sintiendo —¿Sabías que ella me trajo la materia del día para que tú no perdieras clases?—

—¿Ella hizo eso?— Siento mi pecho contraerse, ¿Como es posible que después de mi trato ella siga estando pendiente a mi?

Mi madre asiente

—¿Y sabes que más? Mañana va a volver con la nueva materia, y supongo qué vendrá todos los días que sigas internada—

No tengo palabras para defenderme. ¿Por qué tiene que ser todo tan difícil?

—Yo...— Trago unas gotas de saliva

—Hija...— Mi madre se acerca a mi y se sienta en la orilla de la camilla para tomar mi mano —¿Por qué no me cuentas qué ha pasado?— Ella parece querer ayudarme, pero no estoy muy segura si abrir la boca

—Mami, en verdad no quiero hablar de eso. Te prometo que no es nada, sólo son o diferencias— Trato de sonreír para calmarla, aunque sé que no funcionará, o sea, es mi madre

Mamá bufa a la vez que rueda los ojos

—Bueno, aún así espero que sepas que siempre estaré para ti— Ella acaricia mi mejilla con su pulgar y yo cierro mis ojos disfrutando el tacto

—Gracias mami, eres la mejor—

Una semana después...

Una semana, una maldita semana ha pasado desde mi operación. Favorablemente todo había salido a la perfección. Ahora estaba tomando reposo pero desde casa, y pues es mil veces mejor que estar en una camilla todo el día

taking care of you from a better placeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora