13. El secreto

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El señor Robbins apareció de la cocina agarrando una fuente con un guante

—¡La cena ya está aquí!— Deja una apetitosa fuente de carne frente a nosotros

—¡Que rico!— Exclama Tim frotando sus manos

—Espero te guste la carne Callie, porque me queda deliciosa—

—Si señor, me encanta— Le sonrío

—Daniel— Me corrige —No me llames señor, me haces sentir viejo—

—Sí, lo siento— Titubeo

—No te preocupes Callie, él debe aceptar que ya no tiene veinte años— Bárbara deja un pedazo de carne en mi plato y luego vuelve a sentarse

—¡Oye!— Daniel le reclama a su esposa

—Oye Callie, la vez que estuvimos cenando en tu casa, por qué tu madre estaba tan enojada?— Tim mete un pedazo de carne en su boca y yo me sorprendo con su pregunta

—¡Timothy!— Sus padres le llaman la atención

—¡¿Qué?!— Tim levanta sus brazos

—No se preocupen— Sonrío, tratando de tranquilizar a sus padres
—Entiendo que tenga esa confusión. Verás, hace unas semanas le conté a mis padres una noticia que quizás no fue mucho de su agrado. Mi madre fue la que peor se lo tomó, desde ese día que no me habla o si lo hace, lo hace de muy mala manera—

Miro a los Robbins y cada uno de ellos me observa con atención.

—Mi madre siempre fue muy distante conmigo, con todos en realidad, menos con Addison ella es su favorita. Creo que desde aquella noticia el mínimo cariño que me tenía se acabó— Hablé agachando mi cabeza, pues el tema me sigue afectando

—Lo lamento mucho— La señora bárbara toca mi mano desde el otro lado de la mesa

—¿Que noticia les diste?— Arizona pregunta desde mi lado

—¡Arizona!— Ambos padres le reclaman

—¿¡Estás embarazada!?— Exclama Tim

—¡Timothy!— Esta vez es reclamo es para el hijo mayor

—¿¡Lo estás?!— Arizona chilla mientras tapa su boca con sus manos

—¡No!— La detengo —No estoy embarazada—

—¿Entonces?— Timothy es un chismoso excelente

—Tim, déjala en paz— Demandó el señor Robbins

—Está bien, la verdad no quiero hablar del tema todavía—

—Oh, no hay problema Cal, no hables si no quieres— Arizona soba mi espalda con suavidad —Hablaremos cuando estés lista—

—Eso si, que bueno que no estés embarazada— Habla Bárbara mientras corta concentradamente su comida —Si Tim me dijera que embarazó a alguien lo mato—

—¡Oye!— Tim frunce el ceño

—Y Arizona...—

—Mamá— Arizona trata de interrumpirla

–Arizona no importa mucho, como sale con chicas no puede embrazarse—

El jugo que estaba pasando por mi garganta paró su camino y se devolvió siendo escupido por mi nariz

—¿Cariño estás bien?— Bárbara se centra en mi

—Lo estoy— Respondo mientras que toso. Agarró una servilleta y seco mi nariz

taking care of you from a better placeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora